JUAN CARLOS MARTÍN COBANO (ESPAÑA). XXIII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

Juan Carlos Martín Cobano (España)

 

 

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar estos poemas de Juan Carlos Martín Cobano (Carmona, 1967), poeta, filólogo, editor, librero y traductor de origen andaluz, formación catalano-aragonesa e incipiente religación salmantina. Ha impartido talleres y dictado conferencias en distintos países con la Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos (ALEC), es asiduo del encuentro Los Poetas y Dios (Toral de los Guzmanes, León), del Encuentro Cristiano de Literatura (Salamanca) y del Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca, en tres ediciones). También ha sido invitado especial del I Encuentro de Música y Poesía Luso-Hispano-Americano, ROIZ, celebrado en la ciudad portuguesa de Castelo Branco en 2019. Hasta enero de 2018 fue secretario general de la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE) y, en la actualidad, es secretario general de TIBERÍADES, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos. También forma parte del Consejo Asesor de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos de Salamanca. Poemas y textos suyos se encuentran publicados en las antologías Los frutos del árbol (2015), Explicación de la derrota (2017), Por ocho centurias (2018), Eunice, cien veces cien (2019) y Llama de Amor Viva (2019). Tiempo de cruzar el umbral (Salamanca, 2020) es su primer poemario.

 

Mundo Aquí (Pintura de portada realizada por Miguel Elías)

 

 

Estos poemas serán leídos durante el XXIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, organizado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y que se celebrará en Salamanca del 14 al 20 de octubre de 2020, dedicado a José María Gabriel y Galán. Habrá actos presenciales y virtuales. La lectura del poeta español será en una sesión online y saldrán publicados en la segunda antología del encuentro, titulada “Mundo Aquí”, también coordinada por el poeta peruano-salmantino Alfredo Pérez Alencart, director de estos encuentros desde su primera edición.

 

 

 

CANCIÓN DEL QUE QUIERE VIVIR

 

¡Quiero vivir! A Dios voy
y a Dios no se va muriendo…

J. M. Gabriel y Galán, Canción

 

Te hicieron creer que vas a Dios
cuando emprendes la cuesta de las penitencias,
cuando te sientes ducho en el mercadeo de rezos por perdones,
cuando cambias canciones por endechas
o imaginas tener la clave para sobornar al Justo.

Te dicen que vas a Dios muriendo,
que, si renuncias a sus regalos,
desprecias tus ajuares
y embarras la luz con cera,
harás suave la subida.

Muchos hubo siempre dispuestos a guiarte,
dando vueltas en el breve perímetro de sus pozos, 
te enseñaron trucos de espirales mágicas de ascenso,
a precio de muerte, pero siempre la tuya.

Tanto has invertido en el ir, muriendo,
que no te atreverás a mirar al sol
más dulce, el que te muestra la verdad:
A Dios no se va,
a Dios se le recibe

 

 

 

 

 

REIVINDICO EL FRACASO

 

Reivindico el fracaso,

la gloria de los cartones extendidos en palacios de fango,

los belenes de las aceras, al nivel de las suelas,

los establos de carritos abarrotados,

los horizontes de zapatos.

Bautízanos, Señor, en el fracaso.

Aborrezco las medallas,

la miseria de las palmaditas en la espalda,

 los besos con aliento de plata,

 los treinta apretones de manos,

el oro sin mirra, el incienso sin llama.

Líbranos, Señor, de los fantasmas.

Me enardecen las derrotas,

la verdad que no habita en las espadas,

desesconder las mentiras de los podios,

las guirnaldas del desfallecido,

las lágrimas de su redoma.

Muéstrame, Señor, tu salón de la fama.

Acompaño a los caídos,

a los que aran la tierra con sus rodillas,

los que no regalan al suelo un beso condescendiente,

sino que lo muerden,

lo mastican y lo digieren para dar vida.

Derríbame, Señor, para mirarte a los ojos.

Reivindico al Carpintero tenaz,

soplos de serrín y Espíritu Santo,

cicatrices de astillas y clavos

estigmas de mi terco estrabismo.

No escatimes, Señor, tu cincel sacro.

 

Reivindico al que conoce

el valor de darse,

de vaciarse,

vaciarse

vaciarse

vaciarse

hasta vaciar su tumba.

Aunque no entiendo nada.

Sumérgeme, Señor, en tu misterio.

 

 

 

SALMO 34

 

Silencio resquebrajador
en la tierra parcheada del alma.
Mis huesos secos se lamen las aristas
con lengua de estopa.
Pesan los secretos, arden sin consumirse
en un chapucero altar profano;
un humo nimio que no asciende
ejerce de espejo obstinado.
Sellé los dinteles con babas viejas,
me asfixiaba la nube baja del brasero agotado.
Brisa o lluvia eran recuerdos detrás de la puerta.

Solo dilo. Mira y pronuncia.

Ventanas abiertas.
Aguacero cargado de verde y trinos.
Resurgir de tendones, entrañas y dermis.
Primavera invasora de aves y pétalos.
Aire, frescor, patios sin cercas.
lengua desperezada, labios sueltos.
Un tesoro en mi cuenta.
Abrazo de cánticos.

 

 

 

 

 

SHJOL

 

Buscaremos la palabra
traduciremos shjol
removeremos Alejandría

Inventaremos la palabra

La destilaremos

La forjaremos en fraguas de lava salada

Y obtendremos una perla mínima,
píldora ridícula,
un placebo indigno,
será tan inmensa su inutilidad como tu dolor

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