«Crear en Salamanca»,siente la satisfacción de felicitar a la Poeta, Traductora y Gran Amiga y Colaboradora Estefanía Di Leo, por su 50 aniversario de vida. Felicidades y muchos años más de poesía

José Amador Martín
Stefania Di Leo: 50 años de vida, palabra y horizonte
Cincuenta vueltas al sol es mucho más que contar calendarios: es mirar atrás y ver un sendero hecho de versos, vida, conquistas y silencios. En mi caso es también celebrar medio siglo de resistencia poética, de mirada lúcida sobre el mundo. Es tener una profunda fe en la palabra como acto de revelación.
Desde mis primeros escritos, la poesía en no ha sido ornamento, sino instrumento de verdad, un modo de interrogar la realidad con ternura y coraje. Mi voz se ha formado entre la devoción y la ironía, entre lo sagrado y lo amoroso, entre el grito y la plegaria. Mi poesía no huye del dolor, lo nombra; no esquiva la belleza, la inventa.
En mis versos encontramos la fidelidad a una ética del lenguaje, una búsqueda constante de sentido en lo íntimo, lo político y lo cotidiano. Para mi, escribir es resistir a la banalidad, al olvido, al conformismo. Es también tejer vínculos, crear comunidad a través de la palabra, invitar los otros a compartir ese espacio frágil y poderoso que abre un poema.
Mi obra abraza la pluralidad: escribo en italiano, en español, traduzco, dialogo con poetas de otras lenguas y culturas, sabiendo que la poesía es también traducción del alma del otro. En cada poema, dejo una huella de mí misma: mi espiritualidad crítica, mi apuesta por la justicia, mi capacidad de amar incluso en medio del caos,mi mirada al feminismo.
Hoy celebro una fidelidad a la palabra como modo de estar en el mundo, a través de la poesía un refugio, una forma de amar más honda y más libre.

Tú naciste del mar,
en la sal de mis sueños,
en la orilla infinita donde tejí
canciones de cuna para tu dormida piel.
suspiro de luna,
ola silenciosa besando mi vientre.
Abrazo dividido por miradas ajenas,
por silencios dibujando fronteras.
Perdona las sombras,
que debieron dolerte,
la actitud rota de mi torpe amor,
está voz defendiendo tus ternuras.
Tú naciste en mi mar,
y aunque una corriente te llevó lejos,
aún suena tu canto entre caracolas,
tu llanto hecho espuma en mi memoria.
Hoy te nombro en cada aurora,
te reconozco en cada ola,
porque en mi sangre llevas tu casa.
El amor se equivocó en sus gestos, pero
mi corazón es tuyo,
sin medida,
sin excusas.
Tú naciste del mar,
en mi mar
aquí te espero,
con brazos abiertos,
para que un día regrese ésta marea
junto a tu amor.
Stefania Di Leo.

Medio siglo de palabra y conciencia
A los cincuenta años, la vida adquiere una densidad especial. No es solo el paso del tiempo lo que se conmemora, sino la forma en que ese tiempo ha sido habitado, transitado, dicho. En el caso de Stefania Di Leo —poeta, traductora, activista cultural, lectora apasionada— esa conmemoración no puede desligarse de su relación con la palabra poética. La poesía, en su caso, no ha sido un accesorio de la existencia, sino su núcleo, su médula, su ejercicio más pleno de libertad.
La trayectoria de Stefania Di Leo puede leerse como una constante negociación entre lo íntimo y lo colectivo, entre lo espiritual y lo político, lo amoroso y lo combativo. Su escritura, lejos de buscar una estética cerrada o una postura formalista, se constituye como una forma de conocimiento, de exorcismo y de resistencia. A través de sus textos, la poeta no se limita a nombrar el mundo: lo interroga, lo redime, lo confronta. Este ensayo propone recorrer su universo poético desde una doble perspectiva: por un lado, como un itinerario vital que da cuenta de los temas centrales de su obra; por otro, como una manifestación de su concepción de la poesía como acto ético, estético y existencial.
Poesía como gesto fundacional: los primeros cantos
La poesía de Stefania Di Leo surge desde el cuerpo y la memoria, como si las palabras brotaran no solo de la mente, sino también de las cicatrices, de los vínculos afectivos, de la experiencia de ser mujer en un mundo que muchas veces niega la ternura y la justicia. Ya en sus primeros poemas aparece una sensibilidad marcada por la devoción hacia lo sagrado, no entendido como dogma, sino como lo misterioso que late en lo humano. Influida por la lírica de autores italianos y latinoamericanos, pero siempre fiel a una voz propia, Di Leo inicia su recorrido poético con un tono íntimo, cargado de imágenes que evocan el hogar, el cuerpo, la madre, la infancia, la tierra. Pero esa intimidad no es clausura: es el punto de partida para un movimiento de apertura hacia lo otro, hacia la alteridad y lo común.
El compromiso como poética: entre la herida y la esperanza
Con el tiempo, la poesía de Stefania Di Leo se va cargando de una dimensión ética más explícita. Sus versos se hacen eco de las luchas sociales, de la memoria histórica, de las múltiples formas de violencia que atraviesan los cuerpos y los territorios. Su palabra se convierte en testimonio y trinchera, pero nunca en consigna vacía: incluso en sus poemas más comprometidos, se mantiene fiel a una voz lírica que no renuncia a la belleza ni a la duda.
Desde su colaboración con movimientos culturales hasta su trabajo como traductora de poetas latinoamericanos, Di Leo ha demostrado que la poesía puede ser herramienta de denuncia y de consuelo. En ella conviven la rebeldía y la compasión, el grito y el rezo, como si cada poema fuera un campo donde se libra la batalla entre el dolor y la esperanza.
La traducción como acto amoroso
Otro eje central en la vida poética de Stefania Di Leo es la traducción. No como ejercicio técnico, sino como acto amoroso de escucha y de diálogo. Traducir, para ella, no es solo pasar de una lengua a otra, sino entrar en comunión con el alma del otro. A lo largo de su carrera ha traducido voces poéticas de España y América Latina, no desde una neutralidad académica, sino desde una implicación afectiva y ética. Sus versiones poéticas no solo conservan el sentido original, sino que lo amplifican, lo recrean, lo hacen vibrar en su idioma materno. Esta fidelidad creativa, que desafía la literalidad sin traicionar el espíritu, es prueba de su respeto por la palabra del otro y de su creencia profunda en la poesía como puente, como hospitalidad radical.
El horizonte: poesía como modo de vivir
En sus más recientes composiciones —incluido su poemario En la inmensidad del horizonte— se percibe una madurez poética serena, pero no resignada. A los cincuenta años, la poesía sigue siendo para Stefania Di Leo una forma de afirmación de la vida, incluso en su lado más oscuro. En ella, el tiempo no solo duele: también revela.
Su escritura se ha vuelto más depurada, más esencial, pero igual de incisiva. Ya no necesita explicar ni justificar: simplemente canta, observa, arde. A esta altura del camino, la poesía se ha convertido en su manera más verdadera de estar en el mundo, de dar testimonio de lo vivido y de agradecer lo aún por venir.
Conclusión: fidelidad a la palabra
Stefania Di Leo no ha elegido el camino más fácil. Ser poeta en un mundo que premia la prisa y el espectáculo implica una forma de obstinación, una apuesta por lo inútil que, sin embargo, salva.
A lo largo de su trayectoria Stefania Di Leo, ha hecho de la poesía su pasion.
En sus versos cabe el dolor del mundo, pero también la risa, el deseo, la fe en que la palabra —si es verdadera— puede abrir grietas de luz incluso en las noches más largas.
Celebrar sus 50 años es celebrar la potencia de una voz que no se ha doblegado, que ha sabido sostener la palabra en tiempos de ruido y de sombra. Y que seguirá, sin duda, escribiendo como quien ama y no se rinde.
Ivonne Sánchez Barea
ÁLBUM DE RECUERDOS

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