Baile de las Águedas. Claudio Rodríguez

En «Crear en Salamanca», hoy, Claudio Rodríguez con un poema de «El don de la Ebriedad», muy querido por él, en repetidas ocasiones, siempre que vino a Salamanca,  me lo dijo «El Baile de las Águedas. Sirvan de ilustraciones estas fotos realizadas ayer en la Plaza Mayor de Salamanca con ocasión de la celebración de la tradicional Fiesta de las Águedas.

 

 

Don de la ebriedad (1953)

Don de la ebriedad, Madrid: Rialp, 1953, 63 p., (Adonais, 102), Premio Adonais 1953

Baile de las Águedas

 

Veo que no queréis bailar conmigo
y hacéis muy bien. ¡Si hasta ahora
no hice más que pisaros, si hasta ahora
no moví al aire vuestro estos pies cojos!
Tú siempre tan bailón, corazón mío.

¡Métete en fiesta; pronto,
antes de que te quedes sin pareja!

¡Hoy no hay escuela! ¡Al río,
a lavarse primero,
que hay que estar limpios cuando llegue la hora!

Ya están ahí, ya vienen
por el raíl con sol de la esperanza
hombres de todo el mundo! Ya se ponen
a dar fe de su empleo de alegría
¿Quién no esperó la fiesta?
¿Quién los días del año
no los pasó guardando bien la ropa,
cuánto refajo de lanilla, cuánto

Cuánto manteo, cuánta media blanca,
cuánto refajo de lanilla, cuánto
corto calzón. ¡Bien a lo vivo, como
esa moza se pone su pañuelo,
poned el alma así, bien a lo vivo!

Echo de menos ahora
aquellos tiempos en los que a sus fiestas
se unía el hombre como el suero al queso.

Entonces sí que daban
su vida al sol, su aliento al aire, entonces
sí que eran encarnados en la tierra.

Para qué recordar. Estoy en medio
de la fiesta y ya casi
cuaja la noche pronta de febrero.
y aún sin bailar: yo solo.

¡Venid, bailad conmigo, que ya puedo
arrimar la cintura bien, que puedo
mover los pasos a vuestro aire hermoso!

¡Águedas, aguedicas,
decidles que me dejen
bailar con ellos, que yo soy del pueblo,
soy un vecino más, decid a todos
que he esperado este día
toda la vida! Oídlo.

Óyeme tú, que ahora
pasas al lado mío y un momento,
sin darte cuenta, miras a lo alto
y a tu corazón baja
el baile eterno de Águedas del mundo,
óyeme tú, que sabes
que se acaba la fiesta y no la puedes
guardar en casa como un limpio apero,
y se te va, y ya nunca…
tú, que pisas la tierra
y aprietas tu pareja, y bailas, bailas.

 

Fotos: José Amador Martín

2 comentarios
  • pilar nuñez
    febrero 6, 2014

    Que hemoso texto, y como me gustan tus hitorias llenas de amor y poesia,mi enhorabuena por todo lo que haces .Un saludo

  • PEPA
    febrero 11, 2014

    QUE BIEN POR LAS PERSONAS QUE MANTIENEN LAS TRADICIONES POPULARES, Y PERSONAS ARTISTAS COMO TU.PARA DIVULGARLAS.

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