POEMAS DE W. BENAVIDES (URUGUAY), R. HENAO (COLOMBIA), C. LOPES PIRES (PORTUGAL), O. CASTILLO (COLOMBIA), M. C. VILLAVERDE (ARGENTINA), P. J. COSTA (PORTUGAL) Y L. CRUZ-VILLALOBOS (CHILE). PINTURAS DEL ITALIANO FABIO MARIANI

 

1 Pintura de Fabio Mariani

Pintura de Fabio Mariani

Crear en Salamanca se complace en publicar poemas de siete autores de América Latina y Portugal. También resaltamos el poema de Washington Benavides, dejando constancia del fallecimiento de su amigo y paisano Tomás de Mattos (Montevideo, 14 de octubre de 1947 – 21 de marzo de 2016). Mattos, notable narrador, escribió entre otras  novelas, ‘La puerta de la Misericordia’.

 

Agradecemos al pintor Fabio Mariani, buen amigo del poeta Beppe Costa, por permitirnos reproducir sus pinturas más recientes.

 

 

 

2

 

 

 

RAÚL HENAO

(Cali, Colombia, 1944)

 

 

 

 

A LOS POETAS SE LES PIERDEN LAS PALABRAS

 

 

 

A los poetas se les pierden las palabras

se les pierden los pasos

en la carrera de la vida,

pero entre líneas es posible adivinarles

el rostro perdido

el rostro de ciegos

el rostro del paraíso.

Se les pierde el sentido a los poetas

entre el pecho jadeante de los amantes

entre el resuello de los vivos

Y el murmullo de los muertos.

Los poetas pierden siempre el corazón

Entre las palabras se les pierde la vida.

 

 

 

3

 

 

 

CARLOS LOPES PIRES

(Quadrazais, Portugal, 1956)

 

 

hoje é dia de o mundo todo estar poeta

 

no nosso quintal

há um mistério

 

o pequeno pássaro

continua a voar

entre o arbusto e a janela

 

desde há quatro dias

e não pára

 

 

 

hoy es día de que el mundo todo esté poeta

 

en nuestro jardín

hay un misterio

 

el pequeño pájaro

sigue volando

entre el arbusto

y la ventana

 

desde hace cuatro días

y no se detiene

 

(Traducción de A. P. Alencart)

 

 

4

 

 

 

OMAR CASTILLO

(Medellín, Colombia, 1958)

 

 

 

LA INTEMPERIE EN EL ECO

 

Canto I

 

Del sentimiento de ruptura

Haré un verbo.

Un verbo

Donde se establezca

Un umbral.

 

Río

Iluminando el sol.

Silenciando con su estrépito

La algarabía.

Y la que vendrá.

 

Fundación revelando

La población de estrellas.

El universo

En su haciendo y deshaciendo

La vía por la que acontece su libido.

 

No existe sonido

Que la voz no imante

Y convierta en palabra

Para la vida

En su prender y desprender.

 

Canto II

 

El vacío

Increpa la realidad.

La demoledora construcción,

El efímero olvido,

Los días y las noches,

La fuerza que separa

La fuerza que une.

 

El calcinarse de la raíz

Accionando otro hecho,

Otra genealogía

Para el habla y los usos.

 

Lo lanzado

Es savia bifurcada,

Arco desapareciendo sus huellas

En fruto de existencia que se recicla.

 

Para la memoria

Otra vez se fija

La carnosidad del fruto consumido

Volviendo posible nombrar el tiempo.

 

 

5

 

 

Canto III

 

En el cuenco hecho por

Mis manos el misterio

Calmará mi sed

Y lavará mi rostro.

Después inundará

Arrasando vastas regiones.

Así surgen los himnos

Y las alabanzas.

 

Tiestos arrumados

En las voces imploran y celebran

Por las hilachas.

Por los rasgos donde su ser

Pernocta y delira.

 

Cunden

Los quehaceres y crepita

La rutina que cada quien acuña

Y multiplica.

Son la mansalva

Y la tolerancia ejerciendo.

 

¡Ah de la condición

Ignorante de estos patrimonios!

Del incremento

Y ruina que imponen.

Quedan entonces los ruegos

Y las súplicas.

 

 

Canto IV

 

 

Lo escrito pueda ser

Aprehendido por la mano.

Y traído para el canto

Que da nombre y fuego

A la realidad y su fábula,

Al mito y su leyenda.

Corra la lava

Y fertilice el habla y los campos.

 

¿El vacío

Se incrusta

Convertido en nube

De formas interminables.

En superficie donde se reflejan

Inmunidad y término?

 

¡Ah el ánima de la contradicción

Y sus recovecos!

En las orillas de este instante

Lo suficiente y hondo.

 

Que el duelo y la eclosión

Den paso.

No se deben someter las ruinas al silencio.

Tampoco permitir que se enquisten

En la sustancia de lo que será.

 

 

6

 

 

 

MARÍA DEL CARMEN VILLAVERDE DE NESSIER

(Santa Fe, Argentina, 1959)

 

 

SI

 

           

                                   Si con pájaros-niños

                                   avistáramos en los albores de los días

                                   un aluvión de sueños

                                   para llegar sin prisas

                                   a declarar al cielo

                                   el fuego del amor

                                   por ti,

                                   por mí,

                                   por todo el universo

                                   que es obra del Señor,

                                   por todo esto…

 

                                   Si por el hilo-nido

                                   tejido en obediencias

                                   en antes y después

                                   mansedumbre y paciencia,

                                   pudiera yo acunar

                                   el frío del dolor

                                   de quien solo,

       no puede compartir ese amor…

 

       Si así fuera Señor,

       ¡recíbeme en tus brazos

       aquí estoy…!

 

 

7

 

 

ESTOY

 

         

Estoy

como en la sombra

ligeramente muerta,

ligeramente sola,

enhiesta todavía,

alas de calendario

en puertos con mil proas.

 

Estoy

estando

          sola

 

Sin permanecer,

sin permiso del tiempo

sin las cumbres del viento

interludio de ser

siempre abalorio

no me pesa el ayer.

 

Estoy

casi en la sombra

 

Estoy.

 

8

 

 

PAULO JOSÉ COSTA

(Leiria, Portugal, 1976)

 

 

INOMINÁVEL

 

 

Ando às voltas com um poema
sobre coisas que não sei nomear;
coisas cintilantes como o sol
que ilumina as substâncias do amanhecer.
O poema designa sempre muitas coisas,
tantas quantas as que nelas soubermos florescer
demoradamente, abandonando o que não sabemos declarar
a esse critério livre da reverberação. 


E as palavras sem corpo
lembram um dorso mudo revestido de silêncios,
aguardando no assomo perfumado de um verso
a prova do indizível afago dos sonhos
que a poesia incendeia nos sentidos.

 

 

 

 

INNOMBRABLE

 

Ando en torno a un poema

sobre cosas que no sé nombrar,

cosas centelleantes como el sol

que ilumina las sustancias del amanecer.

El poema designa siempre muchas cosas,

tantas como todas las que en ellas sabemos florecer

muy despacio, abandonando lo que no sabemos declarar

a ese libre albedrío de la reverberación.

 

Y las palabras sin cuerpo

recuerdan un dorso mudo revestido de silencios,

aguardando en el asomo perfumado de un verso

la prueba del indecible roce de los sueños

que la poesía incendia en los sentidos.

 

 

(Traducción de A. P. Alencart)

 

 

 

9

 

 

 

LUIS CRUZ-VILLALOBOS

(Santiago de Chile, 1976)

 

 

 

CASA POESÍA

 

 

Hoy

a los/as poetas

al son de Bach

 

 

He venido a habitarte

Desde hoy

Desde siempre

Casa mía

Casa nuestra

De todos y todas

De cada cual

He venido a habitarte

Como huérfano

Como extranjero perdido

Y tú abriste tus brazos

Como madre mía

Como madre nuestra

Amada

Casa Poesía

Dulce y tierna

Ruda y oscura

Tal como el pan y la sal

Tal como la carne y el llanto

Y aquí me tienes

Tuyo

Como un trozo de leña

En tu hoguera

Como una nota

En tu pentagrama

Aquí

Junto a miles

Me cobijo del mal

De la escarcha de los días

Y del infierno de la noche

En ti

Y tú me cantas

Las mismas canciones

Que me llevan a la infancia

Abuela de mis versos

Madre de mis cantos

Casa Poesía

Y yo

Quién soy para ti

Quiénes somos

Sino estos lacayos

Amorosamente doblegados

Para servir a tu nombre

Para esparcir tu fragancia

Allí

Donde solo la pena

Se expande como ciénaga

Como charco de dolor

Y tú

Nos invitas

A sembrarte

Sobre los pantanos oscuros

Para que brotes

Como flor de loto feliz

Como susurro

En medio del espanto

Como silbo apacible

Después de la tormenta

Después del desastre

Del sismo y del fuego

Casa Poesía

Me llamas

Y yo acudo

Te obedezco

Y hago florecer la luz tenue

En medio de la profunda noche

Y te alzo

En medio de los desgarros

Y la desolación

Y tú sonríes

Como niña

Delicada y frágil

Y nos besas las manos

Para volver a intentar construir

Un mundo más bello

Y justo.

 

21-03-16

 

 

10

 

 

 

 

WASHINGTON BENAVIDES

(Tacuarembó, Uruguay, 1930)

 

11 El escritor uruguayo Tomás de Mattos

El escritor uruguayo Tomás de Mattos

 

 

 

NO PUEDO DESPEDIRTE, TOMÁS  DE MATTOS…

 

 

No puedo despedirte, Tomás  de Mattos:

Ya sé que debes irte

Donde no hay bibliotecas

Ni arrebatos,

Pero tal vez, quién dice,

Con un arpa de lata

Un niño te maltrata, cosa que no la creo,

como lo que me dice el bentebeo…

Pero lo cierto, no verás perdices,

Y sí las palomas caferatas

Y grises

De tu Montevideo.

 

Aunque tal vez desearas

Casitas de la Sexta

O ranchos de terrón allá por Clara.

Llevarías seguramente a Salambó

El Proceso inseguro

Y escucharías las blasfemias

Del capitán Ahab, y su condena

 De la Blanca Ballena

(Que ha sido siempre tu enemigo,

Y de eso soy testigo).

 

Tengo La Biblia que me regalaste

Con su dedicatoria.

Ya no creías por entonces

Lo que te habían presagiado

Del profe rojo de Preparatorios,

De sus paganos bronces,

Y de sus clases el puro jolgorio…

 

Te topaste

Con el pobre Job,

Y con Juan de la Cruz, la Llama Viva.

Como entonces, el rojillo

No nos dejaba a la deriva,

Y se jugaba hasta los calzoncillos,

Con  Kafka, desesperado, en una lucha

Que casi nadie escucha.

 

Tomás, no puedo

Soltarte la mano gordezuela,

El solo gesto me consuela

Y me aleja del miedo…

Así que: hasta mañana,

Gran Tomás,

No vengas muy temprano,

Quiero dormir un poco más

Y en paz…

 

Washington escribió estas líneas

Que no podrán posar en ellas

golondrinas

Y no nivelarán a las estrellas.

 

Releerte despacio a la sordina,

Tirado sobre el pasto y sin querellas,

Pero el alma (que existe) muy mohína…

 

(W. Benavides, un triste 21 de marzo del 2016. Montevideo).

 

 

 

 

12 La puerta de la Misericordia, de Tomás de Mattos

 La puerta de la Misericordia, de Tomás de Mattos

13 Otra novela de Tomás de Mattos

Otra novela de Tomás de Mattos

 

 

14 Ni Dios permita... de Tomás de Mattos

 Ni Dios permita… de Tomás de Mattos

 

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