POEMAS DEL COSTARRICENSE CARLOS BONILLA AVENDAÑO. XXII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

1 El poeta Carlos Bonilla Avendaño

 El poeta Carlos Bonilla Avendaño

 

 

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar una muestra de la poesía de Carlos Bonilla Avendaño (Heredia, Costa Rica, 1954). Estudió Teología y Derecho, y trabajó con comunidades campesinas y con migrantes nicaragüenses, en un acompañamiento legal, organizativo y pastoral. Posteriormente fue diplomático, representando a su país en Nicaragua, hasta su reciente jubilación. Sus poemarios publicados son: ‘Alguien grita mi nombre y yo me escondo’ (1996), ‘Puerta de los ciegos’ (2000), ‘Tren sin retorno’ (2001) y Campanas bajo el mar (2019). Su libro inédito ‘Como el beso de un ángel’ fue finalista del Premio Rey David de Poesía Iberoamericana’, recientemente fallado en Salamanca. Poemas suyos están en varias antologías latinoamericanas.

 

 

2 Salamanca. Foto de José Amador Martín

  Salamanca. Foto de José Amador Martín

 

Bonilla Avendaño está invitado a participar en el XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que se celebrará en Salamanca del 14 al 16 de octubre.

 

 

3 Foto de José Amador MartínFoto de José Amador Martín

 

 

 

 

INÉDITOS DE “EN EL SILENCIO BAILA SALOMÉ”

 

 

 

LUZ DE LUNA

 

Vaivén de angustia

encerrado en la cajita de música,

como los dedos del niño que se deslizan por las teclas del piano.

 

Fluye la melodía desde los jardines internos,

y la luna luna de los solitarios sube hacia la cumbre

como velo de tul que danza con el viento.

 

Vuelve la angustia, el niño, los jardines.

El corazón dice no.

El piano canta Si.

 

La melodía es una pluma, un hilo de violín,

un pueblo de silencios.

 

Lejana, la ciudad encinta pliega velas;

 

el piano y la noche escuchan.

No. No es el Claro de Luna.

No es Beethoven ni Debussy.

 

Es la angustia,

el niño,

el jardín interior.

 

 

 4 Foto de José Amador Martín

Foto de José Amador Martín

 

 

Tres cosas he de olvidar

y una sola merece llanto:

el deseo de trascender,

las trampas de la espontaneidad,

y el poema

barquito de papel que naufragó

en las nocturnas correntadas

de vino y alegría.

 

 

 

Cruza el lobo estepario

ese blanco silencio

dantesco paraíso de su condena.

 

Husmea por aquí,

por allá,

el hielo le quema las narices,

las patas ardientes se congelan,

 sueña con fugaces deshielos.

 

Ni de la tierra poseída por la nieve,

ni del cielo invadido por las nubes

espera voces ni visiones de consolación.

 

Conoce el destino irrepetible al que fue sentenciado

-saberlo le permite lamer las heridas con oculto placer-.

 

Arquea el lomo

agobiado por tanta transparencia,

aruña el suelo buscando     ¿qué?

 

La estepa se extiende invadida de luz.

 

El Lobo intenta descifrar las agujas del hielo,

queda envuelto en una fulgurante tiniebla.

Por fin la noche.

 

 Empieza a caminar.

 

 

5 Foto de José Amador Martín

Foto de José Amador Martín

 

 

 

cabellos de medusa

arponean el deseo del monarca

 

caderas como ánforas

ajorcas     cascabeles

brazos como serpientes     

 

cabalga entre su danza

la invisible cabeza de un profeta.

 

6 Foto de José Amador Martín

 Foto de José Amador Martín

 

 

DE  “ALGUIEN GRITA MI NOMBRE Y YO ME ESCONDO”

 

 

No sé dónde comienza el mundo

y acaba la mirada.

 

Arrastro la feliz angustia

de confundir la piedra con la sangre.

 

Amo esta luz,

la escucho sin barreras,

filtrándose a pesar de tanta herida,

cantando en las bodegas interiores.

 

Claridad de las cosas, habitándome.

 

 

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DE “PUERTA DE LOS CIEGOS”

 

Llegaste

con violencia de milagro

pescador     carpintero

quizás nunca supiste

que habías venido a embarazar el tiempo.

 

La duda de Pilato se volvió certeza:

una estatua de sal

una puerta

para que entren los ciegos.

 

 

 

DE “TREN SIN RETORNO”

 

 

Escucho el mar

grillos,

árboles silbantes.

Cierro los ojos,

sonidos que me inundan,

me envuelven como un mantra sagrado,

 

Ecos de la mortaja

que el Universo teje hacia mi cuerpo.

 

 

8 Foto de José Amador Martín

Foto de José Amador Martín

 

 

Invento la memoria

la restauro

la engaño

la condeno

 

voy bandereando el alma

sin piedad de los sueños

 

el frío es una línea.

el llanto y el amor solo un pretexto

 

¿la muerte?

una simple frontera de mi cuerpo

 

 

 

9 Foto de José Amador Martín

Foto de José Amador Martín

 

 

DE “CAMPANAS BAJO EL MAR”

 

 

OFERTORIO

(a Rafael Ottón Solís por su vida, por su obra)

 

Memoria que viaja desde el umbral del fuego

a los hondos altares.

 

Sacrificial madera

-hay sangre en sus entrañas-

negrasangre que nutre las venas de la Historia,

sangre y fuego incinerando fronteras,

sangre que se derrama en el cáliz de un Romero

y resucita y muere y resucita en seis hogueras;

 

heridas que nunca debieron ser abiertas

y ahora jamás han de cerrarse.

 

Duele lo negro, duele

como un pozo profundo en el que la alegría

y el rojo se marchitan.

 

La pira está dispuesta,

el altar preparado:

ecos lejanos de mártires sin rostro,

de madres traspasadas,

de clavos que sostienen jirones de utopías…

 

 

En la selva profunda

alguien enciende velas

y en la cortina blanca se insinúa

el rostro del Ausente.

 

Alguna vez velamos los cadáveres.

Hoy velamos el fuego y la sangre,

el alma del madero,

la hogaza del buen pan.

 

Destellos de sangre iluminada

en la noche oscurísima del fuego:

 

único fulgor que alumbra nuestra espera.

 

 

 

10 Foto de José Amador Martín

 Foto de José Amador Martín

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