LA BELLEZA DE LO PEQUEÑO. EXPOSICIÓN DE MIGUEL ÁNGEL CRUZ EN LA CAFETERIA DEL CASINO DE  SALAMANCA

 

 «Crear en Salamanca» se complace en presentar la obra de Mguel Ángel Cruz  que bajo el título “La belleza de lo pequeño”, presenta en  la Cafetería del Casino de Salamanca,  Miguel Ángel Cruz, biólogo de formación, docente como profesor en Educación Secundaria y Bachillerato, quien a su pasión por la enseñanza añade su pasión por la fotografía  con especial atracción por la fotografía macro y de aproximación, especialmente de insectos y otros invertebrados, objeto de esta exposición.

 

 

“He reducido el mundo a mi jardín y ahora veo la inmensidad de  todo lo que existe”

José Ortega y Gasset

 

 

Con él afirmo que parte de la Grandeza del mundo que nos rodea radica en las cosas infinitamente pequeñas que hay en él. Hay todo un submundo de formas, texturas y colores que muy pocos tienen la suerte de conocer muy de cerca.
Como una de las finalidades de la fotografía consiste en capturar testimonios, aportar pruebas de lo maravilloso que es este mundo y divulgar la belleza de las cosas pequeñas que nos rodean, hoy Miguel Ángel Cruz nos lleva a conocer y convertir a los insectos en protagonistas de la vida cotidiana de nuestro mundo.

Sabemos que alrededor de las tres cuartas partes de nuestro cuerpo, así como las de la superficie terrestre, están compuestas por agua y nadie duda de la importancia de este elemento para la vida en la Tierra. Sabemos que nuestro planeta es hogar de aproximadamente 1,8 millones de especies descriptas de seres vivos, entre los cuales los insectos constituyen más de la mitad de ese total, pero su importancia en nuestra vida a menudo no nos resulta evidente.

En la fotografía de insectos fotografía, biología y naturaleza van de la mano, por eso un conocimiento de estos animales es fundamental a la hora de obtener buenas fotografías

El 85% de las plantas con flores son polinizadas por insectos mientras que alrededor de 80% de biomasa vegetal en descomposición es consumida por insectos en muchos bosques y praderas. Si bien algunas especies son perjudiciales desde el punto de vista médico, sanitario y de la producción agrícola-ganadera, estas representan un mínimo porcentaje sobre el total de insectos que llevan nuestro mundo a sus espaldas.

Si los insectos son tan importantes para la vida, ¿por qué no lo son en nuestra cultura? Hay quien diría que su estudio es de importancia secundaria en tanto y en cuanto los avances científicos no siempre se ven traducidos en aplicaciones de efecto inmediato en la sociedad. Y en este punto debemos darnos cuenta de la contradicción que este tipo de pensamiento encierra. Porque la mejor solución no es la que resuelve un problema sino la que lo previene. Porque una visión antropocéntrica, donde sólo nos preocupa lo que es de uso inmediato y personal, es un registro falso de la realidad. Porque no estamos solos.

 

¿Por qué te gusta fotografiar insectos?

Podría decir que es por deformación profesional, pero lo cierto es que siempre he sentido fascinación por ellos y por su enorme variedad, no solamente de especies, sino también de comportamientos. Los insectos presentan una infinidad de formas, algunas rozando lo inimaginable, colores y texturas que me resultan cautivadoras, sorprendentes, e irresistibles como para no poner el foco sobre ellos.

 

¿Qué Herramientas utilizas?

Trabajo con la cámara EM1 Mark II de Olympus y con dos objetivos fundamentalmente: el objetivo macro M. Zuiko Digital ED 60 mm f2.8 y el teleobjetivo Digital ED Zuiko 40-150 PRO f 2.8, este último para las fotografías de aproximación, especialmente útil con las mariposas e insectos más huidizos y desconfiados.

En cuanto a iluminación externa empleo el flash Godox V860 IIo con un difusor casero.

Aparte de estas herramientas lógicas, y aunque no siempre los utilice, en mi mochila suelo llevar un trípode, un saquito de arroz para apoyar la cámara en el suelo o distintas superficies, no siempre uniformes, así como algunas cartulinas de colores para crear fondos más armónicos, si bien lo hice en contadas ocasiones y en una única foto de esta exposición.

 

 

¿Iluminación natural o artificial?

En el 95% de las ocasiones empleo luz natural y siempre que puedo con el sujeto a fotografiar en sombra, pero reconozco la utilidad de la luz artificial, con la que quizá debería de trabajar más, por el control que se consigue de la luz, nuestra principal y fundamental herramienta.

 

Lugares dónde localizar insectos

Los insectos se encuentran por doquier, y localizarlos es cuestión de observar y esperar, si los conoces “vienen” a ti. Como norma general, a menos que tu objetivo sea una especie con unos hábitos muy concretos, que deberías de conocer previamente, diría que puedes hallarlos en cualquier zona con flores abundantes, desde un prado, la orilla del río o un bosque hasta el descampado o parque que tienes al lado de tu casa. Sorprende la cantidad de ellos que se pueden encontrar en estos espacios.

Dado que son muchos los grupos con especies florícolas entre sus filas, podemos encontrarlos en cualquier lugar que cuente con esta fuente de alimento. Unos irán a alimentarse de las flores, y otros de estos que acuden a ellas. Obviamente, si quieres fotografiar especies asociadas a ambientes acuáticos o húmedos, como pueden ser las libélulas y caballitos del diablo, por los que siento especial atracción, habrás de acudir a embalses, la ribera de ríos y arroyos, o charcas como las que mitigan la sed de los animales domésticos y salvajes que habitan en las dehesas, tan características de Salamanca, nuestra tierra.

 

Consejos y trucos para fotografiar insectos

Mi primer consejo es actitudinal, ¡ten paciencia y no te rindas! Es tan importante observar y conocer a los animales a fotografiar, como la técnica a emplear. No es una disciplina fácil y muchas personas tiran la toalla ante la falta de resultados inmediatos.

Mi siguiente consejo es afrontarlo con la mente abierta. Busca la creatividad, emplea los desenfoques en primer plano, persigue los detalles, practica las claves altas, y bajas, arrojan resultados muy interesantes en momentos en que las condiciones de luminosidad quizá no sean las mejores. Ve un paso más allá e intenta dar personalidad a tus fotografías.

Referente a la luz, si puedes dispara en sombra, un día nublado puede ser perfecto si no quieres madrugar. Si se emplea flash considero imprescindible la utilización de un difusor que disperse y mitigue el destello de luz emitido por el flash. Esto dará un aspecto natural al resultado y evitará reflejos indeseados. Muchos insectos poseen un exoesqueleto brillante, con aspecto metálico que arrojará reflejos difíciles de controlar de otra forma.

Por otro lado, el viento es, a mi juicio, el principal enemigo de quien pretenda fotografiar a estos animales, por lo que, como últimos consejos recomendaría buscar zonas protegidas o la utilización de cualquier instrumento que sirva de parapeto para evitar que el aire incida sobre el sujeto a fotografiar, o cualquiera que permita inmovilizar el soporte (hierba, ramita…) sobre el que se halle el animal, como por ejemplo un brazo articulado con pinza/s en su extremo.

 En estos casos también puede ser útil el enfoque continuo y velocidades altas. Si se fotografía al animal desde una distancia muy corta (macrofotografía) es imprescindible el apilado de imágenes, pues la profundidad de campo que se logra en fotografía macro es muy limitada. Por suerte mi cámara lo hace al instante, ahorrándome tiempo de postprocesado en casa.

Si la distancia al sujeto es mayor, no es tan necesario el apilado, pero sí se debería buscar un ángulo en que el animal esté totalmente perpendicular al objetivo, pues cuanta mayor superficie muestre del mismo, en el mismo plano, más partes de este lograremos que salgan enfocadas.

 

¿Cuándo es el mejor momento para fotografiar insectos?

Obviando el hecho de que las mejores épocas son la primavera y el verano, por la abundancia y facilidad para localizar a estos animales, los momentos esenciales son dos, al amanecer y al anochecer.

Los insectos son muy activos en las horas centrales del día, cuando el sol más calienta, pero disminuyen su actividad a medida que la temperatura también lo hace, permaneciendo inmóviles mientras duermen y hasta que el sol les proporciona el calor suficiente para activarlos de nuevo. Es por ello que localizar sus “dormitorios” te permitirá conseguir mejores tomas y aproximarte más a los insectos, sin que se muevan, lo que te facilitará componer la escena y lograr más detalles del animal. Igualmente tendrás más oportunidades para repetir la fotografía si el resultado inicial no te convence.

 Si lo que buscas es acción y fotografiar escenas de caza, cópula o vuelos, necesariamente habrás de pasar calor, si son diurnos.

 

Ajustes para una correcta fotografía de insectos

Como en toda disciplina, los ajustes dependerán del objetivo perseguido. Generalmente detrás de un insecto que se posa sobre la vegetación hay caos, entendido este como multitud de ramitas y hierbas que se entrecruzan unas con otras y que no suelen dar un resultado especialmente atractivo en la foto final. Lo ideal sería lograr un fondo “limpio”, para lo que habrá que buscar bien el ángulo deseado. Como no siempre es posible, tendremos que emplear un diafragma especialmente abierto (f2.8-f3.2), lo que ayudará a desenfocar ese escenario caótico.

Si lo que se persigue es lograr el máximo detalle del animal, irremediablemente habremos de emplear diafragmas más cerrados, yo suelo emplear f11 en adelante.

El ISO 100 o, en mi caso, ISO 200 (el nominal de la cámara) es perfecto si las condiciones de luz lo permiten, sino lo subiremos en función de la necesidad.

Si el animal permanece inmóvil no hace falta disparar a velocidades muy altas, y con un 1/100, 1/125 o 1/200 es más que suficiente, incluso menos. Si lo que queremos es congelar el movimiento de un insecto en pleno vuelo, las velocidades, necesariamente, han de ser mucho mayores, pudiendo superar el 1/2000 en el caso de insectos especialmente veloces, como las libélulas o las mariposas colibríes, de aleteo casi imperceptible, por ejemplo. En estos casos, si se emplea el flash, cuanto más corto sea el destello, más posibilidades tendremos de congelar su movimiento en vuelo. Yo lo empleo en modo manual, a potencia 1/16 en adelante, y a 1/250 s, la máxima velocidad de sincronización con la cámara que permite el modelo ya mencionado.

 

 

Los insectos constituyen un buen sujeto de fotografía. Ofrecen unas composiciones espectaculares de forma natural. Tanto sus atractivas combinaciones de color con que les ha dotado la naturaleza como su complexión y forma física digna de una película de ciencia-ficción convierten los insectos en uno de los mejores sujetos que un fotógrafo puede retratar.
Fotografiar insectos es interesante, también, en el sentido de que nos convierte en una especie de exploradores en busca de pequeñas expresiones de la belleza de esta Madre Naturaleza. La sensación después de acercarnos a esta exposición es comprender, muy de cerca este gran mundo oculto a los ojos, ver en su claridad, los ojos y «la armadura» de una criatura que pocos han visto, algo extremadamente gratificante. No tienen que ser especies raras o en vías de extinción, ni insectos que nadie haya visto antes. Basta con conseguir un buen retrato de una mariquita o una hormiga trabajadora en plena faena. Cualquier insecto o ser diminuto es susceptible de despertar el interés del espectador.

 

Una vez más Alberto Carreño, responsable de la Cafetería del Casino de Salamanca apuesta por la Cultura,  cediendo su espacio a la Fotografía, hoy con una exposición sorprendente, que animo a visitar, en la Cafetería del  Casino,  Calle Concejo, 4

Fotografías: Miguel Ángel Cruz

Entrevista: José Amador Martín

 

 

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