ERNESTO SABATO: “SIEMPRE QUEDA UNA ESPERANZA PARA EL HOMBRE”. ENTREVISTA DE MANUEL QUIROGA CLÉRIGO

 

El escritor argentino Ernesto Sabato

 

“Crear en Salamanca” tiene la satisfacción de publicar esta entrevista que -en 2005 y en Madrid- hizo nuestro colaborador Manuel Quiroga Clérigo al escritor Ernesto Sabato (Argentina 1911-2011). Sabato se doctoró en Física y trabajó en radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie de Francia hasta 1945, cuando abandonó la ciencia para dedicarse exclusivamente a la literatura. Sus tres novelas y sus varios ensayos han marcado a generaciones de lectores que lo consideran un «compañero de ruta» por su cercanía con las vivencias humanas. Ha recibido muchos reconocimientos por la calidad de su obra así como por su coherente tarea como defensor de los derechos humanos. De los muchos reconocimientos recibidos por su obra, destaca el Premio Cervantes en 1984, además de la traducción de su obra a más de 30 lenguas.

Sabato, por Andrés Casciani

 

CONVERSACIÓN EN MADRID

CON EL AUTOR DE “EL TÚNEL”

 

    En «El escritor y sus fantasmas», publicado por Emecé Editores en 1976, que Ernesto Sabato confiesa haber editado por primera vez en 1964, hay un apartado titulado «Más sobre la rebelión romántica» donde podemos leer: «La historia no se desarrolla como un proceso lineal sino como el resultado de fuerzas contrapuestas, de antinomias que se fecundan mutuamente: dentro del seno mismo de la modernidad estaban en germen las potencias que se levantarían finalmente contra el racionalismo y la máquina». La República Argentina vivió a partir de 1976 una  época de la infamia, desde que el uniformado  Jorge Rafael Videla  dirigiera  un golpe militar, convirtiendo a la gran nación argentina en un territorio de desolación y muerte. Sin embargo Sabato, sin acento en la primera á, que nació en 1911 fue durante algún tiempo Profesor en la Universidad de la Plata, puesto que es Doctor en Física habiendo trabajado incluso en radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie. En el año  1945 abandonó su actividad científica para dedicarse por completo a la literatura.

 

Félix Grande, en su libro de crónicas «Genealogía del frío» (Editora Regional de Extremadura, Mérida, 2004), nos cuenta que Sabato siempre «Supo que la libertad no es una estación de llegada y mucho menos un oasis, sino un camino que no se acaba nunca, y que quien no avanza por ese camino se convierte en un estorbo y miente». Todo esto lo supo, y sigue sabiéndolo, el maestro argentino  pero Grande, además, recuerda que «Durante la investigación de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, la famosa CONADEP que el Presidente Alfonsín encargó presidir a Sabato», y que supuso el conocimiento de que habían desaparecido más de nueve mil personas, fue cuando «los fascistas de la Argentina telefoneaban muchas veces a Sábato para vomitar amenazas». Pero, sin embargo, el escritor llevó a cabo pacientemente su trabajo y, al fin, apareció un extenso trabajo sobre las trágicas fechorías de aquellos militares, verdadera gentuza de uniforme,  que sojuzgaron a su pueblo, incluidos los soldados que actuaron con tanta saña y desprecio por la vida de los demás, generalmente sus vecinos y a veces amigos, y que al día siguiente de ser vencida la rebelión militar se confesaron demócratas de toda la vida.

 

 

Este es el “Informe Sabato”, y tal informe apareció prologado por el propio escritor bajo el título «Nunca más», siendo uno de los trabajos más elocuentes que se hayan escrito sobre la represión y la maldad humana y sobre la lóbrega inteligencia del peor odio y el más refinado sadismo, cuestiones de la que no se han librado dictaduras como la franquista u otras de similar catadura cuyos esforzados líderes, sin embargo, han visto su final rodeado de múltiples honores y además, en el caso de España, sus nombres aparecen aún en calles, plazas y al pie de monumentos levantados en su memoria. Prácticamente todas las obras escritas por Sabato, de una elaboración intensa y una profusión de conceptos, han sido editadas en España por Seix Barral, incluido el libro a que dio lugar “Nunca más”, que en el año 1986 ocupó durante varias semanas un sitial en la lista de libros más vendidos. Todo ello nos permite conocer de una manera extensa su filosofía de la existencia y su conocimiento del mundo, así tenemos «El túnel», «Sobre héroes y tumbas», «Apologías y rechazos», «Uno y el Universo» «Sobre héroes y tumbas», «Abaddón el exterminador», etc. En «La resistencia», libro del que dijo Jesús Ferrer que es «Un valiente alegato de la dignidad humana, de las causas perdidas pero no sin sentido. Un ensayo vivo, sincero y escrito con fuerza, leemos: «La vida de los hombres se centraba en valores espirituales hoy casi en desuso, como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la adversidad».

 

Hace años dijo: “La defensa de los derechos humanos es un imperativo categórico” y es algo que ha llevado a la práctica desde sus posiciones de intelectual o de hombre de acción, incluso él mismo acudió en unión de Jorge Luis Borges a una entrevista con el General Videla al poco del golpe de estado que derrocó a Isabel Martínez de Perón. En esa reunión mostraron a la cúpula militar la honda preocupación por los excesos que los militares estaban cometiendo en la Argentina, defendiendo una vuelta a cierta normalidad democrática que tardó muchos años en llegar.

 

Sabato por Jorge Restrepo

 

Ante la oportunidad de charlar con este interesante escritor, Premio Cervantes de Literatura 1984, que descansaba en el Hotel Suecia de Madrid en la primavera del año 2005, con motivo del homenaje que le rinde la Real Academia Española de la Lengua, pero con la indicación de no molestar demasiado su atención, recomendada por Elvira González Fraga, esposa del maestro y Vicepresidenta de la Fundación Ernesto Sabato de Buenos Aires, nos permitimos el siguiente diálogo, salvo algunos comentarios en torno a Jorge Luis Borges que nos parece oportuno omitir en esta ocasión.

 

-¿Qué queda del hombre, de su corazón, en estos siglos de tantas indignidades?

 

-El corazón del hombre es y será siempre lo mismo, las pasiones también.

 

-Su trabajo contra la dictadura militar argentina, que podemos leer casi alucinados en el texto «Nunca más», puso fin a un drama demasiado tremendo, ¿no lo cree usted así?

 

-Sí, fueron tiempos difíciles para los hombres y para el mundo.

 

-¿Cómo ve hoy ese mismo mundo?

 

-Pues con los ojos de un viejo. Tenga en cuenta que tengo más de noventa años. Pero sí creo que actualmente tal vez esté todo demasiado alborotado.

 

 

-«La resistencia» refleja de una manera muy amplia los peligros para la cultura, esa cultura que ahora y desde hace muchos años, se encuentra en momentos de grave crisis. Usted mismo se pregunta en ese libro: «¿Encuentra  el hombre valor para el sacrificio?».

 

-Bueno, «La resistencia» es un ensayo, es un testimonio. Pero también me atrevo a decir que siempre queda una esperanza en el hombre.

 

-¿De dónde nace, o puede nacer, esa posible esperanza?

 

– Esa esperanza de hecho nace del desastre y de la desventura. En un mundo perfecto la esperanza no sería necesaria.

 

-Puesto que estamos en un mundo demasiado imperfecto, con gente que propicia guerras y violencias, que busca en su beneficio personal la destrucción de la vida y la paz, ¿qué puede hacer el escritor para contribuir a esa esperanza, a formar un futuro menos trágico?

 

-Vengo diciendo desde hace tiempo que el deber del escritor es escribir.

 

– Pero también es una persona humana.

 

-Creo que un escritor, todo escritor, debe buscar en su corazón. Y si no puede hacerlo así es mejor que se dedique a otro oficio.

Sabato, por Daniel H. Spagnolo

 

 

-¿Esa es una  obligación que se refiere únicamente a los mundos de ficción o, también, a testimonios como los de «Nunca más» o «La resistencia» donde la verdad llega a ser  la base primera para todos los textos?

 

-El escritor debe escribir sobre las verdades, de hablar de la verdad.

 

-Recuerdo haber leído que usted en el año l.983 dijo que “La democracia es el único régimen político compatible con el ser humano. ¿Después de veinte años mantiene esta afirmación y a la vista de actitudes como las de Bush, Berlusconi y otros pretendidos demócratas?

 

– Sí, repetiría hoy la misma frase, pese a todo y a todos.

 

-Hay novelas suyas como, “Abaddón, el exterminador”, en las que se advertía un tono triste, amargo.

 

-En ese caso se trata de mostrar la realidad de un tiempo crítico para la civilización. Se da más valor a la tecnología que al diálogo entre los seres humanos.

 

-Pero también hay en toda su obra  una honda preocupación social, como si tendiese una mirada sobre el hombre actual, acosado por cuestiones adversas y por incontables peligros.

-He tratado de penetrar en los problemas del hombre, que es lo mismo que indagar en torno a su conflicto con la sociedad en que vive. Siempre el ser humano, a veces desvalido. el protagonista principal de mis escritos.

 

 

-Digamos que estamos ante novelas, ensayos, escritos de índole fundamentalmente social.

 

-Todas las novelas que tratan estos temas tienen también a la sociedad como protagonista.

 

-Vemos en muchos casos similitudes con las novelas de otros grandes autores, por ejemplo del mexicano Juan Rulfo o, dicho de otra forma,  es algo muy notorio su amor por la obra de Juan Rulfo, sobre todo por su «Pedro Páramo», que en España publicó Alianza Editorial.

 

-Juan Rulfo fue un gran escritor y fue también un gran amigo.

 

-Volviendo al oficio de escritor, ¿qué podría decirse a los jóvenes que quieren dedicarse a la escritura, que ven en el mundo de la ficción o en las textos de la realidad su destino como creadores de diferentes realidades?

 

-La literatura es algo muy importante, sigue siendo algo muy importante, tanto que no debe ser envilecido por todos aquellos que se dediquen a ella.

 

Sabato por Toscano

Manuel Quiroga Clérigo y Ernesto Sabato, en Madrid

 

 

 

 

 

 

 

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