Palabra viva

Escucha mi palabra, soy Lilith,
indómita, impetuosa,
he atravesado los pantanos malolientes
de los siglos hasta alcanzar el planeta
de luz plateada donde las diosas
de cuerpos turgentes y tiernos corazones
reciben las caricias de un sol atemperado

un sol-ciervo que brama su armonioso celo
entre una niebla de minúsculas partículas
de pólenes y néctares. Soy de miel y de veneno.
Lilith me nombraron en Babilonia. Escucha
este cántico que arrasa todas las rutinas
y ven conmigo a la morada de las diosas
de carne satinada. Te espero entre los brazos

de un ignudi de Buenarroti. Soy palabra
viva: escucha la música que brota de mi sexo.
La música dulce de las manzanas asadas
y las tartas de manzana de las celebraciones
sagradas. Convoca a Gilgamesh y en el jardín
de la ciudad de Uruk, brotará la fiesta más hermosa
de la historia. Soy Lilith, la de rojos cabellos.

(Génesis. Ed. Javier Gálvez. Quito. Ecuador 2011)

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