LAS CLAVES DE LO OSCURO. BIOGRAFÍA DE ÁNGEL GUINDA, RESEÑA DE ABDUL HADI SADOUN

Las Claves de lo oscuro

Biografía de Ángel Guinda

 J, Benito Fernández

Olifante editorial, Zaragoza, 430pp., 2025.

Ángel Guinda

 

 

Reseña de Abdul Hadi Sadoun

Las claves de lo oscuro, de J. Benito Fernández, es mucho más que una biografía del poeta Ángel Guinda: es una inmersión lúcida y humana en la vida de un creador comprometido con la palabra, un testimonio de cómo la poesía puede ser no solo un oficio, sino una forma de estar en el mundo. Desde sus primeras páginas, el libro se aleja de la cronología rutinaria para ofrecer un retrato vital y literario al mismo tiempo, equilibrando la rigurosidad documental con una mirada sensible que capta tanto la fuerza creativa como las fracturas íntimas de su protagonista.

 

Ángel y Abdul 2016

 

El trabajo de Fernández, autor especializado en figuras excéntricas o marginales del panorama literario español —como se vio en sus biografías sobre Leopoldo María Panero o Eduardo Haro Ibars—, vuelve a demostrar aquí su capacidad para abordar trayectorias complejas sin caer en el sensacionalismo ni en la hagiografía. En el caso de Guinda, esa complejidad nace de una vida atravesada por la contradicción: el poeta fue un hombre público y, a la vez, profundamente reservado; un agitador cultural, pero también un solitario; un creador obsesionado con el lenguaje y con la muerte, pero vital hasta el último día. Fernández recoge todo esto con precisión, a través de una estructura narrativa que evita la linealidad rígida y que apuesta por una composición donde la voz del autor se mezcla con entrevistas, documentos, fragmentos de cartas y reflexiones poéticas del propio Guinda.

Uno de los grandes méritos del libro es su capacidad para hacer legible y cercana una figura que, para muchos lectores, podría resultar distante. Aunque Guinda es bien conocido en círculos poéticos, especialmente por su labor en Zaragoza y su prolongado trabajo como editor y traductor, sigue siendo un nombre poco mediático, más vinculado a la poesía de resistencia que al reconocimiento institucional. La biografía de Fernández permite comprender por qué: Guinda eligió una posición periférica en el sistema literario español, no por falta de ambición, sino por convicción estética. Su militancia en favor de una poesía “útil”, de una escritura que interpele al lector desde lo existencial, se muestra aquí como parte de un proyecto coherente que atravesó su vida entera.

El recorrido vital que traza Fernández se detiene en episodios clave: la infancia del poeta en Uncastillo y Luesia, su formación autodidacta, su vínculo con el movimiento cultural en Zaragoza durante los años setenta y ochenta, sus amistades literarias, su mudanza a Madrid, su actividad como profesor y su relación con la enfermedad y la muerte. Cada etapa es explorada con respeto y detalle, sin abusar de juicios personales. El autor consigue que el lector se acerque al personaje sin imponer una interpretación única, dejando espacio para las dudas, para las paradojas, para los silencios que toda vida —y más aún la de un poeta— contiene.

Otro rasgo destacable del libro es su enfoque doble: por un lado, está el relato de una vida; por otro, el estudio implícito de una obra poética. La escritura de Guinda, marcada por una estética de la intensidad, por un tono confesional que no teme el dolor ni la belleza, se convierte en hilo conductor de muchas páginas. Fernández no analiza en profundidad los libros de Guinda, pero los utiliza como ventanas que permiten asomarse al alma del poeta. Así, el texto se convierte también en una meditación sobre el papel de la poesía hoy, sobre el lugar del poeta en una sociedad que muchas veces lo ignora o lo ridiculiza, y sobre la tenacidad de quienes escriben desde la necesidad interior más radical.

Cubierta del libro

 

La prosa de Fernández contribuye a que todo esto fluya con naturalidad. Su estilo es claro, sin ornamentos innecesarios, pero no por ello exento de matices o de sensibilidad. El ritmo narrativo es ágil, alternando escenas de la vida del poeta con anécdotas, reflexiones del biógrafo y extractos de escritos del propio Guinda, lo que produce un efecto de cercanía y dinamismo. No se trata de un texto académico ni de un ensayo ensimismado, sino de una narración que interpela al lector con honestidad y calidez.

A lo largo del libro, se percibe también un ejercicio ético: Fernández no evita los aspectos más oscuros o conflictivos de la vida de Guinda, pero los trata con mesura, sin regodearse en el morbo ni edulcorar los hechos. La biografía muestra con naturalidad sus momentos de angustia, sus contradicciones sentimentales, sus luchas interiores, pero lo hace desde una perspectiva comprensiva, casi compasiva, que respeta la integridad del personaje. En ese sentido, el título del libro —Las claves de lo oscuro— cobra todo su sentido: no se trata de iluminar lo oscuro con la intención de juzgarlo o explicarlo del todo, sino de observarlo con atención, con respeto, sabiendo que hay zonas que nunca serán completamente reveladas.

Este enfoque convierte la obra en una lectura sugerente no solo para los seguidores de Ángel Guinda, sino también para cualquier lector interesado en la literatura como forma de resistencia, como manera de habitar el mundo desde la palabra. Es también un homenaje, implícito pero poderoso, a todos aquellos que han hecho de la escritura un espacio de verdad y de búsqueda personal, más allá del mercado, de la fama o del reconocimiento.

En definitiva, Las claves de lo oscuro es una biografía notable, tanto por su calidad narrativa como por su profundidad humana. J. Benito Fernández ofrece un retrato honesto y complejo de un poeta que vivió la escritura como forma de vida, sin concesiones. Es una obra que invita a la reflexión, que emociona y que, sobre todo, mantiene viva la voz de Ángel Guinda, no solo a través de sus versos, sino también a través de su recorrido vital. Quienes se acerquen a este libro descubrirán no solo a un poeta singular, sino también una manera de mirar el mundo desde los márgenes, desde la oscuridad que da sentido a la luz.

J Benito Fernández

 

 

 

 

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