“LO SENCILLO ES CASI BANAL”, ENTREVISTA CON EL VENEZOLANO RICARDO GÓMEZ PÉREZ, FOTÓGRAFO DEL ASOMBRO. POR JOSÉ PULIDO

Ricardo Gómez Pérez, por Gisela Viloria

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar esta entrevista realizada por nuestro colaborador José Pulido (Villa de Cura, estado Aragua, 1945), poeta, narrador y periodista venezolano. Fue asistente del director de la revista BCVCultural, del Banco Central de Venezuela, desde 1998 hasta su jubilación. Recibió el Premio Municipal de Poesía Distrito Libertador, 2000, por el poemario Los Poseídos. Fue Sub-Director de El Diario Católico (1975), jefe de redacción del diario Última Hora (1978), jefe de redacción de la revista Imagen (1994) y asesor de prensa del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber (1996). Director de las páginas de arte de El Universal (1996-98), El Diario de Caracas (1991-1995) y El Nacional (1981-1988). Miembro fundador de los suplementos culturales Bajo Palabra (Diario de Caracas) y El otro cuerpo (Suplemento del Ateneo de Caracas, encartado en El Nacional). Ha publicado los poemarios Esto (1972), Paralelo lelo (1972), Los poseídos (2000), Peregrino de vidriera (2001) y Duermevela. (2004). En narrativa ha publicado Pelo Blanco, Una mazurkita en La Mayor (novella, Premio Otero Silva, 1989), Vuelve al lugar que se te ha señalado (cuentos), Los Mágicos (novela, 1999), La canción del ciempiés (novela, 2004), La sal de la tierra (entrevistas, 2004), El bululú de las Ninfas (Novela, 2007), Dudamel, la sinfonía del barrio en los Libros de El Nacional 2011, El requetemuerto (novela, 2012), Los héroes son villanos tímidos (cuentos, 2013), entre otros.  Sus poemas están publicados en diversas antologías de América Latina, España e Italia. En la actualidad reside en Génova.

VENDIENDO EN LA PLAYA

 

“LO SENCILLO ES CASI BANAL”

 

Me he quedado mirando todo el día una fotografía de las que hace Ricardo Gómez Pérez. Mejor dicho: me he quedado todo el santo día mirando una imagen de las que genera la intuición impresionante de Ricardo Gómez Pérez. No es exageración.

Asombran la línea que desaparece, la luz que se sumerge, el desenfoque haciendo un acto de magia; las sombras creando frases para una especie de poesía que termina inquietando el alma a través de los ojos.

(El desenfoque te convierte en explorador de angustias, en buscador de respuestas dentro de ti mismo; el desenfoque actúa como un modo de abordar la existencia desde el punto de vista siguiente: todo está amenazado por el olvido. No dejes que se vayan las imágenes, no dejes que desaparezca la imaginación que ha definido tu poder: saber mirar hacia adentro).

 

En cada una de sus fotos suelta el mundo, abre las puertas para que los fantasmas urbanos salgan en estampida. Lo urbano que fue nuevo y se torna gastado, que no pierde fuerza ni belleza en el desgastamiento. Lo urbano que fue lozanía, que es geometría, que se transforma en el pasadizo hacia otra dimensión. Y todo ocurre cuando la mirada de Ricardo Gómez Pérez viaja hacia el sueño y comienza a marchitar a propósito los bordes de la lumbre, esa flor gigantesca.

 

He ahí el espejismo blanco y negro para quienes soñamos con expresiones de otra índole.

 

HOMBRE Y ESCALERA

 

EL PERFIL

 

Uno de los fotógrafos legendarios en el ámbito de la fotografía y el cine fue y seguirá siendo el mexicano Manuel Álvarez Bravo. Trabajó con John Ford, Luis Buñuel y con Sergei Eisenstein. Entre sus amigos figuraban André Bretón y Henry Cartier Bresson.

 

Charles Henry Harbutt, un inolvidable fotógrafo estadounidense, fue presidente de la agencia Magnum en dos ocasiones y profesor asociado de fotografía en la Escuela de Diseño Parsons de Nueva York. Cada fotografía de Harbutt ha funcionado como una narración: creó relatos con la cámara.

 

Solo con mencionar a esos dos artistas del lente es suficiente asombro cuando se transita la biografía del fotógrafo venezolano Ricardo Gómez Pérez: porque ellos fueron pilares en la vasta enseñanza que Ricardo ha vivido a partir de su pasión por la fotografía.

 

He aquí otros nombres relacionados a su acontecer fotográfico:

Con Andreas Muller-Pohle, John Webb y Joan Fontcuberta, entre otros, Ricardo publicó en 1992 un portafolio de edición limitada: Memento.

El barcelonés Joan Fontcuberta fue uno de los fundadores en 1980 de la revista PhotoVision, donde se desempeñó como redactor jefe.

Andreas Müller-Pohle (Alemania, 1951) es fotógrafo y escritor. Estudió Economía y Comunicación en la Universidad de Hanover y Göttingen. En 1979, fundó European Photography, una revista de arte independiente para fotografía y nuevos medios.

 

 

CAJAS

 

PRESENCIA INTERNACIONAL

 

En el año 1989, el Moderna Museet de Estocolmo publicó un catálogo para conmemorar los 150 años de la historia de la fotografía y en ese catálogo figura la fotografía Blossom, de Ricardo Gómez Pérez. En 1992 fue seleccionado con Ricardo Jiménez para realizar un proyecto de la compañía Polaroid de Boston. Las fotografías de ambos forman parte de esa colección.

 

Las fotografías de Ricardo se han mostrado en Francia, Suecia, Japón, Holanda, Bélgica, Estados Unidos, y otros países amantes del arte fotográfico. Gómez Pérez ha estado asociado con otro prestigioso fotógrafo venezolano: Ricardo Jiménez.

 

Ricardo Gómez Pérez aceptó una breve entrevista que ha resultado interesante, importante y completamente reveladora de su arte.

 

ELLA EN LA ESCALERA

 

“ME ATRAE LO SURREAL DE LO COTIDIANO”

 

-¿Recuerdas tu primera cámara y tu primera fotografía?

 

-Recuerdo estar viviendo en Bogotá después de terminar los estudios de bachillerato en Caracas: busqué una escuela de arte llamada 4 Rojo. Allí el profesor me sugirió una cámara rusa muy económica en aquel entonces llamada Lubitel. Era como una réplica barata de una Rolleiflex. Usaba rollos 120 y en formato cuadrado.

 

-¿Cómo te iniciaste en la fotografía?

 

-Siempre me atrajo la fotografía… desde los 15 años. Hacía muchas diapositivas a color de mi entorno con diversas cámaras que conseguía prestadas. Era la época del Kodachrome. Luego lo tomé más en serio al mudarme a Bogotá.

 

-¿Qué te ha interesado más en la fotografía?

 

-El poder plasmar lo que me llama la atención en una sola toma. Lo que me atrae al guiño del ojo.

 

-¿Blanco negro o color? ¿Qué te resulta más expresivo o importante?

 

-Siempre el blanco y negro es lo mío. Pero ¿quién quita que haga algo en color muy abstracto de vez en cuando?

 

-Ahora que todo el mundo carga una cámara en el teléfono ¿Qué ocurre con la fotografía, con la imagen, con el fotógrafo profesional y su arte?

 

-Hay miles de millones de fotos en las redes. Muchísima gente común haciendo tomas de cuanto se mueve alrededor y muy anecdótico todo. Pero no quiere decir que todos son fotógrafos. Son más bien documentalistas de momentos. Ser fotógrafo es otra cosa más compleja. Hay que estudiar más a fondo y tener la pasión y el arte por dentro. Tener mucha dedicación y nacer con el ojo afinado. No todo es arte fotográfico. Mira tú: ¿cuántos pasan a ser parte de las grandes ligas? Son contados con los dedos. No todos entran a formar parte de una colección de museos internacionales. Hay una selección y trayectoria muy seria para merecer estar allí dentro. Menos mal que eso es así.

 

LOS CARRITOS

 

 

-¿Qué diferencia establecerías entre una imagen natural, que está enfrente de tu cámara y una imagen que tú intervienes?

 

-La diferencia está en que haces una toma sencilla de un hecho en la playa y luego la manipulas en Lightroom y la conviertes en algo extraordinario. Lo sencillo es casi banal y la manipulación o postproducción la eleva a otro nivel más artístico.

 

-¿Qué buscas con tus imágenes en cuyo proceso parece predominar lo sugerido?

 

-Siempre ando cazando situaciones que sean fuera de lo común o que no todo el mundo se fije en ellas y las convierto en otra cosa aún más extraña. Me atrae lo surreal de lo cotidiano que no todo el mundo alcanza a mirar. Me atrae mucho lo estético de la inmediatez.

 

-¿Prefieres el ser humano como objetivo o la arquitectura, el espacio?

 

-El ser humano dentro de la arquitectura y los espacios siempre son atrayentes. Pero también amo la abstracción dentro de las sombras y los volúmenes de la arquitectura.

ELLA MIRANDO

 

-¿Qué te satisface más en el proceso de fotografiar?

 

– La captura inmediata. Esa milésima de segundo donde ocurre la magia

 

-La experiencia con Polaroid ¿te permitió un avance en lo intuitivo, en el tema del tiempo, hallaste algo importante en ese proyecto?

 

-Descubrí con Polaroid un mundo nuevo. Me encantó su inmediatez y su formato. Los resultados fueron maravillosos. Hice una serie de desnudos que llamé Pola-Nudes

 

-¿Has seguido trabajando con Ricardo Jiménez?

 

-Seguimos cubriendo encargos fotográficos juntos. Ahora con menos frecuencia porque el país ha cambiado mucho y hay poca demanda. Las revistas desaparecieron, nuestros grandes clientes cerraron o se fueron del país. Pero siempre estamos pendientes de hacer algún retrato o alguna campaña publicitaria. También hacemos reproducciones de obras de arte para galerías y muchos coleccionistas privados que se van del país y venden sus colecciones. Somos un dúo muy unido que se reinventa con los nuevos tiempos que vivimos en Venezuela.

 

José Pulido leyendo en el Encuentro de Poetas Iberoamericanos. En la mesa A. P. Alencart y Claudio Aguiar (foto de Jacqueline Alencar)

 

 

 

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