Encuentro Salmantino con el Poeta Álvaro Alves de Faria. Salamanca 24 de Septiembre de 2012

Foto inédita de Álvaro Alves de Faria

Foto: Jacqueline Alencart

Álvaro Alves de Faria (São Paulo, 1942) es uno de los más notables poetas brasileños actuales. Salamanca, a través de su Ayuntamiento, le homenajeó el año 2007, dentro del XI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, declarándole Huésped Distinguido y publicando una antología de su obra bajo el título “Habitación de olvidos” (Edifsa, 2007).

Subdirector de la principal radio de Sao Paulo, de 20 millones de habitantes.

 

POEMAS

Traducciones hechas en Salamanca por A. P. Alencart.

SE BUSCA

Se busca a un hombre
que desapareció el día 14.

Llevaba zapatos negros
y vestía una especie de tristeza,
de esas que hay en cualquier lugar.

Acostumbra hablar solo,
especialmente cuando camina.

Cuando desapareció
cargaba una bolsa
con algunos poemas sin palabras
y ciertos gestos suicidas.

Comía mangos
cuando desapareció.

También cargaba
dos estrellas muertas
en el bolsillo izquierdo
de la camisa.

Decía que no tenía nombre,
pero era por olvido.

Se busca a ese hombre
que se marchó con algunos secretos.

Dijo que iba a hablar con las piedras
y desapareció el día 14.

Quien tuviese noticia alguna
de su paradero
se ruega
no informar a nadie.

FÚNEBRE

La voz de la tierra duerme dentro de mí,
en el pecho de cristal roto por los vientos,
y la palabra de las lluvias
son las ventanas abiertas
donde las flores crecen en los jarrones
y son cortadas el día de los difuntos.,
los muertos callados
dentro de la bolsa hueca de sus huesos.
Así es el término de estos episodios
que duran los años de nuestras vidas
y se esparcen por jardines
de plantas arrancadas
y sollozos cortados con hoja de afeitar.
No hay banderas en el tiempo fúnebre,
y la procesión no contiene a las personas
y a los muertos de este tiempo.

CAUSA DESCONOCIDA

La revista me muestra una mujer desnuda
que me gustaría amar
la revista me muestra un plato
que me gustaría comer
la revista me muestra una porción de cosas
del mundo, universos, mises, propagandas
imposibles, fotos de cine, teatro
y me muestra
que decididamente yo debo alejarme
de la policía, pero tampoco no sé por qué.

RECETA

Una tacita de veneno
es mucho más que un vaso de vino.
Sino, comprobemos:
una tacita de veneno adormece para siempre,
mientras el vino
sólo acalla ciertos momentos.
Una tacita de veneno tiene sabor de anís,
mientras el vino agrio se asemeja al vinagre
sorbido en cucharas de sobremesa.
Una tacita de veneno
es mucho más que una vaso de vino.
Con ajo, el veneno se multiplica
y no produce dolor alguno.
El vino engaña a la mente
y torna lentos los reflejos
para levantarse al inicio de la tarde.
Una tacita de veneno
es mucho más que un vaso de vino.
Mezclado en el café
el veneno parece té
y modifica la luz en una noche sin salida.
Una tacita de veneno
Es mucho más que el césped y que el tiempo.
Es tan dulce
como un vaso de vino tinto
que la gente rompe y derrama en la mesa.

NOCHE

Para Alexei Bueno

Mejor es tener un perro
con quien poder conversar,
especialmente de noche.

Mejor es tener un perro
para ser oído en silencio,
como si las palabras no existiesen,
ni charlas,
ni chismes.

Con un perro las palabras
son innecesarias.

En esta habitación vivimos quietos
delante de la ventana
y eso nos basta.

CALENDARIO

Para Paulo Bomfim

Largos son los tiempos
que se fueron, que no serán,
largos los destinos,
sombras inválidas
en el celofán de las tardes inmensas,
silenciosas al fondo de los muebles.
Largas son las frágiles palabras
para saludar desatinos.

Largas son las despedidas,
los días tardíos entre los dedos
en el paisaje de la mirada.

Larga es la espera de no saber
y el pensamiento de llegar
a ningún lugar.
Largo es el pasado,
mapa de distancias en los calendarios.
Larga es la ausencia
sentada en el butaca,
sala de estar entre el abandono
y lo que no fue,
que no será.

COSECHA

No cortes el filo
de ese silencio
ni dejes morir
la extraña paloma de tu paz
el día inútil de tu prisa
el día nulo de tu patria
la labranza al ras de tu pala.

No quites el surco de ese campo
el dedo que apunta y no se hace
el  plano raso de tu espanto
la sombra trágica
que se trae.

No siegues la sabia
el agua de este plato
la sombra nítida
que en ti yace.

No cojas de la tierra esa simiente
esa única cosecha
que guarda la fruta
que ya no hay.

EL MAR DE PORTUGAL

Del tiempo que me concluye
siempre me faltará el océano,
aquella espesa oscuridad que no termina,
abrigo postrero, tal vez,
de los que huyen hacia la nada,
así como el cayado para subir por las montañas
donde los duende dormirán en los poemas.

Y es que frente al mar
todo desparece como por encanto,
como dicen las mujeres tristes.

Y es que frente al mar arrojo mi piel
y, desde dentro de mí, me dejo nacer
como nacen las cigüeñas
en las torres de las iglesias.

Entonces, cuando se callan las noches
en el corte ausente de una cuchilla,
el agua se escurre entre los silencios:
Justo ahí es cuando el mar está vivo.

Y es que en el mar de Portugal está el alma
de todas las cosas posibles,
el alma imposible de decirse, de agarrarse
en ese exacto instante en que se muere,
en aquel eslabón
donde se unen los gestos
cuando al verse de lejos, se cogen a ese abrazo desesperado
para que todo se torne distante.

EL GRITO CORTA LA BOCA

Frente de ese tiempo que se reinventa,
el paso de las horas que no se acaban,
la gaviota
la gaviota
la gaviota
que abre las planicies que dormitan en el aire;
ese gusto de sal del mar delante de ese tiempo
ya que todo está olvidado en esa memoria,
cosas que, inmóviles, mueren para siempre;
ese terror de callarse por dentro
cuando el grito corta la boca.

VOCABULARIO

Cada día olvido más palabras,
mi vocabulario disminuye
y pronto no sabré más
cómo hablar
o escribir.

Las palabras me faltan
y huyen de mi boca y mi memoria.

Mi destino es quedar mudo,
pero nadie se dará cuenta.

Documentación cedida por Alfredo Pérez Alencart

Poeta

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