LAS TREINTA ORACIONES DE ALEXANDER. PÓRTICO DE A. P. ALENCART AL POEMARIO ‘EL MISTERIO EN TI DESPERTÓ’, DE ALEXANDER ANCHÍA

 

 

 

1 El poeta costarricense Alexander Anchía

El poeta costarricense Alexander Anchía

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar el pórtico que A. P. Alencart escribió en torno al nuevo poemario de Alexander Anchía (San José, 1974). Docente y escritor. Comenzó publicando en revistas literarias de su país como la Revista de lenguas Modernas y el Repertorio Americano. Ha cultivado los géneros de cuento, poesía y ensayo, principalmente, y ha publicado en antologías literarias diversas y publicaciones en línea de diez países. Muestras de sus versos han sido traducidos al rumano, inglés y mandarín.  En 2013 publica su primer libro de relatos, Puentes Inconexos. En el 2014 su primer poemario Relatos Elementales y el Hombre Mundano. Ha recibido menciones en Italia, Estados Unidos, Argentina y España. Cuenta con publicaciones académicas. Es embajador de la Palabra por el Museo de la Palabra de Toledo, Secretario Nacional de Poetas del Mundo y Miembro del Círculo Universal de la Paz. En el marco del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, dedicado a celebrar los ocho siglos de la Usal, presentará su poemario místico El Misterio en Ti Despertó, el cual acaba de ser presentado en San José, el pasado 28 de septiembre y en el Instituto de México en Costa Rica, con intervenciones de Claudio Regidor y María  Elena Masís

 

 

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LAS TREINTA ORACIONES DE ALEXANDER

 

 

I.

 

Quede claro que el Verbo no es palabra dividida y sí provisión del mañana, aliento que se viste de resurrección sin tocar los huesos: el Verbo siempre sabe qué hacer y en qué espíritu condensar la alta temperatura de la Poesía, lenguaje que encarna lo indecible y posibilita una comunicación que orbita por la presencia de Dios.

 

Lo sagrado alcanza al ser humano desde el Principio: he ahí el Misterio que nadie puede suprimir, pero tampoco revelar en todas sus magnitudes. Y es que necesitamos del Verbo genésico porque éste resulta el detonador de la realidad, aun de los frutos cotidianos.

 

 

 

3 Anchía y dos asistentes al acto del día 28

Anchía y dos asistentes al acto del día 28 de septiembre

 

 

II.

 

Leí, cual privilegio, el cuaderno original de El Misterio en ti despertó, libro con el cual Alexander Anchía Vindas se estrena en la poesía que intenta desenraizar la eternidad de lo divino. Y para ello invoca y repregunta, duda hasta la aceptación, avanza en la pulsación de la fe, sacude el diámetro de dogmas ajenos al Evangelio (“¿Por qué me escondéis/ entre los maderos?,/ ¿acaso no entendéis que mi Palabra/ ha rebasado los dogmas? …”), cata en otras vertientes de la espiritualidad, como la del propio Tagore…

 

Así, hasta que finalmente destila treinta oraciones que contienen las brasas que mañana le alumbrarán en la inmensa noche, pero que hasta ayer estuvieron siendo sopladas en el pozo profundo de su alma. En Anchía lo místico no está disfrazado con aura o sudario que inclinen al bostezo: lo suyo es palabra fresca emparrada a la bravura de Creer en tiempos inhóspitos para la cristiandad: no sólo en la sociedad laica; también entre ciertos intermediarios que siempre ofician de fariseos y nunca de samaritanos.

 

 

 

4 Otro momento del acto

Otro momento del acto

 

 

III.

 

Celebro este libro, porque un poeta debe ir a contracorriente; debe ser ajeno a las modas, a las simpatías alambicadas y cursilonas. Jesús fue un poeta cuyas parábolas cuestionaron muchas de las tradiciones de los sacerdotes de su tiempo. Y Alexander se inquieta solo entre cuatro paredes, sabedor que el reino de Dios está en todas partes, especialmente en el corazón del hombre nuevo, del poeta que esto anota: “Al escribir un verso/ hay una parte de Dios./ Metáfora que agregue / chispa al asombro, / habita Dios en ella”.

 

Oraciones breves o amplias, promesas esenciales de un poeta que aprende rápido a demorarse para cosechar sólo los frutos esenciales. Bien haya este ejercicio de aprendizaje de Anchía Vindas, en Costa Rica y allí donde la Palabra no detiene su marcha.

 

 

IV.

 

Conviene tener Fe desde el asombro, desde la atmósfera del Apocalipsis que nos legara Juan de Patmos. El primer Poeta dio a luz a la Luz. Milenios más tarde El Misterio en ti despertó.

 

Enero y en Tejares (2014)

 

 

Alfredo Pérez Alencart

Poeta y Profesor

Universidad de Salamanca

 

5 Alexander Anchía

Alexander Anchía

 

 

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