Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar estos textos inéditos enviados especialmente por el poeta Juan Mares, quien participó en el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que en octubre de 2014 celebró el primer centenario del notable poeta cubano Gastón Baquero. Mares, ya en octubre de 2015 publicó un poema dedicado Miguel Elías, otro morador de Salamanca.

 

Fotografías de José Amador Martín.

 

 

 

DE UNAMUNO A SALAMANCA

1

Y nadie como ninguno
Por aquí pasó Unamuno.
Mi abuelo me lo contaba
En una cima de los Andes
La fuerza de las palabras
Desde los hombres pensantes
Por allá en la madre patria
En tierras de Salamanca
Que nadie como ninguno
Por allí pasó Unamuno
2

En tiempos de la desgracia
Del dolor y el infortunio
Cuando ardía la madre patria
En el corazón de Unamuno
Estando allá en Salamanca
Para enfrentar a la infamia
Con la razón como escudo
Y nadie como ninguno
Por allí pensó Unamuno.

3

Ni los unos ni los otros
En su batallar siniestro
Concordaban en valores
Que fuesen de tierra y cielo
Salamanca el epicentro
Del valor del pensamiento
De torreones al viento
Por allí estuvo Unamuno
Contra el numen sin talento.
4

Y “Lo que natura no da
Salamanca no lo presta”
Lo repetía mi abuelo
Por referirse a cualquiera
Que le faltara algo de eso
En el palacio de las conchas
Se esconde allí algún secreto.
Por allí pasó Unamuno
Y trinó su pensamiento.

 

5

La historia pringa prejuicios
De nubes negras el cielo
Cuando en sí se pierde el juicio
Me lo contaba mi abuelo
Se requiere estar muy cuerdo
Para derrotar los vicios
De la mentira y el odio
Salamanca fue el espejo
De Unamuno el buen consejo
6

De Bilbao a Salamanca
Asumiendo toda afrenta
Fue Unamuno perfilando
Su monumento en la piedra
De filósofo y cantando
Filológico su ética
Y de pedernal humano
De nadie como ninguno
En el pensar lo fue Unamuno

7

Río Tormes legendario
De lazarillo travieso
Tierra de piedra y lasca
Torres y encinas frondosas
Románico puente agreste
Góticas torres del alma
Barroca plaza mayor
Murallas de piedra vetona
De Unamuno a Salamanca
8

Verracos de roca o piedra
Talavera de la reina
Fernando de Rojas trepa
Con Calixto y Melibea
Al estudiante probable
Tras la cueva misteriosa
Por la cruz de San Cebrián
Diego y domingo Soto
Colón, América entera
Por los tiempos del Toboso

9

He vivido a Salamanca
Plateresco claustro luces
Entre piedras y entre cruces
Tras la historia de Unamuno
Universidad de glorias
Ocultas o develadas
Con tu perfil de horizontes
Bella y lítica memoria
De Unamuno a Salamanca
Refrescando la memoria.

 

Correo del autor, desde Apartadó, en la región colombiana de Urabá: “Apreciado poeta, le estoy enviando el poema a Salamanca, al que llegué por medio de Unamuno, con agua del tinajero servido por Cervantes. El de Unamuno a Salamanca se me vino en 7 novenas y dos décimas con los tradicionales versos octosílabos y más ritmo que rima, o en rima asonante. Saludos a todo ese equipo maravilloso en torno a las palabras, la imagen y el pensamiento con divertimiento. Gracias”.

 

 

José Amador Martín (foto de Jacqueline Alencar)

 

 

 

ANDAR LA LUZ DE LA CIUDAD

a José Amador Martín

La luz que sorprendió a José Amador
la que brilló para Gastón Baquero
esa que penetra las hendijas
por donde se filtran las partículas atómicas
de todo lo que vase desgastando.
Andar la luz de la ciudad en claroscuro
y ver el brillo entre las sombras de la noche
labor de luz y telescopio
atrapadora de la imagen
presencia de lo oscuro
claridades sonoras y de nubes
como la piedra del pez puesta en la mano.
Para el artilugio donde se recrean los colores.
la cuidad en sus paisajes y el hombre que la anda.

 

 

 

Jacqueline Alencar

 

 

MAMA QUILLA

a Jacqueline Alencar

“¡Qué hermosa eres, amiga mía,
Qué hermosa eres! Como de paloma,
Así, son vivos y brillantes tus ojos
Además de lo que dentro se oculta.”

 Cantar de los Cantares

Jacqueline es una mujer allende un mar
Ella es claraboya de salvamento
Y de numen singular. Batalla cada día
La singularidad de sus momentos
Ese torrente de armonías:
de sur a norte van sapientes.

De sus ojos emana una luz para contento
De su amado esposo: el poeta Alencart.
Desde sus versos le canta él a su esposa
Qué otro asunto que un magníficat
Y soltar la rienda del valor eterno
Con esa prenda de Oíslo allende un mar.

Va mi amigo, el poeta, lloviendo azahar.
En cada noche de gloria y días de fe
De ésta mujer desglosa, presencias
que gravitan.
Ese alivio, oasis del hogar

Jacqueline, la esposa de un poeta
En su deber,
es orquídea y rosa en cada amanecer.
Que hermosa eres, amiga, dejándote querer
De la alondra que canta en lo alto del ciprés

 

 

 

Correo del autor, desde Apartadó, en la región colombiana de Urabá: “Apreciado poeta, luego de leer sus logrados epitalamios o cantos del himeneo, no puedo más que sensibilizarme, a tal punto que me contagié y he aquí el resultado de dicho ejercicio. Y os lo dedico a los dos. Me salió un poco rimado, pero así fue el ritmo de ese momento. Abrazos”.

 

Alfredo Pérez Alencart en el Claustro del Colegio Fonseca de la Universidad

 

 

AL MEMORIAL DE TIERRAVERDE

a Alfredo Pérez Alencart

Regocijo y gratitud para los hombres
Con y para los que le cantan a la tierra.
Así, como Alencart, el poeta peruano,
Entre el empedrado salmantino
Con su corazón de clorofilas,
Con sus músculos xilémicos,
Con su cabeza de árbol amazónico
Y en fin, digamos, con su mirada de infinito,
Para transfigurar la angustia
Del árbol estremecido por el hierro
Por la impiedad del hombre huracanado
Por la estulticia de la condición humana.
Que tu grito sea: tejido de palabras,
Un avispero de anuncios
Más allá de Selva Negra y de las áfricas
Y en la línea ecuatorial toda la tierra.
Vamos, vamos Alencart, a salvar,
Este grano de tierra tan finito.
Este peñasco azulado y florecido.
Que la intención no mengue
Ante el espejismo solar de los solsticios.
Las aspas de los molinos cuelavientos
No serán la mengua de quijotes
Que se abrazan a ceibas, baobabs y de cipreses.
Que esta piedra decante el espejismo.

 

 

 

 Juan Mares leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca

 

Juan Mares (Guatapé – Antioquia, Colombia, 1951. Seudónimo de Juan Carmelo Martínez Restrepo). Licenciado en Español y Literatura por la Universidad de Antioquia. Desde 1968 vive en Apartadó, donde fue profesor y director de la Casa de la Cultura. Actualmente es profesor de cátedra en la Universidad de Antioquía (Sede Urabá). Entre sus libros publicados están: Poteas y pirontes (1987); Voy a ver pantalla chica (1989); El árbol de la centuria (la ed. 1996, 2a ed. 2004, 3a ed. 2011). Es coautor de Entre la savia y la sangre, recopilación poética de Apartadó (1996), Kalugrafías del instante (2009), Ritmos del equilibrista (2011); Hojas de caladio (2013), Policromías literarias (2013). Incluido en la primera antología del Haiku colombiano. Ha participado en diversos encuentros literarios, como la Feria Internacional del Libro (Bogotá), el III Festival de Poesía Salvador Díaz Mirón (México, 2013) o el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca, España, 2014). 25° Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia).