El poeta canario Luis Natera Mayor
Crear en Salamanca se complace en publicar esta muestra de poemas del canario Luis Natera Mayor, Las Palmas de Gran Canaria (1950-2013), licenciado en Filosofía y Letras – sección Filología Moderna- por la Universidad de Salamanca. Fue lector de español en el Liceo Louis le Grand de París y ejerció como catedrático de francés en diferentes institutos de Gran Canaria. Publicó los poemarios: Llenaré de lunas tu equipaje, 1984; Únicamente el alba, 1987; Conversaciones con mi hijo; Puerto de silencio, 1994; Agrimensores de la bruma, 1996; Las horas del ángel, 1997;, Memoria del dolor, 1998; El lugar del náufrago y Canario Cántico- Cantique canarien. En abril de 2018, se publicó la Antología Poética Luis Natera, con unos 190 poemas de su decena de libros publicados, contando con un prólogo de la salmantina Sagrario Rollán. La poesía de Luis Natera ha sido reconocida al ganar diferentes premios de prestigio, tanto en su ciudad natal como fuera de la misma. En 1993 gana el Primer Premio del Gabinete Literario de Las Palmas de G.C. con su libro “Puerto de silencio”, con el mismo título ese mismo año se le concede el Premio San Lesmes Abad de Burgos. En 1994 se le concede el Premio Tomás Morales de poesía con: “Agrimensores de la bruma”. En 1996 obtiene el Accésit del Certamen de Poesía Ciudad de Las Palmas de G. C. con: “Las horas del ángel”. En dos ocasiones fue finalista del prestigioso premio de Poesía Mística Fernando Rielo, en 2005 con “El envés de Dios” y en el 2007 con “El abrazo del aire”, con mención honorífica. Para terminar esta breve biografía de Luis Natera, reproducimos una reflexión del poeta sobre los versos de “Puerto de silencio” y lo que es la palabra poética: “La palabra poética se representa como motivo de reflexión: me pregunto hasta qué punto su ropaje condiciona y limita la deseada epifanía de lo espiritual más sentido y más profundo. Por otra parte el verso se hace más corto e intenso. Reconoce que su vocación poética surgió como escape o búsqueda, y que para él escribir supone un reto y una necesidad.
Portada de la Antologia
Estos poemas han sido seleccionados por Jacqueline Alencar de la Antología Poética Luis Natera, presentada en Salamanca el 31 de octubre, en un acto coordinado por la poeta canaria-salmantina Elena Díaz Santana y que contó con intervenciones de Adolfo García y Sagrario Rollán.
Atardecer en Telde
INVOCACIÓN
Dadme la sombra de la luz
para borrar del mapa
los extraños indicios
de tanta desmemoria.
Dadme los ojos necesarios
para mirar de cerca
la herida de los ríos
que sangran de dolor.
Unamuno en Fuerteventura
CAPRARIA
Solo Don Miguel zurció tu ropa,
cosió tu arenal al viento
y te hizo madre
de los exilios y de los desiertos.
Sólo te llaman hija de desventuras
los coroneles,
los ingratos,
los obcecados siervos
de la fertilidad sin aire.
Sólo el anacoreta
bebe en el malpaís
y se sacia con poco
como el mar y el dromedario.
TE DEBO UNA PALABRA
Te debo una palabra
donde quepa mi sangre,
donde quepa el temblor
que me sostiene
en aparente calma.
Te debo el pan robado
a tu hambre de siglos,
a tus hornos cerrados
a la labor del día.
Aquí tienes la luna que te falta
y todos los geranios
de mis jardines rotos.
Te debo más que el agua
reclusa en una lágrima
y más que las mareas
de todas mis tristezas.
Acepta cuando menos
la corona de espinas
de mi cuerpo sin habla.
Lo doy todo por dicho.
No me queda siquiera
la última palabra.
OBSTINACIÓN DEL CANTO
Si algo queda en el humo de los días
que no se desvanezca
y pueda ser soporte
del vuelo de los pájaros
no es una catedral, sino una rama
o el milagro del nido
que en su cuerpo se tiene.
Si algo puede fundar
la voz del hombre
que respira y padece
con moderado alivio cuanto vive
no es la música etérea
que compone su pecho y se hace aire,
sino el canto obstinado de la vida,
que insiste en alumbrar
la noche y el silencio.
OTRO DÍA SIN TI
Otro día sin ti
sosteniendo la noche
con el rostro mojado y la tristeza
desatada de súbito.
Otro día en el mar
que me negó el acoso de las olas
cuando más deseaba
naufragaren la espuma.
Otro día sin límites
en el ocaso bronco
de las gaviotas ágiles de antaño.
Otro día soñando en el hechizo
del azar de tus alas
buscando el pan del beso
acercándome vana, inútilmente
a la orilla encantada de un otoño
que escribe en cada hoja
mi soledad sin ti.
Bufadero de Telde
¿HACIA DÓNDE?
¿Cómo escoger la flor,
la página vivida,
la mejor luna, el salmo,
la mirada, la voz…?
¿Cómo morir así de oscurecido
sin que el fragor del mar
me abra, por lo menos,
la puerta del silencio?
Luis Natera retratado por Orlando Cabrera Vega
EN EL TALLER DEL AIRE
En el taller del aire
bate el ángel sus alas
de esculpida paloma.
Se recuestan las nubes
en la paz del instante
sosegado y sublime.
Plancha la luz
el embozo del éter
y sacude sus plumas
el brevísimo vuelo
que inflama la pasión.
Cálido emerge
el impoluto soplo
de la gracia.
Luis Natera, apunte de Miguel Elías
ÍNSULAS EXTRAÑAS
Silencio fue el comienzo
y nubes sin frontera resoplando
sobre el oscuro feto.
El sol y la raíz se dieron cita
y extrajeron de la nada
niñas de queso
y niños de gofio
sobre las ínsulas extrañas.
Hubo que vestir con faldas cada cuerpo
desde el tabaibal al pino
y la columna vertebral de lo posible
se fue robusteciendo con el tiempo
hasta alcanzar altura.
Hoy cantan como dioses
sedientos e incendiados
mil pájaros de oro
en el aire nuestro.
Y mientras cantan vuelan
sobre el mar de los náufragos.
Barrio de San Juan, en Telde
TELDE
Hay cuatro puertas abiertas
para entrar
y una acequia de plata
reluciente.
No sé de qué estrecheces
se quejaban
los que embarcaron
en el mar tenebroso
si aquí todo es abierto:
desde la araucaria grande
del patio de las monjas
hasta el sol de agosto
sobre la alameda.
No sé quién desconoce
los vigilantes ojos de tu puente,
la mar pequeña
que juega
en tus orillas
o las cuatro esquinas
que frecuentaron los poetas.
Santo domingo de Silos
SILOS
Aquí anidó la lengua que ahora canta
el monje oscuro y el cristiano breve.
Aquí es el agua sed y el ciprés leve
a pesar de su alma recia y santa.
Aquí acalla la piedra el desatino
y los pájaros nadan como peces
en el aire exaltado por las preces
del corazón que anhela lo divino.
Aquí los siglos giran y meditan
como las rosas del rosal han hecho
desde su ayer ingrávido y oscuro.
De cara al aire nunca se marchitan,
porque miran al dios con todo el pecho
y no temen el cerco de lo impuro.
PROYECTO DE EPITAFIO
En mis orejas
están doblados los cuentos
con primor de abuela.
En mi barrio
se sientan los olores, todavía,
como esperando a alguien.
En la orilla
veo cofas y puentes de navíos
que retornan.
Bajo San Nicolás
soñando islas
y pienso en hacer testamento
de la mía y de su mar…
Mas, ¿qué iba yo a dejar?
¿A quién?
Seguiré con mis orejas sucias,
con el aroma del lugar
y con mis barcos de arena.
Como mucho,
que estos inasibles hilos
urdan mi epitafio.
Luis Natera, retrato-caligrama de Juana María Navarro
Elena Díaz Santana, Sagrario Rollán y Adoldo García (foto de Alberto Martín – Salamancartv al día)
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