Crear en Salamanca se complace en publicar los poemas de Patricia Denegri (Ica, Perú). En Lima se formó como periodista, actriz, pedagoga teatral y escritora. Es autora del libro Cuarto Sacramento y coautora del poemario La Duna Amanece. Recientemente ha publicado su poemario Magnolia ( Editorial Tierra Nueva, junio 2024)
Como dramaturga, ha escrito y producido las piezas teatrales Amores y Fantasías en Tiempos de Viagra, Lobo qué estás haciendo, Siguiente y El Hijo Equivocado, y las adaptaciones al teatro de las obras La Cena, La Romana y Espíritus Rebeldes.
Es, asimismo, articulista en revistas culturales limeñas y guionista de proyectos cinematográficos. Como actriz ha participado en más de cuarenta montajes teatrales, y como directora teatral ha llevado a cabo más de una decena de producciones.
FUI CAMINANDO POR LA VIDA
I
Fui caminando por la vida
y la boca que encontré jamás pronunció palabras que hicieran temblar a mi cuerpo.
Esa boca era inerte
pálida
Fría.
Era como muerta
como si todo el hielo de la Antártida se depositara en ella.
Emitía sonidos sin melodías
sonidos que jamás llegaron a mis oídos
porque eran mudos
vacíos
vestidos de nada.
Esa boca nunca me abrigó del frío
ni hizo vivir a mis labios
a los que dejó apagados y sin brillo.
Jamás pudo cantar
ni sonreír
ni abrirse para resucitarme
cuando se atrevió a decirme te amo
pues ese te amo era débil y amorfo.
No pudo gritar de felicidad
cuando alguna pasión intentaba visitar a su alma
porque era desalmada y desapasionada.
Era nada.
II
Fui caminando por la vida
y me encontré con unas manos sin corazón ni dolor
y esas manos que encontré
nunca pudieron sentir mi piel ardiendo por tanto amor.
Jamás pudieron tocar las ganas que tenía de vivir
ni coger esos “teamos” que nos abrigaban al dormir
porque eran manos duras
ásperas
ofensivas
eran falsas
como si tuvieran protectores y se cubrieran del amor.
No tenían energías
estaban como separadas de la vida
apartadas de la alegría
arrinconadas
abandonadas.
Y es que el amor nunca las visitó.
Las dejó solas y sin luz
en una fría habitación de hotel
en la que esperaban día a día la llegada de nadie.
Estaban cansadas de dar nada
y resignadas a siempre recibir.
III
Fui caminando por la vida
y me encontré con unos ojos
que nunca miraron el amor que acompañaba a mi sangre.
No pudieron ver mi felicidad colmada de pasión
porque eran ojos ciegos y egoístas
que paralizados
esperaban su presa para continuar su existencia.
Jamás pudieron mirar conmigo el mismo horizonte
ni apreciar la belleza del mar.
Eran ojos secos
lerdos
incapaces de encontrar la belleza de lo feo
ni regalar un poema a través de una mirada.
Nunca pudieron llorar con una canción
ni cantar por un llanto
porque no sentían necesidades
ni esperaban una tristeza.
Su vida era feliz
pero su felicidad estaba muerta.
jamás pudieron ver mi mirada
ni el amor que la formaba.
IV
Fui caminando por la vida
y me encontré con un corazón que me hizo sufrir
y se rió de mí.
Era descorazonado.
Duro como los pies de un caminante.
Sordo como el mundo
para los pobres que piden pan.
Era grasoso y resbaloso
y cuando quise cogerlo se burló de mí.
Era un corazón pequeño
que se atrevía a abarcar todo
quería apoderarse de mi debilidad.
Era cruel y despiadado
sin una gota de bondad.
Un corazón verde
como los trozos de papel
que rigen el mundo.
Tenía signos y números
pero no letras que iluminasen su forma.
Era un corazón real.
CELDAS
Amarrada en mis sentimientos
vivo mi extraña vida
sin entender siquiera
el por qué los llevo dentro.
Ahogada en una habitación
de ventanas
cerradas como celdas
donde la luz brilla sin fuerza
porque la oscuridad lidera el espacio
suenan pensamientos
como instrumentos musicales
tocados por niños
y pasean por mi mente
bailando sin compás.
Me acuesto por las noches
en una cama desolada
con sábanas frías
sin color
sin olor
sin textura.
Las lámparas pugnan
por servir para aclarar
pero la despiadada oscuridad
vuelve a combatirlas
¿para qué? les pregunta
se burla y las apaga
y apagadas no entienden nada
como yo tampoco lo hago.
Pero sigo siempre ahí
como mi vida sin color
mi música se siente triste
mis escritos moribundos
mi mirada se pierde lerda
burda
sola
como yo lo estoy.
Tengo miedo
y miedo de no sentirlo
miedo de mi fuerza
de mi valentía
de mi lejano amor.
Por las mañanas empiezo a dormir
y me entrego al sueño de formas
de esperanza con color
de la vida injusta para muchos
como para mí también lo es.
Pero sigo siempre fuerte
aunque apagada ahora estoy
frágiles sueños me persiguen
frágiles
como la fuerza de la luz.
Las lámparas y yo nos miramos
sin que podamos entendernos
hay un abismo que nos avisa
que la esperanza ya no está
la luz ahora se fue
yo también lo hice
la oscuridad creyó ganar
y tendida en mi cama desolada
de sábanas frías
sin color ni textura
me acuesto
miro las ventanas
cerradas como celdas
y detrás de ellas
me veo yo.
AYER
Yo recuerdo de mi niñez
las mariposas en los aires
y las campanadas de la iglesia.
De mi madre recuerdo
su sonrisa alumbrada
y su mirada de apoyo.
No quiero que aparezcan
los llantos y sus muertos
los vacíos de los parques
y la ausencia de las flores.
No quiero el gris de los colores
ni el silencio de las fiestas.
Quiero el recuerdo de los dulces
el recuerdo de mi abuela
las caricias que inventaba
y sus dedos sentenciando.
No quiero recordar
la muerte de mi perro
sino
sus ladridos entonados.
No quiero recordar
el sonido de las tripas
de los niños sin comida.
Sus platos vacíos
y sus madres ausentes
se han perdido en mi memoria.
Mucho miedo las borró
mis galletas las calmó.
Yo recuerdo de mi niñez
mi futuro inventado
mis juegos de menos años
y mis ansias de abrazos.
No quiero recordar
los temores de mi madre
ni sus sufrimientos eternos.
No quiero ver su triste alegría
ni sus lágrimas contenidas.
LA LINEA
Quisiera ser una línea
de esas que adornan la pared
para poder observar desde lo alto
a la gente y sus creencias.
Poderosa línea
quién como tú que no sufres esta mezcolanza de vidas.
Quién como tú que te libras de esta contaminación
de esta putrefacción superficial
que tiene pies y cabeza.
Quisiera ser una línea
de esas que adornan la pared
inmóvil con el tiempo
que segura ella
le pone un límite a la existencia.
Quién como tú que no tienes la obligación de comer
para subsistir
que parada e imponente te ríes de los demás
sin que puedan atacarte.
Quién como tú que no te enfermas con la ira
e impotencia del egoísmo
que eres fuerte y sólida
y que firme
existes.
LIMBO
Ando entre tacos y añoranzas
supervivencias y anhelos.
Entre seres que amo
y seres que extraño.
Entre música nueva
y música impuesta.
Entre colchones provisionales
y camas de antaño.
Entre libros de vuelta
y otros que aún no llegan.
Entre ganas de ser yo
y ganas de dejar de serlo.
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