‘SIEMPRE EL MAR’ Y OTROS POEMAS DEL CUBANO FÉLIX ANESIO

 

 

El poeta escritor Félix Anesio

 

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar 7 poemas del libro “País sin moscas y otros poemas” Primigenios, EE.UU. 2020), ultimo poemario de Félix Anesio (Guantánamo, Cuba 1950). Ingeniero de profesión. Ha escrito los libros de relatos Crónicas aldeanas y su version en inglés A Tale of Two Villages, (Voces de Hoy, EE.UU. 2011-2012) y los poemarios La cosecha, (Entre Líneas, EE.UU. 2013), El ojo de la gaviota, (Entre Líneas, 2015 y Betania, España, 2016), Los cuervos y la infamia, (Entre Líneas y Betania, 2016) y País sin moscas y otros poemas, (Primigenios EE.UU. 2020). Sus textos aparecen en prestigiosas revistas literarias como Otro Lunes (Alemania), Linden Lane Magazine, Conexos, Nagari (EE.UU.), Crear en Salamanca (España, 2016, 2020), Altazor (Chile, 2021), Hiedra, (México 2021) y El caimán barbudo, (Cuba, 2021), entre otras. Aparece en numerosas antologías como: Bojeo a la isla infinita, Betania y Entre Líneas, 2013, Antología de poetas del Siglo XXI, de Fernando Sabido, España, Puede parecer un bosque, La Insula Barataria, Cuba, 2014, Balseros, Entre Líneas, 2015, La isla invertebrada, Capiro, Cuba, 2017, La floresta interminable, Artes Miami, 2020, entre otras.  Ha obtenido dos premios editoriales Carmen Luisa Pinto en narrativa y poesía, así como la distinción Pluma de Plata y el Florida Book Awards, 2017. Reside en Miami desde el año 2000.

 

 

 

SIEMPRE EL MAR

 

 

                 ¿Qué puede el sol en un pueblo tan triste?

                            VIRGILIO PIÑERA

 

Dejar atrás los libros de toda una vida,

las fotos y poemas en el cajón apolillado,

los recuerdos más gratos, los más duros;

el beso último y desconsolado de la madre,

la lágrima de un padre que aún desconocía el llanto.

Todas las cosas lo abandonaban de golpe:

las amables puertas del vecindario que tantas veces

                                                                      abriera,

como si fueran propias, con la feliz insolencia de los

                                                                         niños;

las esquinas del amor, el canto del pájaro enjaulado,

los maestros que nunca más volvería a escuchar,

la sopa de la abuela en las tardes más frías.

 

Habiéndose forjado un mítico universo,

hoy renunciaba a todo en busca de otra tierra

donde inventarse sueños;

                                  y el mar, el siempre mar,

sería el único camino nunca antes transitado

 

 

Foto de José Amador Martín

 

CARNICERÍA

 

Zas, zas, zas…

¡Qué no te tiemble el pulso/

                      nada de sentimentalismos!

 

Colecta las grosuras e inmundicias

para quemar en el altar del dios pueblo;

cualquier cosa agradable al paladar del vulgo

como ofrenda expiatoria de holocausto.

 

Zas, zas, zas…

Lo fino, lo sublime, échalo a un lado.

Que no lo vea nadie, que en fin

                              no produce dividendos.

Contribuyamos a la nueva cultura

de estos tiempos, nada de finezas:

           al pueblo pan y circo.

 

Que consuman el tropo mil veces reciclado

el retruécano insulso, lo metáfora manida/

en fin, el venal comercio de ruidos usados.

 

Zas, zas, zas…

No importa que tu albo traje de editor

                                           se manche de tinta.

Luego lo lavas, así como se lavan las afrentas.

 

 

 

PAÍS SIN MOSCAS

 

                            vosotras, amigas viejas,

                         me evocáis todas las cosas.

                          ANTONIO MACHADO

 

Enjambres de avispas y cucarachas,

moscas y hormigas bravas,

perros y gatos decrépitos putrefactos.

Basura sobre basura, pestilencia/

                   dulceamarga y rancia pestilencia.

Montones sobre montones de escombros/

                        vaho sobre el vaho del recuerdo.

 

Esparcidos restos recubiertos por doquier

en la memoria del solar yermo de la esquina:

mi paraíso de la infancia colmado de alimañas.

 

Madre, ¿quién habría de querer a una mosca?

Ay, hijo, no preguntes; son criaturas de Dios,

y todo lo que Él ha creado tiene un firme propósito.

 

Ha pasado el tiempo/

                       Y mi madre ha muerto.

 

Hoy vivo en un país sin moscas.

 

 

 

SEMBLANZA DEL PATRIARCA

 

Habito en el gesto esquivo de mi padre

en su rostro aguileño y su pupila gualda

                                        de gaviotas

en todos sus miedos, cuitas y silencios.

 

Habito en sus cansados pasos

               de tantas duras horas bajo el sol.

En sus manos callosas sobre el surco

          de la gran cosecha (cornucopia) que

solo el estoicismo pudo hacer brotar

          y que otros, quizá, llamaron milagro.

 

Oh tristes días de la prisión

                         que enfermaron sus huesos

y acunaron la neurosis de su creativo mundo,

su impronta de sueños y fantasías sin cuento.

 

Yo he de vivir y morir a cada instante

esa extraña vida

            que no conoció de agravios

que no traficó con perdones ni olvidos

y que me ha legado lo ignoto por herencia.

 

¡Ay de mí, sin esa vida y muerte

                               cotidiana de mi padre!

 

 

 

EL CORAZÓN TARDÍO

 

¿Para quién canta un nido en mi costado?

ANTONIO GALA

 

Mi poesía es un canto desangrado

que brota de un corazón tardío y solitario.

 

Cercenados han sido mis miembros

superiores e inferiores, las uñas y el cabello

la vana impronta ante el espejo

la tos de las mañanas

                            el apetito carnal

                                             y la cordura.

 

Hoy, de todo he sido despojado.

 

Aun así, imperturbable, mi corazón late

hasta que se extinga en su final derrota

cuando ya no tenga nada que decir a nadie

 

 

 

Foto de José Amador Martín

 

 

 

ANSIAS

 

Mis párpados

caen

como cortinas

del ocaso

llevándose todos

los colores

las texturas

y las formas.

 

Mis párpados me

arrastran

hacia un mar terrible

distante

de mi piel

donde sólo habitan

impalpables

los sueños.

 

Mis sueños

nada dejan

me traicionan

alevosos

dibujando otras vidas

a mi vida.

 

Y cada noche

endemoniada

suceden esos

raros excesos

sin poder apenas

evitarlo.

 

Ansío la noche única

y definitiva

en la que no pueda

sino yacer

bajo el fuego de otra piel

apasionada

que se funda por siempre

con la mía

sin párpados cerrados

y sin sueños.

 

 

Foto de José Amador Martín

 

NEGACIONES

 

 

            Porque todavía no habían entendido la Escritura…

                                     JUAN 20:9

 

Soy un hombre galileo.

judío y pescador de oficio,

al que no le es dado creer

en la resurrección.

 

No quiero pensar

en la vida póstuma,

pues me sería imposible

lidiar con lo inefable.

 

Soy, simplemente, un pescador

y mi nombre es Simón Pedro.

 

Soy hijo del miedo,

y mi espíritu ha sido

presa de la turbación.

Por mi inmanente cobardía

hube de negarlo tres veces

antes de que el gallo cantara.

 

Lo amé en vida como solo

un hombre puede ser amado

en esta tierra. Por su amor

caminé sobre las aguas a pesar

de mis dudas. Mas no puedo

concebirlo como un espectro.

 

Y ésta, hermanos míos,

es mi cuarta y última negación.

 

 

Aún no hay ningún comentario.

Deja un comentario