Crear en Salamanca se complace en publicar esta muestra de Leonam Cunha (1995), nacido en Areia Branca, Río Grande del Norte, Brasil. Ha publicado cuatro poemarios por la editorial Sarau das Letras: Gênese (2012), Dissonante (2014), Condutor de tempestades (2016) y Para tempos suspensos: poemas selecionados & avulsos (2020). Tiene textos publicados en antologías y revistas, aparecidas en Brasil, España, Uruguay y México, y formó parte de los grupos de poesía Insurgências poéticas y Saliva, junto a los cuales realizaba recitales y performances poéticas. Es asesor jurídico, profesor, licenciado en Derecho (Universidad Federal de Río Grande del Norte-UFRN, Brasil), máster en Estudios de Género y Doctor (Universidad de Salamanca-USAL, España).
LOS TIEMPOS DE EROS
Para Pío E. Serrano
Nada Eros sobre los planes
de dos buenos chiquillos.
Nada y se refresca y bosteza.
Entretanto los chiquillos
planifican, calculan, se atosigan.
Mañana quizás es lejos,
un lustro posiblemente lo ideal.
Eros solo sabe de lo eventual.
Por ejemplo: ahora mismo
no me apetece arreglar el caos,
pasado mañana es jueves
y el mes que viene quién sabe.
Parte espuma, parte espada.
Parte sabiduría, parte guerra.
El reflejo de Eros es borroso.
Y lo que quiere, un reflejo
del descansado deseo divino.
Junta a los que se aman si
en gana le viene. Entretanto
los chicos se anticipan frotando
las puntas de sus flechas.
DESPIERTO
Estoy callado
frente al ruido del mundo
José María Muñoz Quirós
Me despierto.
Me siento al borde del colchón
al borde de este país
al borde de esta galaxia.
Qué asombro:
el rostro dorado del día
el piar rizado de los pardales
el aire que penetra mi cuerpo
que mi cuerpo expulsa
para enseguida libarlo de nuevo.
Qué espanto es vivir.
Qué maravilla.
VERBAL
Como todo
hijo de dios,
del verbo vine.
Digo, desdigo.
Cuando callo,
es igualmente
a fin de decir.
Este mal mío.
Mea culpa.
Verborreico…
No lo digo,
solo por dar
un espacio
al verbo,
un tiempo
al verbo.
El verbo ama
sus tiempos.
El verbo viene,
surge, vertido
sobre la mesa,
en la cara lela
de la familia.
Cae el verbo
para sellar
las bocas,
cae el verbo
para destruir
toda la paz.
Cae el verbo
para alentar
los vacíos,
para superar
los abismos.
De sopetón
sale detrás
de las cortinas,
en lencería,
con el labio
escarlata e
hiriente y dulce
y detestable
y prende fuego
en toda la casa.
Creo que el
verbo ilumina
la desgracia.
PARA UN CARTEL A LA ENTRADA DEL MUNDO
LA VIDA NO CABE EN LA PANTALLA PERO TAMPOCO CABE EN EL PAPEL Y TAMPOCO CABE EN UNA CANCIÓN ASÍ COMO NO CABE EN UNA CASA NI EN UNA CIUDAD UN PAÍS UN CONTINENTE LA VIDA NO CABE EN NINGÚN SITIO LA VIDA REBOSA PORQUE ES VASTA ES TREMENDA ES DESCONCERTANTE Y PORQUE NO SABEMOS LO QUE ES
PORMENOR EN UN TITULAR
A veces me compro
mesas decepcionadas.
O lápices que no eyaculan versos.
A veces me compro una ventana
con vistas a ningún lugar
La vida me enseña sobre mis pocos años
y muchos desencantos
– Ayer me compré un jarrón que tuvo
como obligación única
caerse y romperse –
He sentido mucha afinidad con el jarrón.
GUSANIDADES
Abrí la ventana hacia el amanecer.
El amanecer me aclaró con gusanos.
Los gusanos son esenciales para buscar el agujero de las cosas.
Suelta en el agujero, la palabra vuela.
Para el vuelo de la palabra, no puede haber compartimientos.
Es decir, morfología, sintaxis y otros daños.
Pudiera ser yo pájaro y recogería cada semilla
de bonanza o perdición
y las distribuiría
entre cactus.
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