POETAS EN TORAL DE LOS GUZMANES (IV). JOSÉ PULIDO, LUIS RAMOS ALONSO Y FRANCISCO JAVIER SÁNCHEZ

 

1 Parte del público del sábado 21Parte del público del sábado 21

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar los poemas y prosas de José Pulido, Luis Ramos Alonso y Francisco Javier Sánchez. Dichos textos fueron leídos durante en XII Encuentro ‘Los poetas y Dios’, celebrado en Toral de los Guzmanes (León), el 20 y 21 de noviembre.

 

El reportaje fotográfico es de PABLO RODRÍGUEZ

 

 

POEMAS DE JOSÉ PULIDO

2 El poeta José Pulido El poeta José Pulido

José Pulido Navas (Jaén, 1958). Poeta y periodista, director de Radio Nacional de España en Ávila. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Autor de poemarios como Viejos Rituales (1989), La Ciudad y la Reina (2000), El Corazón Disperso (2006), Movimiento Circular (2006, Premio Internacional de Poesía Rafael Morales) y ‘El libro de la vida’ (2014, (Premio de Poesía San Juan de la Cruz 2013). Ha participado en proyectos e iniciativas literarias como Las palabras de la Tribu (2006), el encuentro de poetas Ávila-Navarra (2007) y Recital Homenaje a Juan Ramón Jiménez (2008). Colaborador de la Revista Literaria El Cobaya (Ávila) y Álamo (Salamanca).

 

3 Juan Carlos Martín, José María Muñoz Quirós y José PulidoJuan Carlos Martín, José María Muñoz Quirós y José Pulido

 

SIETE VISIONES

 

 

I

El castillo es la luz, la transparencia
que en un oscuro sentir se manifiesta
cuando repica el bronce solar de sus campanas.
Zarza ardiente donde el deseo nunca se consume
y el amor con su ausencia se ha encontrado.
Donde la eternidad se hace visible,
limpio cristal al que mi aliento empaña.
El castillo es la luz, su aparición un rayo
del lado opuesto a dónde yo busqué,
más allá de la más firme esperanza,
un salto mortal sobre el alambre.
El elegido no puede entender tanta fortuna.
No le pertenece la perla que el mar le concedió,
ni los colores del mundo que su luz le muestra.
Arco iris desnudo de palabras,
silencio que le abre a la alegría, sol
que revoca los puntos cardinales
y no hay ceguera que a su resplandor iguale.
Precisa es para escalar sus torres
la humildad en sus panales de la abeja
donde la miel, secreta, se elabora.
El presente de la rosa en el jardín
el castillo ha traído a tus prisiones.
Como una estatua de sal quedó, mirando atrás,
quien nunca supo verlo.

4 Varios poetas participantes con PulidoVarios poetas participantes con Pulido

II

El canto era tan dulce
que el mundo disolvía como azúcar en el agua
y en él he naufragado
sin razones a las que aferrarme entre los restos
de mi desconcertada embarcación.
Música que no escuchan los oídos,
lenta caída, ascenso a un abismo cuyo fondo
promete suavidades de seno maternal
donde los sueños no despierten
cuando el soñador los abandone,
cuando el tiempo se hunda en sus arenas
y al fin escuche, porque su huída se detiene.
Canción con movimientos de oleaje
que desafía el espejismo y sus desiertos,
encanta a las serpientes de la envidia
y suena sin voz que la limite,
libre en la desolación del páramo,
clara en la cima de la montaña,
serena en el murmullo de la fuente,
donde nada enturbia su pureza de diamante.
Pájaro que anida en el silencio,
último puerto que toca el olvido.
Duele su íntima dulzura,
allí donde es más viva la herida del amor
que no desea ser curado.

 

 

 

 

POEMAS DE LUIS RAMOS ALONSO

5 Ramos, Corral, Mata y FernándezRamos, Corral, Mata y Fernández

Luis Ramos Alonso nació en Urueña (Valladolid), en 1930. Poeta, rapsoda, pastor ¡y misionero evangélico. Ha vivido en Cigales, Valladolid, Salamanca y, por largos años, en Barcelona. Actualmente reside en Madrid. Ha participado en los tres últimos encuentros ‘Los poetas y Dios’, que se celebran en Toral de los Guzmanes. Acaba de publicar su primer libro, ‘Aguas Vivas: Jesús, la esperanza de los hombres’ (Editorial Foure, 2015, pp. 216), presentado en el XII Encuentro.

 

6 Luis Ramos Alonso Luis Ramos Alonso

 

NAVIDAD

Navidad, luz al prodigio.
Despertó radiante la alborada
tras negros sueños de incontables horas.
Bajó la luz del cielo, amanecía,
la oscuridad huyó tras milenarias sombras.

Quisiste que, en la noche de los tiempos,
alumbrase Tu luz, guiando al peregrino
a la casa paterna, que es la añoranza,
buscaba al hijo que perderse quiso.

Cuánto tiempo pasó desde mi huída,
fue locura, Señor, locura y desvarío,
con mi ceguera a cuestas,
resbalando y cayendo, en esa sima profunda
vertiente sin fondo de mi abismo.

Tu Luz y Amor, de eternidades llena,
vino hasta mí volviéndome el sentido,
atrayéndome Tú con la luz de la esperanza
a la casa paterna para saciar así
mi hambre en regocijo.

Quisiste en la noche de los tiempos
venir a hacerte carne y sangre
cual yo era, para hacerme cual Tú
en tu esencia
para poder así reconciliar mi vida.

Se fueron las sombras, ya no hay noche
porque tu luz, oh Dios, iluminó mi vida
se fueron las tinieblas, ya no hay sombras.
La luz de Dios llegó, se alumbró el camino
se recobró la vida.
Despertó radiante la alborada
se hizo carne el amor.
La más hermosa flor
de eterna primavera.

Bajo la luz del cielo
y con el fuerte abrazo del Padre,
por tu inmensa gracia
llegó la hermosa y eterna amanecida.

 

7 Otro momento de la lectura de Luis RamosOtro momento de la lectura de Luis Ramos

 

 

 

A CARMEN, EN SU PARTIDA

A Carmen, mi esposa, en los cincuenta años de nuestro matrimonio, en su partida.

Fue una larga, muy larga primavera.
Pletórica de flores, de amores, de risas,
de servicio, y cuánto fruto.
Pero al final, de golpe, llegó el otoño,
apenas sin notarlo (no hubo invierno).
Yo oí tus palabras:

Tú no sufras.
Estoy bien. No me duele nada
Yo te quiero mucho…
Y por fin llegó su última palabra,
que casi seco mi corazón:

¡Cuánto tardas, Señor!

Y ella soñadora de sueños de cielos,
subió al encuentro del suyo,
remontando el Vuelo.

Y, entonces sí,
a mi corazón llegó de golpe el invierno.
Se cayeron las hojas del árbol de mis sueños y sentimientos.
Qué golpe por cada hoja que caía.
Qué vacío, qué dolor, cuánta soledad, qué tristeza.
Y comprendí lo que dijera el poeta:

-Hojas del árbol caídas,
Juguetes de invierno son
Las ilusiones perdidas;
son hojas desprendidas
Del árbol del corazón.

¿Quién podrá alguna vez saber expresar o medir sus sentimientos?
El dolor y la soledad, pero a la vez en medio del turbión desatado
en esa larga hora de mi vida.

¡Oh qué paradoja! Qué paz, al oír aquella suave Voz,
como un silbido apacible en mi desierto.
La Voz del buen Padre que decía:

“No te dejaré sólo, aguanta y espera,
come y bebe de mí te guiaré,
acompáñame en la senda”.
Comí y bebí del pan y del agua, y seguí como Elías,
caminando en mi desierto.
Me cansé de mirar, me pareció larga la espera.
Era negra la noche, no veía.

Pasó el tiempo del desierto
y empecé a contemplar los incipientes rayos
de una aurora que nacía,
y fue creciendo, asomó el sol,
empezó a iluminarme un nuevo día,
y a crecer cual retoño que traía nueva savia,
a nuestra vida;
germinaron incipientes,
nuevas hojas en el árbol de mi vida.

Empezaba una nueva etapa,
un nuevo amanecer,
tras esos negros sueños de incontables horas.
Y amaneció ese día.

¿Vendría también repleto de nuevas primaveras,
de nuevas singladuras?
Al parecer, eso ofrecía.

 

TEXTO FRANCISCO JAVIER SÁNCHEZ

 

8 Francisco Javier SánchezFrancisco Javier Sánchez

Francisco Javier Sánchez nació en Salamanca (1945). Y aunque ha participado en numerosos actos como lector de textos poéticos, esta es su primera intervención leyendo un texto propio.

9 Sánchez en otro momento de su lecturaSánchez en otro momento de su lectura

EL CAMINO

La vida está hecha de caminos… caminos que llevan… caminos que traen…, sueños, alegrías, tristezas, amores, esperanzas; de todas formas nada viene o va sin camino.
El camino es parte integrante de nuestras vidas. Siempre hemos buscado y buscamos recorrer caminos. Nuestros primeros pasos fueron entrenados y perfeccionados para conquistar caminos. Algunos hacen buen uso del camino, otros se pierden en el camino; unos tuvieron todo para caminar; otros, muchas dificultades para llegar. Una cosa es sentir que estás en el camino correcto y otra cosa es creer que tu camino es el único. Un día dejaremos de ser parte del camino y llegaremos al punto final. Ciertamente fuimos hechos para abrir caminos, romper barreras, traspasar límites y vencer.

Dios en su infinita misericordia no nos abandonaría en un desierto de incertidumbres, no nos dejaría a la deriva, sin rumbo, condenados sin esperanza. Él nos preparó un camino que nos llevará de vuelta a casa…”Yo soy el camino, la verdad y la vida”: el autor de esta frase, es el autor de la Vida. Él es el Alfa y el Omega, el principio y fin. El único camino que tiene el poder para cambiar el rumbo de nuestra historia. Y al encontrarnos con Él, se harán caminos todos nuestros deseos. Es puente de vida para los que a Él se confían. Sigamos los pasos de Aquel que puede conducirnos hacia un camino de paz y de amor: el autor de la vida, ¡¡J E S U C R I S T O!!

Guíame Señor por tu camino, la noche es oscura y estoy lejos de casa.
Guíame Tú, no te pido ver el horizonte lejano, me conformo con avanzar un poco. No siempre ha sido así, me gustaba elegir yo mismo y organizar mi vida, Señor no recuerdes los años pasados…. GRACIAS por tu paciencia para conmigo.
Guíame, Señor, hasta que la noche de paso al amanecer.
Tu espíritu, Señor, es el tesoro en el vaso de barro de mi debilidad.
Gracias por querer compartir conmigo este camino que lleva a la VIDA.

10 Lectura en la casa de la Calle Mayor Lectura en la casa de la Calle Mayor

 

 

 

 

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