SEIS POEMAS DEL ARGENTINO EDUARDO DALTER. FOTOGRAFÍAS, JOSÉ AMADOR MARTÍN

 

1 Eduardo Dalter en Londres (2009)

Eduardo Dalter en Londres (2013)

Crear en Salamanca  se complace en publicar estos textos del argentino Eduardo dalter (Buenos Aires, 1947), poeta e investigador cultural. Desde 1971, año en que editó su primer poemario, ha venido desarrollado un quehacer sostenido en los ámbitos poéticos. Importantes publicaciones de su país y de América han incluido en sus páginas poemas de su autoría: revista Crisis (Buenos Aires), Shantih magazine (Nueva York), Revista Nacional de Cultura (Caracas), y revista Casa de las Américas (La Habana), entre otras. Durante los años de la última dictadura militar de su país vivió en el Oriente venezolano y en la ciudad de Maracaibo, donde en 1982 se publicó uno de sus libros. Dio conferencias y participó de encuentros internacionales, y asimismo brindó numerosas lecturas; entre otras: en el Ginsberg Tribute, en el Central Park, Nueva York, y en la 26ª Feira do Livro, en Brasilia. En el año 2000 tuvo edición su trabajo de investigación Harlem: los blues de la historia, que incluye una selección poética. Por otra parte, en el lapso 1994-2002 dirigió en su ciudad la revista de poesía latinoamericana Cuaderno Carmín, de difusión continental. En la década pasada  preparó y ofreció diversos seminarios acerca de la poesía de América en la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, entre otras instituciones. En 2013 dio charlas y lecturas en escuelas y en centros culturales de Italia y de Inglaterra, y en 2015 el Ministerio de Educación de su país publicó dos de sus libros. De sus obras se cuentan: Silbos (1986), Mareas (1997), Bocas baldías (2001), Canciones olvidadas (2006) y Dos cigarrillos para Eliot (2015), entre algunas otras. Reside al oeste de su ciudad natal.

 

Fotos José Amador Martín

 

 

 

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Nadie estuvo en sus ropas, en su patria, en sus raíces. 
Un silencio de lobo avanzó y corcoveó por estas calles. 
El terror derribó puertas y espió por las mirillas. 
Una conmoción de muerte, de la puerta para afuera 
y de los ojos para adentro, nos exilió del otro 
y fuimos gente sola, de mirada huidiza, en los rincones 
como las hojas tristes que los vientos amontonan. 

De Estos vientos (1984)

 

 

 

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Faltan las palabras, 
o sobran otras veces.

Los hechos las deciden 
necesarias o las ahogan.

Las abren y evidencian, 
y las golpean día a día.

Están bajo juicio sumarísimo.

 

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Dejá que entre la luz, 
dejala que entre,

que se acomode, 
que abra su valija;

no vayás a echarla; 
dale de comer;

dejá que ande por la casa.

 De Silbos (1986)

 

 

 

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Viento, háblanos del mar
que hoy estamos algo así 
como aburridos, como tristes. 
Afuera, ves, llueve, 
llueve con ganas 
y contigo. Háblanos 
también de las costas 
de Chacachacare y de Macuro 
mientras tomamos el café 
y miramos la ventana.
      Háblanos 
así, del oleaje 
torrentoso dando en los cargueros 
que se inclinan 
en las Bocas, 
que hoy estamos desolados 
y deseosos de tu magia.

* El autor vivió en Güiria, poblado costero venezolano, durante 1977 y 1978, y
a esa experiencia corresponden los poemas del libro Las costas del golfo (1995).

 

 

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DESOCUPADO

Un desocupado, Dios, es una pieza única 
que hace a tiempo completo su trabajo; 
una pieza insustituible 
       a todo el engranaje; 
una mudez; un grito; un balbuceo; 
un canal nivelador 
       que espera aguas, 
aparentemente más cerca de la sequedad 
       y el olvido 
que de la administración planificada 
       de riquezas. 
Un desocupado, Dios, con su desierto 
       y su niebla, 
vital a este equilibrio de espejismo, 
donde cada cosa empuja o devora
       a cada cosa. 
Se repite, se confunde, y se alza 
ya como discurso 
de escena, que el desocupado está 
       desocupado 
de toda función o todo uso, 
mientras la máquina infernal, abismal, 
       ahonda el pozo.

De Informe de barbarie (2002)

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DESTINOS 
(Casi una poética)

 

 

                      Tu destino te sorprenderá
cada momento

                                                           WILLIAM BLAKE

 

Desde qué orilla abrir, cerrar 
        los ojos; 
desde cuál punto de qué orilla. 
        Cada orilla, 
cada punto de orilla adelanta, 
        en su cielo 
y horizonte, una respuesta 
        diferente 
que supone cada palabra que 
        se imagine 
o que se diga. Todo camino 
        comienza 
a abrirse según donde decida 
        afirmar 
uno los pies y hacia dónde 
        apunte 
uno su historia y su mirada. 
        Uno eligió 
–o eligió por uno el fuerte 
        viento–
cada segundo, cada 
        rumbo, 
cada sendero ahondado o 
        vasto 
y nada puede salvarse en 
        un cruce 
ni en un momento solo que 
        se abra. 
La suerte, o mala suerte, 
        siempre 
estuvo despierta y estuvo 
        echada 
como una apacible leona  
        al pie del árbol. 

De 7 Poemas (2006)
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5 comentarios
  • josé antonio cedrón
    mayo 26, 2017

    ABRAZO A MI HERMANO POETA. EN COMPAÑÍA, josé antonio cedrón

  • María Peña
    mayo 26, 2017

    Felicito por la publicación de este poeta, llamado Eduardo Dalter, argentino, sus versos van de costa a costa, del llano a la montaña y a veces vuelan en la furia del viento.

  • Montse Bertran
    mayo 30, 2017

    Bellos poemas Eduardo!…algunos los conocía pero reelerlos me hizo bien…, que las «orillas» sigan conteniendo el río de tu poesía..siempre dando a luz, como semillas que se proponen brotan y florecer,
    Abrazo
    Montse Bertran

  • Elizabeth Molver
    mayo 30, 2017

    Eduardo Dalter… siempre querido y recordado y siempre poeta, con su simpleza del mundo cotidiano, sus palabras invocando al viento y al mar y a los hermanos…Gracias!!!!

  • Amelia Arellano
    julio 1, 2017

    La poética de Eduardo Dalter podrá no gustar pero siempre te deja un dulce tajo en en el costado izquierdo

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