‘ESTIGMAS’, POEMAS DEL URUGUAYO WASHINGTON BENAVIDES. PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS

 

1 El poeta Washington BenavidesEl poeta Washington Benavides

Crear en Salamanca se complace en publicar la serie ‘Estigmas’, textos escritos por el notable poeta Washington Benavides. Benavides (Tacuarembó, Uruguay, 1930) es autor de premiada obra (Nacional y Municipal de Poesía), cuyos más de veinte títulos van desde Tata Vizcacha (1955) hasta Como un comanche (2012), pasando por Las Milongas (1965), Hokusai (1975), Murciélagos (1981), El molino y el agua (1991), Canciones de Doña Venus (1998) o Los pies clavados (2000). Ha sido profesor de Literatura en la Universidad de la República, habiendo dirigido, en radio, programas musicales y literarios. Entre los cantantes que han dado voz a sus poemas están Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Raúl Ellwanger, Pablo Estramín, Eduardo Darnauchans o Laura Canoura.
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TRIBULACIONES DE LA FE

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Cuando la fe
Me ampara en su regazo
Como una madre al hijo
Temeroso
(qué cosas digo: tradúzcanme
Lo anterior por lo siguiente: cuando tenía
El brazo moreno de mi hermana Tota
O el pálido brazo de mi madre Glyde,
Casi dormía, casi soñaba, sin la visitación
De pesadillas)
Entonces cobra sentido
La palabra Eternidad;
Muy por encima (perdóname, Jules)
De la Eternulitè.
(Raspa en esas palabras que no son
Duraderas, son tiza en pizarrón,
Grafitti en muro derrumbado;
Mejor con energía escupe
La sangre del cabezazo en el partido;
Sigue jugando. Juega.
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Cuando un niño dispara
Su revolver
Y deja a una compañerita
De clase,
Lisiada para siempre.
Cuando un muchacho-padre
Mata o golpea
A un bebito suyo o de la compañera,
Porque no lo dejaba dormir.
Cuando una madre sabe
Lo que el padre o padrastro
Hace con sus hijas,
Y calla;
Pues mira el giro de ese trompo,
Y en la cara de la perinola
Puedes leer: Eternulitè.
(El muchacho caído en mitad
Del campo, sin fuerzas y embarrado,
Se levanta, renqueante, y abandona
La cancha).

(2004. Junio)

 

 

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TEXTO POR JUAN XXIII

 

 

En este Abril, que se parece al refrán español
“En Abril / las aguas mil”,
Fallece Karol Woytila, el Papa Juan Pablo II.
Yacente en oro y púrpura; portado en litera,
Con el cayado de plata en su mano, rodeado
De cientos de miles de cristianos. Luego de
Su velatorio, descansará en su tumba
De las Grutas Vaticanas. No es este Papa
Polaco, controvertido y adorado, por quien
Trazo estas fugaces líneas, que, como hilos
Telefónicos del campo, estarán pobladas
De golondrinas y palabras.
Veo a Ángel Roncalli caminar por entre
Las ringleras del viñedo de su tierra natal
Y bergamasca, acompañado por algunos
Campesinos de pantalón de gastada pana negra
Y chalecos oscuros, y mujeres de eterno luto.
El Papa bueno, les habla a ellos y los ángeles
De renovar la eclesia, de arrimarla a la pobre gente,
De compartir la pobreza de Jesucristo, de conciliar
La vida toda en un Concilio.
Los campesinos lo observan; ven ese viejo sacerdote
De rostro itálico y campesino como ellos,
Y el corazón los inclina a entender su prédica,
A continuar sus pasos entre las ringleras, mientras
Una mano de labriego sopesa un racimo y los mira
De frente, con una sonrisa de otro mundo;
Sigue adelante y ve como extraen las papas
De la tierra, las calladas campesinas,
Acercándole las papas de la tierra
A este Papa de la tierra.

(Abril 2005. Montevideo)

 

 

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“REPROVACIÓN DE LAS SUPERSTICIONES Y HECHICERÌAS”

Pedro Ciruelo redactó por el 1530
Este duro trabajo.
Catedrático de filosofía
En la Complutense, su seco corazón
No recibió los óleos erasmistas,
La audacia de su luz, su renovada
Visión del mundo circundante.

Pedro Ciruelo es seco
-como ciruelo en yermo-
-como Pedro una noche que los gallos cantaron.
Su pluma condenatoria rasga y ejecuta
Brujas
Malditos heresiarcas.
Porque en Pedro Ciruelo, la religión comienza
Y acaba en el demonio.
Cuando describe al nigromante
Se desploma Miguel Servet
Y la circulación de la sangre
Se empoza
-Malevolge-
Se asa sabrosamente Giordano Bruno
Cae Ícaro y cae Galileo
Y musicales sefardíes
Lloran desde una barca que se aleja.
Cuando describe los poderes adivinatorios
Por pacto demoníaco
Los ensalmos curativos por medio de palabras
O de objetos
La Astrología (falsa)
McCarthy asoma en turbios sueños
(trono de Muerte coronará a Los Rosemberg)
Reagan anuncia
Guerra de galaxias.
Mujeres y hombres que andan por los aires
(brujas) diciendo ciertas palabras
Untándose
Con rojos ungüentos…
Pedro Ciruelo ya prepara
El fin de España cosmopolita
El fin de toda reflexión y análisis
Pisa la prímula erasmista.

(1984. Montevideo)
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LECTOR

 

 

Soy un lector de sueños
Y de libros.
No soy intérprete de nada.
Soy un lector de circunstancias
Y de mitos
Y si expongo algún juicio
Debe ser puesto en tela de

Soy un lector de silencios
Principalmente del silencio
Del bosque
Me gustaría escribir algo
En las alas de las grandes mariposas blancas.
Soy un lector de las secretas
Melodías que entonan los murciélagos
Volando.
Soy un apasionado lector de pájaros.
Escribí hace años
Un largo poema sobre aves y pájaros
Remitiéndome a San Francisco de Asís:
“Hermano Fuego”
“Hermana Alondra”
Y sobre todo: “Hermano Mirlo”
La lectura es mi origen y el curso
De mis dìas.
La lectura es mi aliento y me sobrevivirá
(eso espero) en los libros;
Los míos y los ajenos (¿cuáles son ajenos?).
Soy un lector del cuerpo;
Del cuerpo de la amada y de mi pobre cuerpo;
Y de los cuerpos todos de los infelices
De Treblinka o el Congo.
Soy un lector:
No sé si un ocio o una virtud
Lo fundamentan.

(Setiembre 28. 1998)

 

 

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REPASANDO EL DECÁLOGO
(Éxodo., Dt. 56-22).

 

 

He leído el Éxodo
Y ahora estoy más que solo.
Porque sé los dioses que he adorado
Y abandonado. Fueron muchos.
Juntos, reconstruirían La Torre
O el tango discepoliano.
Y he tomado formas del mar y del cielo,
Y de la tierra y de debajo de la tierra,
Y por ellas sentí atracción de idólatra
Y he negado numerosas noches.
Y le he invocado con falsía en juergas
Y desesperaciones.
Y el sábado ha sido un día cualquiera
Y con olvido de su descanso trabajé o forniqué,
Me emborraché y me divertí en sus 24 espacios.
Tengo cuentas pendientes con mis padres.
No me justifican sus errores y sus olvidos.
Tengo deudas impagas. Recuerdos torvos
Que no me abandonan. Si acaso algún retal
Desechable de alegría.
He matado. Desde niño lo hice concientemente.
Si no cometí adulterio fue porque a la ocasión
La pintan calva o por iluso.
Robé. ¿Qué Alien podrá juzgarme?
Y sobre testimonios. En la mentira
Entronizada en los medios de comunicación,
Entre sigilosas noticias y pasatiempos,
¿qué testimonios serán los verdaderos?
-He codiciado la casa del prójimo y la mujer
Del prójimo y probablemente su confort.
-Oye: Aduanero del pensamiento, ¿cómo juzgar
Esa materia de quemazones?
Ahora no vengas con la parafernalia wagneriana
Para meterme miedo. No sirve para nada:
Truenos/relámpagos/trompetas
La Zarza en llamas.
Repito que he leído el Éxodo.
Y no puede ser mayor castigo
Para quien no esté Ordenado o por el Císter.

(1993-2004. Octubre)
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4 comentarios
  • Luis Eduarto Navarro
    abril 12, 2015

    Benevides es uno de los grandes nombres de la poesía uruguaya. Felicito a Crear en Salamanca que vengan publicando obra suya.

  • Saúl Vargas
    abril 12, 2015

    Gracias por acercarnos la obra de este reconocido autor nacido en Uruguay. Tenemos muchos desconocimiento de los buenos poetas de la América de habla española.

  • María Torres Cárcamo
    abril 12, 2015

    Enhorabuena, poeta Washington Benavides: me han encantado sus poemas porque son claros y directos.

  • César Vallenilla
    abril 13, 2015

    Un saludo desde Colombia, para decir que me gusta la presentación que se hace de la poesía en esta cuidada revista literaria.

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