IN MEMORIAM. POEMAS DE SANTIAGO CASTELO Y LUIS GARCÍA-CAMINO BURGOS. PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS

 
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Crear en Salamanca publica, a modo de despedida y homenaje, poemas, fotografías, pinturas y manuscritos de dos poetas que acaban de fallecer: el Extremeño Santiago Castelo y el salmantino Luis García-Camino Burgos, quienes seguirán formando parte, ya para siempre, de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos que se vienen realizando en la capital del Tormes desde hace dieciocho años.

 

 

1 Santiago Castelo por Miguel Elías (2004)Santiago Castelo por Miguel Elías (2004)

 

 

 

SANTIAGO CASTELO
Participante del I, V y XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos

 

El viernes 29 de mayo falleció quien así escribía: “El corazón al viento, la palabra medida/ y un derramarse hondo otra noche de junio/ temiendo que la adelfa se nos vista de nube”, el poeta José Miguel Santiago Castelo (Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1948 –Madrid, 2015). Como periodista hizo toda su carrera en ABC, del cual en 1988 fue nombrado subdirector, y en 2010, año de su jubilación, pasó a presidir el comité asesor editorial de ABC. Hasta ayer, y desde 1996, Castelo era Director de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. También era miembro de las academias Cubana y Norteamericana de la lengua. Entre sus libros de poesía destacan: Tierra en la carne (1976), Memorial de ausencias (1978, que obtuvo en 1982 el premio Fastenrath de la Real Academia Española), Monólogo de Lisboa (1980), La sierra desvelada»(1982), Cruz de guía (1984), Como disponga el olvido (1985), Al aire de su vuelo (1986), Antología extremeña (1991), Habaneras (1995), Hojas cubanas (1997), Siurell (1988), Cuerpo cierto (2001), La huella del aire (2004), Quilombo (2008), La hermana muerta (2011) y Esta luz sin contorno (2013). Recibió varios premios nacionales de periodismo: Ex Fogueró (1984), Julio Camba (1993) y Martín Descalzo (2000); y de poesía: Gredos (1982) y Alcaraván (1999).

 

 

NOCHE OSCURA DEL ALMA

 

A veces tengo miedo a la espesura
y a veces la deseo. Se me asoma
el miedo al alma en quiebro de paloma
y a veces ese miedo es calentura

que quisiera asfixiarme. La ternura
del corazón el pecho me desploma
en un fuego de amor que al alma toma
y la convierte en presa de locura.

A veces tengo miedo. No sabría
decir de qué. Pero es un miedo ciego.
Miedo a la soledad, a la agonía,

miedo a perder mi parte de alegría
y a dudar de un cariño que no niego…
Tengo miedo, Señor. Y ya es de día.

 

 

2 Alfredo Pérez Alencart, Santiago Castelo, Pilar Fernández Labrador y José AlfredoAlfredo Pérez Alencart, Santiago Castelo, Pilar Fernández Labrador y José Alfredo

 

 

 

TROPEL DE SANGRE

 

 

 

¿Por qué este calor de espiga entre los labios
y esta savia de forraje entre las carnes?
¿Por qué la piel se me abre poro a poro
ante el chorro misterioso de tu lengua?
¿Por qué este ardor de aliento entre los dientes
y este morder el cielo trozo a trozo
y este beber despacio las estrellas
en un claro clavel de los rocíos?
¿Por qué este despertar la madrugada
para verme desnudo en la ventana
fresca de lágrimas y ansiosa de geranios?
¿Por qué este suspirar por la verdura
tibia y sencilla de las eras dulces?
¿Por qué este desear y esta locura
de marcharme, hecho fuego, en el Pegaso
de tu cuerpo despierto por los aires…?

 

BARCO

 

 

Nos salva la nostalgia. Cada día
hay un trozo de ayer que nos recuerda
un vivir. Desde el fondo de los años
se alza ese barco sobre el mar antiguo
para bogar desnudo en nuestra sangre.
Y así navega, entre suspiro y ola,
cáliz de la memoria perseguida,
con una encina, un beso, una palabra
y tanta soledad. Se fue perdiendo
el amor, la esperanza, los deseos
y se secó la boca enamorada…
Queda tan sólo la ceniza. Queda
el barco de cristal que cada tarde
cruza el pecho. ¡Con cuánta fantasía
el viento y la memoria se sublevan
y hacen reverdecer todo lo huido…!

 

 

3 Tundidor, Ledesma, Castelo, Piedra, Molina y Romualdo (Salamanca, 1998)Tundidor, Ledesma, Castelo, Piedra, Molina y Romualdo (Salamanca, 1998)

 

 

 

QUIEBRO

 

 

Has roto el aire y todo está quebrado.
El mar se ha desmayado en la bahía.
Sólo tú en ti. La luz tiembla a porfía
al filo de tu cuerpo destemplado.

En el vientre del cielo te has tronchado
y has seguido ascendiendo en arquería
de seguir siendo tú. ¡Quién doblaría
el talle así a fuer de enamorado!

Ni rotura ni mimbre desnortado,
cintura en vuelo, clavel enfebrecido,
quién pudiera tenerte, en muerte herido,

así, muerto de amor, firme y helado,
así, muerto de ti, dulce y transido,
así, muerto de danza, acuchillado.

 

 

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DUERMEVELA

 

 

Me turba este presente.
Ya no sé dónde empieza
a limitarse el sueño ni si esta realidad
es un bosque que acecha al hilo de tu beso.
Quiero arrancar de nuevo, aprender las palabras,
llenarme de ese aire de locura y misterio
y poder recostarme desnudo en tu mejilla
mientras la sangre entera busca su nacimiento.

Me turba este presente.
Ya no sé dónde tengo
aquel verano antiguo de soles castellanos
con coronas de espigas. ¿Qué queda de aquel beso?
Busco en un laberinto de cipreses y olivos
la suave mano tuya que todo lo allanaba
y siento que no quiero dormirme y, entre brumas,
entro en una nostalgia serena y agridulce.

 

 

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MEDIODÍA

 

Me llega tu palabra.
Cada día me llega desde lejos tu palabra.
¡Qué azul melancolía!
Atrás nos vive el pueblo,
la lejana pasión de un sueño en lance de ternura.
¡Nos quedan tantas cosas!
Yo querría
recoger el olivo que cortaron, la casa tuya aquella,
mi soneto primero
y aquel encuentro nuestro junto al Mediterráneo.
Quisiera unirlo todo y ponerlo esta tarde
-en que estoy tan cansado de vida y de ilusiones-
al pie de aquella foto
de abril en mediodía
con una primavera de piedras berroqueñas
donde brillaba el fuego de tu cabello rubio
sobre un haz amoroso de morados cantuesos.
Me llega tu palabra.
Al par de tanta loca
locura que me azota, me llega tu palabra.

Y eso es lo que nos queda.

 

 

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DON ALFONSO

A don Alfonso Ortega Carmena,
veneración y cariño.

Siempre discreta la palabra.
Exacta
la medida de las cosas. Y ese pensar
la hondura de los siglos
como una flor que no se marchitase.
Tan cálida la voz que se diría
que hay un temblor de fuego en las ideas.
Y por encima de todos los misterios
esa estrella
-tu estrella-
que, mágica, señala
la apuesta que Dios hizo
signando por tu nombre a Salamanca.

 

 

6 Baquero y Santiago Castelo en la Pontificia (foto de A. P. Alencart, 1993)Baquero y Santiago Castelo en la Pontificia (foto de A. P. Alencart, 1993)

 

NOSTALGIA DE GASTÓN BAQUERO

Para Alfredo Pérez Alencart

 

 

Fue una larga amistad de más de treinta años.
Yo era apenas un joven lampiño y veinteañero
y él fue mi profesor de amor a Hispanoamérica…
Porque era eso: un poeta, un enseñante a amar
que deslumbraba a todos con su palabra exacta.
Tenía las manos grandes y unos ojos muy tristes.
Inmensamente tristes. Y aquel acento suyo
que envolvía las cosas de poesía y belleza,
bajo el sereno poso de su mirar cansado.
Me dio el dulce veneno que da la cubanía
y cuando yo más tarde me prendé de La Habana
me puso el gentilicio de «habanensis» perpetuo.
En los últimos años le traía de Cuba
lo que más le colmaba su alma de exiliado:
cartas y libros de jóvenes poetas que adoraban su nombre
y, a escondidas, cambiaban sus versos manuscritos.
Gastón Baquero el grande, el maestro, el amigo.
Hoy quiero recordarlo en aquel homenaje
que le dio Salamanca donde fue tan feliz.
Era abril en las flores con las noches aún frías,
y más para aquel hombre que siempre fue cubano.
Aquellos ojos tristes se volvieron dichosos
y entre las nobles piedras que doran Salamanca
el aire se colmó de palmeras reales
para enjugar la lágrima que lloraba por Cuba.

 

 

 

7 Luis García Camino Luis García Camino

 

 

LUIS GARCÍA-CAMINO BURGOS
Participante del VI Encuentro de Poetas Iberoamericanos

 

 

El pasado jueves 28 de mayo falleció en Salamanca el poeta Luis García-Camino Burgos (Salamanca, 1947-2015), quien así escribía: Tú estás en el secreto;/ Tú mantienes la clave, encerrada/ muy hondo,/ -donde todo latido tiene sabor de alma-/ por eso, Idee, te invoco/ de tarde en tarde, cuando,/ solo,/ me doy cuenta del ámbito/ que me desaparece”. Los últimos años el alzheimer había apartado de los ámbitos culturales a nuestro querido poeta, quien también formó parte del último equipo de coordinación de la Revista Álamo de Poesía, dirigida por Pepe Ledesma. Luis publicó, en poesía, los siguientes libros: Los besos bajo tierra (1971), Todo el mar un momento (1981) y Mis noches con Idee (2000). También publicó poemas y artículos de crítica literaria en revistas especializadas. Entre otras ediciones críticas destaca su Antología poética de Antonio Machado (Santillana, Madrid, 1995).
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…YA MUERTE NO SERÁ, SÍ SERÁ AURORA

 

 

No perdono a la vida el retenerte
ni le consiento al mundo primavera;
quiero amarte sin fin, de tal manera
que sientas este amor que en mí revierte.

Cerca de mis caricias, a mi vera
quiero mirarte siempre y siempre verte,
que crucemos los arcos de la muerte
unidos: árbol tú, yo enredadera.

Entonces los dos juntos, abrazados,
entraremos despacio en esa noche
de luz sin fin que, en fuego, nos devora;

y en un tiempo de besos, con derroche
infinito de amor, enamorados,
ya muerte no será, sí será aurora.

 

 

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CATEDRAL DE SALAMANCA

-Portada principal en el ocaso-

Perdí mi rumbo
y lo encontré en la claridad,
en esa azul sustancia del otoño
que deja, en su aleteo, una oración
o un beso.

Y me apoyé en la piedra
y escuchaba silencios detenidos,
cientos de ángeles
impacientes de cielo;
y percibía entonces el gozo de la lluvia,
que resbalara siempre
como un sudario eterno de cristales
para irisar el oro.

¡Todo el Cielo, de oro, en ese pórtico
inundado de sol! Ultimo rayo
que, en la piedra, dejara su oración,
su beso,
allí donde el artista iba esculpiendo
al Hombre-Dios,
desde el momento mismo del inicio,
para que dialogase con la muerte.

Vinieron luego sombras y campanas
cabalgando en el eco del bordón,
y dejaron su sello en los crepúsculos
de oraciones y besos.

Y fue en ese momento,
cuando el vértigo vivo de la altura
se llenó de fantasmas, de pinceles,
de pináculos agrios y de agujas
en una fantasía
que surgiera
de los sublimes sueños de su artista:

y me anunciaron, con su voz de siglos,
que en aquel formidable corazón
-catedral-corazón de Salamanca-
tendrían siempre su trono: una oración
y un beso.
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SOMBRAJO

 

 

Para todas y cada una de las Aminas condenadas,
en las prisiones del fanatismo religioso,
por el amor que floreció en un hijo.

No te dejes mojar por esa
imposible lluvia de cascotes.
No dejes que las lanzas de caña descolgada
hiendan tu carne núbil,
sometan tu belleza,
deformen tus latidos
y roben tu palabra.

Todo en la habitación escapará en un grito;
y mientras se descuelgan jirones de un pasado
que reflejan los ríos
de tu vivir,
escóndete, agáchate, no mires
tanta amargura, tanta
sucia podredumbre;
deja que sean los otros, los investigadores,
los eternos escudriñadores de hiel atormentada,
los que sufran al ver
ese sombrajo inmundo
-tiznajo despreciable-
que es su propia vida.

Y tú refúgiate
dentro de la cunita
donde juega tu alma.
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EROS Y PSIKE

 

 

En el beso imposible es donde se refleja
el deseo infinito,
el ansia de unos labios
que ascienden ya sin prisa,
encadenados,
por la caricia que mantiene presos los ojos
de otros ojos.
Es en ese momento cuando todo
lo humano
se torna evanescente, se hace Dios,
se adivina
el cielo prometido: hoy saben dónde está.

En esta noche de gozo universal
el alma y el amor irán unidas
para que nos desvelen el misterio
de las alas humanas.

 

 

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13 Manuscrito de Santiago CasteloManuscrito de Santiago Castelo

 

14 Manuscrito de Luis García-CaminoManuscrito de Luis García-Camino

 

 

 

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