HOMBRES POR LA MUJER. SEIS POETAS DE CASTILLA Y LEÓN (FONSECA, LOSADA, AGANZO, VALLE, MUÑOZ QUIRÓS Y ROZAS)

 

2 Portada del libro con pintura de Miguel Elías

Portada del libro con pintura de Miguel Elías

Crear en Salamanca se complace en publicar los poemas de seis poetas de castilla y León. Los textos han sido seleccionados por el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca y responsable de la antología ‘No Resignación’ (Ayuntamiento de Salamanca, 2016), de donde se han espigado para esta muestra.

 

1 Jesús Fonseca en Salamanca (Foto de José Amador Martín)

Jesús Fonseca en Salamanca (Foto de José Amador Martín)

 

 

 

JESÚS FONSECA

 

VIDA Y MÁS VIDA

 

 

Hay desespero y hay lágrimas
infinitas, bajo un cielo de rabia,
y nadie encuentra la palabra para
nombrar tanto odio condensado,
porque no hay palabra que recoja
el inacabable suplicio de ellas.

Hay desespero y hay lágrimas,
bajo un cielo de rabia, mientras
cada cual exprime como puede
su pena y estrecha contra su pecho
la esperanza entre los brazos.

Que alguien nos muestre
cómo detener este reguero de
sangre derramada; cómo salir
de este abismo atroz y regresar
al manantial compartido del vivir
y del sol y de la luz; de la alegría
limpia de los senos rebosantes de
vida y más vida y las lentas caricias,
con su frescor, al rojo vivo del
amor, lejos, muy lejos de todo
lo que arrodilla, aplasta y mata.

 

 

3 Jesús Losada y Antonio Colinas (XIV Encuentro, foto de Jacqueline Alencar)

Jesús Losada y Antonio Colinas (XIV Encuentro, foto de Jacqueline Alencar)

 

 

JESÚS LOSADA

 

LA FRAGILIDAD DEL ÁNGEL

 

 

Vas muriendo por dentro. Nunca regresas a ti.

Una alambrada de espinos gruesos

crece a tu alrededor

en la huída.

 

La espesura del miedo te devora

por no gritar y hacer oír tu voz, mujer

frente a la luz que te redime

de la blasfemia

para salir de la sombra que te envuelve

en el silencio de las heridas oscuras.

 

Una sombra que a todos nos escuece.

 

La vida lentamente la vida.

 

 

4 José María Muñoz Quirós (foto de Jacqueline Alencar)

 José María Muñoz Quirós (foto de Jacqueline Alencar)

 

 

JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS

 

LA VIOLENCIA DEL LOBO

 

 

Siempre el dolor. He visto en esos rostros

cómo se hace la noche cuando sienten

la dureza del hombre. Las golpea

la sombra que es la forma más cobarde

de la desolación. Nunca han mirado

a los ojos del lobo: está sediento

de sangre cuando ataca con sus fauces

el cuello del amor y lo estrangula.

Siempre el descenso negro a los infiernos

donde vivir es cárcel. Siempre el arduo

pasar, siempre un abuso que desarma

la quietud y la vida. Siempre el luto.

Lejos quedan los ojos que han sentido

el brillo de una luz cuando se apaga.

 

 

 

5 Carlos Aganzo en el Liceo (Foto de José Amador Martín)

Carlos Aganzo en el Liceo (Foto de José Amador Martín)

 

CARLOS AGANZO

 

 

BALADA DEL ASESINO

 

Ahora que te contemplo así dormida

mientras oigo sirenas a lo lejos

y presiento el dolor de los cristales;

ahora que por fin comprendo

que de tu aliento salen amapolas

como vida marchita,

detenida en el borde de los labios,

no es difícil volver a aquellos días

de vino y de tormentas,

de canciones de amor bajo los árboles.

¡Cuántas veces soñamos

un distinto final para esta historia,

riéndonos del aire y de los peces!

 

Ahora que te contemplo así, desmadejada,

con ese incomprensible asombro

dibujado en la boca,

esa boca, amor mío,

que hidrópico bebía

cuando aún era un ángel,

cuando me emocionaban las campanas,

cuando sabía contar correctamente

los besos y las horas de la noche,

las azucenas todas y la voz de las niñas

jugando con el agua…

y que ahora es la mueca

donde se dibuja el miedo…

 

Ahora que te contemplo así, sumida

en la oscuridad de los sueños sin retorno,

poblada de dolor, descolocadas

la ilusión y las manos,

como una muñeca que se olvida

en la orilla del mar,

tan familiar, tan extraña…,

déjame que te diga,

aunque ya no me creas,

que de lo único que ahora me arrepiento

es de haber dejado marchitarse

el ramo aquel de rosas

que le robamos juntos al verano.

 

6 José Antonio Valle Alonso (Foto de José Amador Martín)

José Antonio Valle Alonso (Foto de José Amador Martín)

 

JOSÉ ANTONIO VALLE ALONSO

 

ESA LUNA QUE SANGRA

 

Era de madrugada,

madrugada letal para el abrazo,

era invierno y helaba dos vidas

hechas carámbanos de pena,

hechas muertas de miedo.

 

Dónde se fue el amor,

qué aguacero de celos se lo llevó

por el  profundo río del dolor que hiere

esa ternura niña, ese canto del sueño

de la alegría cuándo,

esa mujer de nieve

se cubrió de amapola,

rasgadas las mejillas.

 

Dónde se fue esa hora feliz

que amamantas el beso,

ese dulzor de vida,

esa palabra íntima.

 

Dónde, dónde ese vino,

esa copa embriagada de pesadillas,

que te llevó a la más horrible

luna, esa que sangra.

 

Dónde ese espejo, esa sonrisa

que enarboló tu pecho de miel

la dicha del amor, la flor más pura.

Esos días azules en tu mirada

que alcanzabas el cielo enamorada.

 

Hoy florecen las rosas negras

en un jardín  sin nombre en el olvido.

 

Y yo me acerco a tu sombra

para dejarte este ramo de versos.

Estos suspiros…

 

7 Boris Rozas recibiendo el Quijote de Elías (foto de José Amador Martín)

 Boris Rozas recibiendo el Quijote de Elías (foto de José Amador Martín)

 

 

BORIS ROZAS

 

 

GRAVEDAD

 

 

No me encadenes a una piel y a unos huesos que se posterguen, no cambies mi alma por un silencioso muro de piedra en el que las heridas abiertas no se curen con el tiempo. No quieras que me arregle por arreglarme, por ser yo mujer y tú ángel caído, no me encadenes a un tiempo que no es el mío, no aceptaré ese principio de lluvia y viento en este mundo tan mal traído. No me encadenes a una montaña tan alta como un adjetivo en femenino, no quiebres mi esperanza como la flor seca ofendida sobre el suelo frío, no quieras que me maquille por maquillarme, por ser yo fotografía en color y tu lema en blanco y negro, no me engullas como el agujero negro que no renuncia ni tan siquiera a la luz, tu singularidad no lo es tanto cuando lloras de rabia, descubierto al fin en tu horizonte de sucesos.

 

8 Alfredo Pérez Alencart y Cristina Klimowitz, con la antología en el balcón del Ayuntamiento (Foto Jacqueline alencar)

Alfredo Pérez Alencart y Cristina Klimowitz, con la antología en el balcón del Ayuntamiento

(Foto Jacqueline alencar)

Un comentario
  • Xenaro Ovin
    marzo 9, 2017

    El buen hacer de Crear en Salamanca revive una Antología eterna y viajera.

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