‘REGISTRO DE ÁNIMAS’, POEMAS DEL ARGENTINO LEONARDO MARTÍNEZ

 

 

1 El poeta argentino Leonardo Martínez

El poeta argentino Leonardo Martínez

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar seis textos del poeta catamarqueño Leonardo Martínez  (Córdoba, 1937- Buenos Aires, 2016). Egresado de la Escuela de Artes Musicales de la Universidad Nacional de Tucumán, ejerció la docencia en dicha institución y en el colegio Sagrado Corazón. En 1980 regresó a Catamarca para dedicarse a tareas rurales en Tacana, localidad de las serranías de Ancasti, hasta 1989. Últimamente residía en Buenos Aires. Su obra poética comprende: «Tacana o los linajes del tiempo” (1989), «Ojo de brasa” (1990), «El señor de Autigasta” (1994), «Asuntos de familia y otras imposturas” (1997), «Rápido pasaje” (1999), «Jaula viva” (2004), «Estricta ceniza” (2005), “La tierras naturales” (2007), «Los ojos de lo fugaz” (2010), “El barro que sofoca” (2013), “Escribanía de vivos y muertos” (2013) y “Registro de ánimas” (2015). Sus poemas figuran en antologías y revistas especializadas del país y del exterior. Además, recibió numerosas distinciones por sus obras. 

 

La selección de poemas ha sido hecha por A. P. Alencart, de “Registro de ánimas” (Aire en el Agua Editores, Fundación Abbapalabra Y Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí, San Luis Potosí, México, 2016)

 

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ENCANTAMIENTO

 

Anochece

Alguien canta con voz apagada

En el cañaveral cercano

las ranas plañen y sobre el árbol oscuro del traspatio

un pájaro lastimero pía

Las sombras se agolpan a esta hora

Alguien

canta a media voz

Nosotros sabemos que en la casa el padre muerto

enciende la lámpara mientras los perros lamen

las puertas del invierno

La luz convoca a los hermanos

Uno trae el corazón equivocado

otro los huesos divididos

otro una mirada húmeda de bosque

El padre después de rezar comparte la comida

En la ventana del salón resplandeciente

un gallo anuncia el alba

Amanece

Alguien empieza un canto distinto

 

 

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TODO FUE NECESARIO

 

Todo fue necesario

Ese atardecer casi de fuego

la polilla fugaz

el canto del rey del bosque

los caballos al galope en el amanecer frío

Los pasados años parecen un ramo de alegría

de aquella guardada en el rescoldo del dolor

Ahora todo baila hacia la noche

como si la noche fuera

el tibio paraíso umbilical

 

 

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POSIBLE CONVERSIÓN

 

Belleza y verdad

Corremos persiguiéndolas

y seguro ellas quedaron atrás

Igual el amor que sentimos siendo niños

al canto de los pájaros

con la honda tensa listos

y la pedrada justo dándoles

en el corazón de su música

 

Marchitos ahora

no podemos restaurar lo perdido

Inaugurar quizás un mundo

donde pedrada corazón música verdad belleza

fueran agua donada

por el vendaval de la gracia

 

 

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LA CASA

 

 

Mi padre
heredó de viejo
la casa y los alfalfares de mis abuelos.
La casa estaba en ruinas,
puertas y ventanas tapiadas.
Las hormigas habían levantado grandes túmulos
en los pisos.
Los techos filtraban el agua de las lluvias
y por los huecos de las tejuelas rotas
la luz caía en figuras cambiantes.
Mi herencia fue en otoño.
La iguana, que tenía su cueva
en la sala de sillones sombríos
empezaba a dormir su sueño de invierno.
Las comadrejas abandonaban el nido
hecho en la maraña del clarín de guerra
y en el patio
sólo se oía la embestida del viento.
Los alfalfares ya eran montes
de vegetación áspera y cerrada,
guarida secreta de habitantes
de la casa.

Ahora,
la casa está vencida
el tiempo clausurado.

 

6 Otra imagen de Leonardo Martínez

 Otra imagen de Leonardo Martínez

 

LA ESTIRPE ANTIGUA

 

Se va la estirpe antigua

como un puñado de aire

sombra tenue

que deja de nombrarse

Nunca más trashumará los montes

para buscar la madre de los vientos

Las flores los capullos

se acabaron para siempre

en el espejo vivo de sus ojos

Los caballos dormirán

un sueño de relámpago

y la voz del campo sonará

para los pocos

que puedan escucharla

 

Se fue la estirpe antigua

Quedamos solos para estirar el tiempo

 

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HOMBRE SOLO

 

Todos han muerto

Se han ido muriendo uno a uno

Yo pude haberlos matado

pero dejé al tiempo la tarea

Por segundos seré dueño

dueño solo de la memoria

y desde mi sitial

abarcaré los sueños de los otros

sus grandes desconsuelos

sus vidas en pedazos

Cuando me toque la muerte

seguiré sentado como en este instante

bajo el tala

mirando sin ver

los cerros

allá lejos

 

 

 

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COMENTARIO DE ÁLVARO MATA GUILLÉ

 

“…entre los textos de Leonardo Martínez, se vislumbra  un volver, reiterando como goteo, hacia la remembranza, a conversar con los muertos, con el árbol reme­morando al árbol, al padre o la madre, a los cuartos escondidos entre las sombras de la casa, en el miedo; tratando de evadir el cansancio, el vacío de las palabras, su monotonía; redefiniendo nuestra presencia en el mundo, la suya en nosotros, la suya en sí mismo, la suya en el eco del otro, en el allá que se confronta; diálogo con nosotros, diálogo que procura evadir la censura que mutila la convivencia, las voces atadas al olvido, que yace con su mutismo, en las palabras”.

 

 

9 Álvaro Mata, A. P. Alencart y Mario Alonso, en el Colegio Fonseca (foto de Jacqueline Alencar)

Álvaro Mata, A. P. Alencart y Mario Alonso, en el Colegio Fonseca (foto de Jacqueline Alencar)

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