‘FUI CAMINANDO POR LA VIDA’ Y OTROS POEMAS DE PATRICIA DENEGRI, ENVIADO PARA EL XXVII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar los poemas de Patricia Denegri (Ica, Perú). En Lima se formó como periodista, actriz, pedagoga teatral y escritora. Es autora del libro Cuarto Sacramento y coautora del poemario La Duna Amanece. Recientemente ha publicado su poemario Magnolia ( Editorial Tierra Nueva, junio 2024)

Como dramaturga, ha escrito y producido las piezas teatrales Amores y Fantasías en Tiempos de Viagra, Lobo qué estás haciendo, Siguiente y El Hijo Equivocado, y las adaptaciones al teatro de las obras La Cena, La Romana y Espíritus Rebeldes.

Es, asimismo, articulista en revistas culturales limeñas y guionista de proyectos cinematográficos. Como actriz ha participado en más de cuarenta montajes teatrales, y como directora teatral ha llevado a cabo más de una decena de producciones.

 

 

FUI CAMINANDO POR LA VIDA

 

I

 

Fui caminando por la vida

y la boca que encontré jamás pronunció palabras que hicieran temblar a mi cuerpo.

Esa boca era inerte

pálida

Fría.

Era como muerta

como si todo el hielo de la Antártida se depositara en ella.

Emitía sonidos sin melodías

sonidos que jamás llegaron a mis oídos

porque eran mudos

vacíos

vestidos de nada.

Esa boca nunca me abrigó del frío

ni hizo vivir a mis labios

a los que dejó apagados y sin brillo.

Jamás pudo cantar

ni sonreír

ni abrirse para resucitarme

cuando se atrevió a decirme te amo

pues ese te amo era débil y amorfo.

No pudo gritar de felicidad

cuando alguna pasión intentaba visitar a su alma

porque era desalmada y desapasionada.

Era nada.

 

II

 

Fui caminando por la vida

y me encontré con unas manos sin corazón ni dolor

y esas manos que encontré

nunca pudieron sentir mi piel ardiendo por tanto amor.

Jamás pudieron tocar las ganas que tenía de vivir

ni coger esos “teamos” que nos abrigaban al dormir

porque eran manos duras

ásperas

ofensivas

eran falsas

como si tuvieran protectores y se cubrieran del amor.

No tenían energías

estaban como separadas de la vida

apartadas de la alegría

arrinconadas

abandonadas.

Y es que el amor nunca las visitó.

Las dejó solas y sin luz

en una fría habitación de hotel

en la que esperaban día a día la llegada de nadie.

Estaban cansadas de dar nada

y resignadas a siempre recibir.

 

III

 

Fui caminando por la vida

y me encontré con unos ojos

que nunca miraron el amor que acompañaba a mi sangre.

No pudieron ver mi felicidad colmada de pasión

porque eran ojos ciegos y egoístas

que paralizados

esperaban su presa para continuar su existencia.

Jamás pudieron mirar conmigo el mismo horizonte

ni apreciar la belleza del mar.

Eran ojos secos

lerdos

incapaces de encontrar la belleza de lo feo

ni regalar un poema a través de una mirada.

Nunca pudieron llorar con una canción

ni cantar por un llanto

porque no sentían necesidades

ni esperaban una tristeza.

Su vida era feliz

pero su felicidad estaba muerta.

jamás pudieron ver mi mirada

ni el amor que la formaba.

 

IV

 

Fui caminando por la vida

y me encontré con un corazón que me hizo sufrir

y se rió de mí.

Era descorazonado.

Duro como los pies de un caminante.

Sordo como el mundo

para los pobres que piden pan.

Era grasoso y resbaloso

y cuando quise cogerlo se burló de mí.

Era un corazón pequeño

que se atrevía a abarcar todo

quería apoderarse de mi debilidad.

Era cruel y despiadado

sin una gota de bondad.

Un corazón verde

como los trozos de papel

que rigen el mundo.

Tenía signos y números

pero no letras que iluminasen su forma.

Era un corazón real.

 

 

CELDAS

 

Amarrada en mis sentimientos

vivo mi extraña vida

sin entender siquiera

el por qué los llevo dentro.

Ahogada en una habitación

de ventanas

cerradas como celdas

donde la luz brilla sin fuerza

porque la oscuridad lidera el espacio

suenan pensamientos

como instrumentos musicales

tocados por niños

y pasean por mi mente

bailando sin compás.

Me acuesto por las noches

en una cama desolada

con sábanas frías

sin color

sin olor

sin textura.

Las lámparas pugnan

por servir para aclarar

pero la despiadada oscuridad

vuelve a combatirlas

¿para qué? les pregunta

se burla y las apaga

y apagadas no entienden nada

como yo tampoco lo hago.

Pero sigo siempre ahí

como mi vida sin color

mi música se siente triste

mis escritos moribundos

mi mirada se pierde lerda

burda

sola

como yo lo estoy.

Tengo miedo

y miedo de no sentirlo

miedo de mi fuerza

de mi valentía

de mi lejano amor.

Por las mañanas empiezo a dormir

y me entrego al sueño de formas

de esperanza con color

de la vida injusta para muchos

como para mí también lo es.

Pero sigo siempre fuerte

aunque apagada ahora estoy

frágiles sueños me persiguen

frágiles

como la fuerza de la luz.

Las lámparas y yo nos miramos

sin que podamos entendernos

hay un abismo que nos avisa

que la esperanza ya no está

la luz ahora se fue

yo también lo hice

la oscuridad creyó ganar

y tendida en mi cama desolada

de sábanas frías

sin color ni textura

me acuesto

miro las ventanas

cerradas como celdas

y detrás de ellas

me veo yo.

 

 

AYER

 

Yo recuerdo de mi niñez

las mariposas en los aires

y las campanadas de la iglesia.

De mi madre recuerdo

su sonrisa alumbrada

y su mirada de apoyo.

No quiero que aparezcan

los llantos y sus muertos

los vacíos de los parques

y la ausencia de las flores.

No quiero el gris de los colores

ni el silencio de las fiestas.

Quiero el recuerdo de los dulces

el recuerdo de mi abuela

las caricias que inventaba

y sus dedos sentenciando.

No quiero recordar

la muerte de mi perro

sino

sus ladridos entonados.

No quiero recordar

el sonido de las tripas

de los niños sin comida.

Sus platos vacíos

y sus madres ausentes

se han perdido en mi memoria.

Mucho miedo las borró

mis galletas las calmó.

Yo recuerdo de mi niñez

mi futuro inventado

mis juegos de menos años

y mis ansias de abrazos.

No quiero recordar

los temores de mi madre

ni sus sufrimientos eternos.

No quiero ver su triste alegría

ni sus lágrimas contenidas.

 

 

LA LINEA

 

 

Quisiera ser una línea

de esas que adornan la pared

para poder observar desde lo alto

a la gente y sus creencias.

Poderosa línea

quién como tú que no sufres esta mezcolanza de vidas.

Quién como tú que te libras de esta contaminación

de esta putrefacción superficial

que tiene pies y cabeza.

Quisiera ser una línea

de esas que adornan la pared

inmóvil con el tiempo

que segura ella

le pone un límite a la existencia.

Quién como tú que no tienes la obligación de comer

para subsistir

que parada e imponente te ríes de los demás

sin que puedan atacarte.

Quién como tú que no te enfermas con la ira

e impotencia del egoísmo

que eres fuerte y sólida

y que firme

existes.

 

LIMBO

 

 

Ando entre tacos y añoranzas

supervivencias y anhelos.

Entre seres que amo

y seres que extraño.

Entre música nueva

y música impuesta.

Entre colchones provisionales

y camas de antaño.

Entre libros de vuelta

y otros que aún no llegan.

Entre ganas de ser yo

y ganas de dejar de serlo.

 

 

 

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