El pasado 11 de  diciembre se celebró, en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo de Salamanca, un recital de poesía y música ofrecido por el poeta Alfredo Pérez Alencart y por el cantante Alejandro Roop. Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca, quiso así dejar su testimonio cristiano escribiendo unas letras basadas en el nacimiento y en la obra intemporal del Jesús de los Evangelios. Dichos textos los musicó e interpretó Alejandro Roop (Barcelona, 1977), cantante, doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Granada y actualmente responsable de GBU (Grupos Bíblicos Universitarios) para Madrid y Castilla y León.

 

 

 

 

El acto, presidido por Pilar Fernández Labrador, en representación del Patronato de la Fundación Salamanca, ciudad de Cultura y Saberes, constó de cinco partes. Tras una parte introductoria, titulada “Navidad Lejana”, donde Alencart recitó un poema suyo (“Nacimiento del Mesías”), el cantautor Alejandro Roop interpretó una canción escrita y musicalizada por él: (Navidad cercana: Las luces navideñas…).

Las cuatro partes restantes del recital fueron seis canciones cuyas letras las escribió Alencart especialmente para que las musicara Roop. Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar, por vez primera, estos textos.

 

Fotos de Pablo Rodríguez, Elena Díaz Santana  y Eduardo Moreno (video)

 

 

 

 

 

 

1.     Navidad lejana

 

NACIMIENTO DEL MESÍAS (Poema de A. P. Alencart)

 

 

Oídme costas, y escuchad, pueblos

lejanos. Jehová me llamó desde

el vientre, desde las entrañas de mi

madre tuvo mi nombre en memoria

ISAÍAS 49.1

 

ALGUIEN,

vientre adentro,

escucha el éxtasis del Creador

y las voces que afuera describen la caída

de las últimas hojas que el otoño perdonara,

el cúmulo de idolatrías y perversiones

o las encarnizadas guerras entre naciones vecinas.

Es el cordero del alma en su placenta sin sonajas:

allí espera la cesárea del rayo, el arribo

de los visionarios que no pierden de vista

ni borran del firmamento la estrella inolvidable:

en su placenta espera el ¡hágase la luz

de su otra realidad!, el ¡vuélvanse a abrir los blandos

labios para pronunciar oraciones honestas

por el Señor de todas las cosas!

Alguien penetrado de amor contempla largamente

desde su fondo de misterio y desde su carnalidad

haciéndose de trigo y de uva para los hombres:

es el Hijo de la esperanza; el Padre de nuestros hijos;

el Anciano que rehúye candelabros de adoración;

el Mendigo que alarga las manos queriendo

dar su poco pan a los ricachones; el Espíritu que padece

el dolor y la maldad de los mortales; el Niño

que recuesta su cabeza iluminada; el Joven que prepara

largamente su revolución contra los falsarios…

Vientre adentro hay un cuerpo divino,

un pequeño Poeta, alguien que de la nada creará

el más angélico anochecer para surgir ordenando

de nuevo el amor vivificante.

Esta fría noche nacerá y renacerá el Cristo:

Él nos escucha: ¡Tiemblen, gentes equivocadas!

¡Gocen, espíritus que oyen su balbuceo y se van

tornando generosos con el prójimo y con quien

llega como huésped desesperado!

Las parábolas del Niño que sale del vientre

-mientras caen copos de nieve como dulces salmos

serán humus nutriente hasta el fin de los siglos,

pues ningún Herodes puede ni podrá con Él.

¡Ya nació!, ¡ya renació! el Ungido que esperábamos.

¿Queréis verlo?

Abramos pues, de una vez por todas,

nuestro corazón libre de espinas y vanidad.

Abramos nuestro entendimiento al cordero del alma

que pasta en cada pecho tras la plenitud del parto.

El paraíso estará en la veta viva del amor

que prodiguemos a este Niño inmenso

y a nuestros propios semejantes.

 

(Para Elena y Timoteo Glasscock)

 

 

 

 

 

 

 

NAVIDAD LEJANA Y CERCANA (Letra y música de Alejandro Roop)

 

¶ Las luces navideñas se encienden en las calles

caminan con presteza mujeres, niños y hombres,

mirando en los escaparates los brillos y los ecos

que evocan el lenguaje de ingenuas ilusiones

de una paz que se ha quebrado a golpe de cañones

a golpe de injusticias y crueles opresiones,

de un gozo que se muere en gritos y en insultos

de esposo enloquecido que agarra el cuchillo,

de un amor que se debate con furia entre las sábanas

y pronto se ha esfumado con las luces del alba.

 

¶ Navidad, qué lejos te siento en esta noche

tan fría y tan oscura.

Mi Jesús, te ruego, queremos ver tu estrella

de auténtica esperanza.

 

¶ Recuérdanos la historia del pueblo de Judea

en que un desconocido ha nacido en un establo.

Qué triste, qué humillante, qué amor, qué valentía,

hacerte un ser humano, tan débil tan despeño,

y hoy quiero recordarte, Jesús hijo del hombre,

Jesús Hijo de Dios, mi Salvador Divino,

y hoy quiero adorarte, oh Dios de lo imposible

me rindo ante este niño, que es luz de las naciones,

si tú estás con nosotros en estas Navidades

vendrá tu esperanza a muchos corazones.

 

¶ Navidad, qué cerca te siento en esta noche,

la luz me ha iluminado.

Mi Jesús, te adoro, tu Navidad revela,

tu rayo de esperanza.

 

 

LETRAS DE A. P. ALENCART

 

2.     El eco del clamor por los humildes

 

 

 

 

 

 “El Niño nacido en Belén” (Poema-canción)

 

El Niño nacido en Belén

Trajo salvación consigo.

Dará pan que sale del trigo

Antes de ir a Jerusalén.

 

El mundo anda de fiesta

Más no celebra la Navidad:

No hay vida nueva ni bondad,

Que es como se manifiesta.

 

Jesús desconoce fronteras

Porque supo vencer con Amor.

Mejor no olvidar su clamor

Por los humildes que esperan.

 

 

“Por Cristo” (Poema-canción)

 

// Si ayudas al pobre

es que Jesús lo pide;

Él nos quiere y ampara

viendo por los demás.

 

Están llenos los días

de cruel desigualdad,

de conductas ajenas

a la veraz cristiandad. //

 

// Que no haya cruz nueva

para gente sin trabajo;

que muera el egoísmo

de cada ser humano. //

 

// Por Cristo el mundo se salva.

Por Cristo no tiras la piedra.

Por Cristo no estás fatigado

cuando socorres al hermano. //

Por Cristo eres samaritano

con niños, mujeres y ancianos.

 

 

 

3. Navidad íntima y encarnada

 

 

 

 

 

 “Buenas noticias” (Poema-canción)

 

Si amar es nuestra costumbre

no quede el amor sin obras.

Buenas noticias al prójimo

es mostrarle nuestro amor.

 

Alcemos la voz verdadera

si comprobamos lo injusto.

Decir “lo siento” no basta

al que lo pasa tan mal.

 

Venga el Dios encarnado

a dar el reino aquí mismo.

Venga el ejemplo de Cristo

a dar el pan y el pescado:

 

Demos los panes y peces

que hoy multiplica el Maestro:

son elocuentes señales

y hondas metáforas reales,

de la Justicia que sacia,

del Pan que al alma abastece.

 

 

 

 

“El Dios que me mora” (Poema-canción)

 

El Dios que me mora

me sabe imperfecto.

¡Qué dicha que me quiera

repleto de errores!

 

Bendiciéndole voy,

rebeldías aparte.

Ya sumo, ya aprendo

del Amor cada día.

 

Lo Suyo es perfecto

porque dona su Gracia

para todos los hijos

que son como hermanos.

 

Te sigo, buen Cristo,

Amado nazareno,

Tú enseñas las obras

del corazón humano.

 

 

 

4.     Navidad profética: el retorno del Niño

 

 

 

 

 

 

 

“Ya vuelve el Niño” (Poema-canción)

 

Ya vuelve el Niño

que otra Luz proyecta;

ya vuelve en Carne

en la marea del Verbo.

 

Es realidad soñada

agrietando las horas;

es el Hijo único

que humilde se posa.

 

Encántame el Niño

por Eso que anuncia:

un Árbol de vida

un Reino de ahora.

 

Atrévese a volver

con su brío de Niño,

con su honda Palabra

y en su frente la Cruz.

 

Éste será mi Pastor

por el sol de su sombra

y el Misterio que hoy

me toca y me nombra.

 

 

 

5.     Los niños del Niño de la Navidad

 

 

 

 

 “El Niño de la Navidad”  (Poema-canción)

 

 

Comprendedlo, no es difícil,

Ver la alegría en el rostro

De los niños de otras tierras

Cuando toca abrir sus cajas.

 

Gracias, Señor, que a los nuestros hasta hoy

No les faltó regalos. Jesús Amado,

Que esos niños tan preciosos que en tus manos están,

pronto puedan acercarse a Ti:

 

 …el Niño de la Navidad…

…que eres el Niño de la Navidad…

…el Niño de la Navidad…

…que eres el Niño de la Navidad.

 

Ya llega el camión y el barco

Trayendo lo que mandan

Los padres con sus hijos

Desde la generosa España.