«Crear en Salamanca» ofrece a nuestros lectores, de nuevo, tras la ausencia un cometario crítico de cine «Total Eclipse»
Total eclipse (1995): Vivo sentado, igual que un ángel en las manos de un barbero” (Oración de la tarde, A. Rimbaud).

Me he visto gustosamente forzado a adulterar el orden en mi retorno a los comentarios de Cine, habida cuenta de que aún estoy dentro del lapso formal (20 de octubre-10 de noviembre) para celebrar a Rimbaud. Pretendía publicar primero el relativo al Expreso de medianoche (1978) con el que retomo o más bien incido en la resocialización y la prisión permanente revisable española abordadas ambas cuestiones en uno de mis primeros comentarios sobre La Naranja mecánica (1971) de Kubrik. Tratándose de un artículo jurídico, requiere de la máxima objetividad posible y de avalar argumentos para no faltar a la debida muestra de conocimiento. En cambio, en estas líneas tan sólo soy un lector exhibiendo aportaciones malas, buenas o regulares lo cual me libera de la preocupación antes referida.
‘Conocí’ a Rimbaud hace ocho años porque un amigo poeta lo mencionó, y reconozco mi total desconocimiento y despreocupación en buscar su Poesía, más aún en aquellas épocas en que estaba totalmente desvinculado del ámbito poético. Solamente, cuando tres años atrás encontré una compilación de sus poemas en la biblioteca de mis padres, pude deleitarme con parte de su creación. Digo parte pues aún hoy, me falta adentrarme en su etapa posterior, la que prosigue tras conocer a Verlaine y ello se refleja en el comentario.
Debo hacer otra alusión anecdótica, puesto que hace tiempo otro amigo poeta me hizo un prólogo con un título rimbombante el cual no se corresponde con su contenido (el cual es totalmente diáfano en su intencionalidad). Esto provocó en alguna persona, la creencia errónea de una posible comparación, lo que denota algún tipo de desidia al no poder leer si quiera nueve hojas (en contraposición, algunos prólogos de comedido título que, en su interior albergan auténticas obras maestras, pues logran ensalzar incluso los más tenues escritos). Esto ocurre en todos los ámbitos, pensando en el jurídico, a veces el sensacionalismo de un titular parece otorgar legitimidad para discurrir sobre un tema, sin haber leído el corpus de la norma. En cualquier caso, dichas líneas no me sientan a la mesa de Rimbaud (algo que sería inverosímil), más bien están enfocadas a resaltar el temprano despertar de la Poesía en Nika Turbiná (que incompresiblemente se omitió en la ecuación de quienes cayeron en el mentado error, siendo una grandiosa valedora de la Poesía precoz), Rimbaud y yo. Entonces, se centra en un aspecto temporal, no cualitativo y tan sólo puedo decir que profeso la máxima admiración por ambos.
Aprovecho también para dejar patente que mis breves pinceladas sobre su personalidad o su Poesía, son subjetivas, evidentemente influenciadas por lecturas y conversaciones, y por ende sujetas a posibles discrepancias. Pretendo transmitir ciertos aspectos de Rimbaud que han calado en mí, no me corresponde el aspecto teórico ni tratar de erigirme como crítico literario, para quedar saciado sabiendo discernir donde se halla la Poesía (he de reconocer que he tenido la suerte de poder compartir con notables escritoras y escritores desde mis primeros años de vida). Los comentarios, críticas, ensayos, análisis, loas… únicamente son envoltorios que pueden comprometer o desviarnos de lo verdaderamente esencial: ¿qué hay en el papel?. Considero necesarios estos incisos, pues en estos tiempos ninguna aclaración está de más.
Bien, cómo obviar el espíritu crítico y la maestría con que este renovador deja latentes sus ideas. Es más, desde muy joven ya denotaba una ávida madurez a la par de sus ansias por abandonar las Ardenas. Su naturaleza era plenamente inconformista y una de las incesantes pruebas de ello, está en el primer verso de su poema Oración de la tarde, con el que doy título a este comentario: es la enseña del poeta que se evade del orden preestablecido. Un sentimiento el cual, por supuesto, hoy persiste ante los afanes de imponer sistemas, pero que también se antoja esperanzador pues con el referente de uno de los máximos exponentes que hayan existido en la Poesía, se puede creer en la fidelidad al estilo propio y tener la fuerza de mutarlo por convicción personal (pasados los años, Rimbaud ya no veía con los mismos ojos sus poemas parnasianos).

Rimbaud y Verlaine
En este sentido, una escena de la película en la que Verlaine (David Thewlis) le presenta a un grupo de poetas (seguramente, parte del establishment de la época), Rimbaud (DiCaprio) comienza a reírse de sus escritos.
“Impetuoso, con dulzuras virginales
y negras, orgulloso de sus primeras obstinaciones,
similar a los jóvenes mares, a los llantos de las noches estivales
que se revuelven en los lechos diamantinos”
Orientados por estos versos de su poema Las hermanas caritativas, en la pantalla vemos a un Rimbaud ambicioso, incluso arrogante, sin embargo, bajo esa actitud (podría ser incluso entendible pues la corteja su inmenso talento) creo que se halla su fortaleza. Él tuvo unos orígenes muy humildes, en su hogar no tenía ningún referente y por ello seguramente sintió frustración. Sí encontró un ejemplo, o por lo menos un semejante, en su profesor Georges Izambard. A él le escribe lo siguiente en una carta:
“[…] Ahora me entrego a la crápula todo lo que puedo. ¿Por qué? Quiero ser poeta y trabajo para volverme vidente: usted no lo comprenderá del todo y yo apenas sabría explicarle. Se trata de llegar a lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. […]”
Es un afán envidiable, tratando de concretar su destino.
En una conversación con Verlaine en la película transmite: “Decidí ser un genio”. Esta cinta ha sido una sorpresa y, si no me la hubieran recomendado, seguramente hubieran pasado más años sin verla. Una sorpresa desconcertante por la participación de un intérprete de primer nivel desde sus comienzos como es DiCaprio y porque conozco trabajos suyos en esos años: Vida de este chico (1993) y del año 1995, The basketball diaries o Diario de un rebelde. De hecho, la primera película de la cual tengo recuerdo fue El hombre de la máscara de hierro (1998) una magnífica ficción ambientada en la Francia del Rey Sol. Y hablando de otra Francia: de la directora de esta obra, Agnieszka Holland únicamente conozco Copying Beethoven (2006), mas tengo interés en ver como plasma al carismático Danton (1983) un personaje histórico de enorme relevancia para la causa revolucionaria, ejecutado después por su “amigo” Robespierre.
El trabajo de la cineasta porta como leitmotiv el convulso romance de ambos autores, sus viajes y reencuentros. Para mí, la importancia radica en algunos de sus diálogos, pues he podido identificar alguno de los rasgos del poeta, contraste que puedo realizar gracias al libro traducido por Carlos Barbáchano encontrado, como señalaba antes, en la biblioteca de mi casa. Contiene poemas y también análisis, si bien dejé de atender a la teoría en cuanto leí: “La mejor biografía de Rimbaud son sus poemas”.
Por contextualizar el génesis de la trama, Total eclipse o Vidas al límite, salvando el componente dramático con que suelen revestirse los filmes, deja latente desde el principio la brillantez de Rimbaud, comenzando en 1871, año en el que Prusia (a través del gran estadista von Bismarck) derrota a Francia y se convierte en la Alemania que hoy conocemos, pues antes eran varios territorios fragmentados. Año en el que también tiene lugar la Comuna de París, señalada en ciertos momentos de la cinta.
Tras ver el romance, tengo la duda de si Verlaine hubiera ayudado a Rimbaud sino hubiera mediado el amor, tal vez hubiera surgido la envidia artística, al estilo de Amadeus (1984) de Milos Forman. Sin embargo, tal comparación ya no es viable, pues a raíz de un artículo periodístico he podido descubrir entre otros datos que, Forman tan sólo coge el testigo de lo que inició otra figura enormemente relevante de la literatura, el ruso Aleksndar Pushkin, y que tal rivalidad se elucubró tras los desvaríos en vísperas de los decesos, primero de Mozart, y luego de Salieri. En cualquier caso, la cinta muestra a un Verlaine solícito en prestar ayuda económica y su enamoramiento desmesurado por el joven Poeta. Su “ángel en el exilio”, esta expresión de Verlaine que bien podría relacionarse con una estrofa de Baudelaire en El albatros (perteneciente a su libro Las Flores del mal traducido por la gran poeta María Elena Blanco):
“[…]El Poeta es como este príncipe de los cielos
que se ríe del arquero y ronda la tempestad;
exiliado en la Tierra, en medio de abucheos,
sus alas de gigante le impiden caminar”
Y, a su vez, tan distinto del ángel presente en El Rebelde también inserto en Las Flores del mal:
“[…]Y el Ángel, castigándolo también por amar
Con su puño enorme al rebelde insiste en torturar
Pero el condenado siempre responde: ¡No quiero!”
Este poema debe pertenecer al acervo de la crítica religiosa presente en la Poesía de la época. Aunque Baudelaire, verdaderamente se “luce” en esta temperatura con Rebelión.
Bien, quisiera hacer apunte sobre la necesidad de contemplar los versos rimbaudianos como un compendio en sede de su concepción de la mujer. Si leyéramos únicamente Las Hermanas caritativas, pensaríamos que se asienta en una dura crítica a la mujer cuando también y en realidad está declarando su homosexualidad (en la película también se le muestra teniendo sexo con una mujer en África).
Aun así, se infiere un rechazo padecido por el sesgo provocado a tenor del ideal de mujer que ha gestado en su mente, reproducido en poemas como Las manos de Juana María:
“[…]¡Han palidecido, maravillosas
en el gran sol de amor repleto,
entre el bronce de las ametralladoras
a través del París insurrecto![…]”
Esta estrofa cumple con dos temáticas, su concepción femenina y su carácter revolucionario. No le faltaba razón al destacar el papel de la mujer revolucionaria, si retrocedo a la Revolución Francesa uno de los episodios significativos es la marcha de las trabajadoras de los barrios bajos hacia Versalles para exponer sus condiciones al rey y exigirle que se estableciera en París.
Igualmente, es pertinente el papel de su madre, quien para él debería haber sido su primer referente femenino y refuerza la idea de que en su niñez su talento es incomprendido por el entono. Así, en Los Poetas de siete años comienza:
“Y la madre, cerrando el libro del deber,
se iba satisfecha y muy altiva, sin ver,
en los ojos azules y bajo la frente llena de prominencias
el alma de su niño entregada a las repugnancias […]”
Por otros derroteros, sería difícil hilvanar defensa alguna sobre su rechazo a la religión, incluso en Sol y Carne (junto con Sensación y Ofelia fueron enviados a Théodore de Banville) poema que pretendía ser incluido en una antología de poetas parnasianos dice: “Oh es amargo el camino desde que el otro dios nos encadena a su cruz”. En este poema busca sustituir el cristianismo por la mitología “si volvieran los tiempos que han pasado”, lo que cual no es óbice para hacer una sátira de Afrodita en su soneto Venus Anadiomena.
Prueba de esta relación con los clérigos bien puede encontrarse en el hermano Milotus de En cuclillas o en el desvestido por sus versos, Tartufo:
“¡Maldición!… Sus hábitos se habían desbotonado
y el largo rosario de pecados perdonados
se desgranaba en su corazón, ¡San Tartufo estaba lívido!…”
Y no falta su consideración a Jesús en El Hombre justo:
“¿Pondrías, entonces, tus articulaciones en venta,
oh anciano? ¡Sagrado peregrino! ¡Bardo de amor!
¡Llorón de los olivos! ¡Mano que la piedad enguanta!”
Confieso que remarco su rama rebelde (siendo benévolo con esta acepción) con el cristianismo, porque la película no se hace eco de ello y, sobre todo, por los cuestionamientos siempre presentes sobre esta realidad. Cuestionamientos, que he terminado de responder creando un cisma entre la espiritualidad y la religión. Debo agradecer la etapa en una iglesia evangélica pues sin ella no hubieran tenido lugar dichas reflexiones.
Algunos poemas de Rimbaud están hechos para ser leídos sólo en el papel y con la intención de entender mejor su percepción del mundo. Tal vez en otra época no causaran furor, en la connotación negativa de la palabra. Y en este punto no pretendía adentrarme en el tema de las traducciones, porque ello supondría una autocrítica al haber quebrado en este caso con la afirmación que siempre hago de: un poeta sólo puede ser traducido por otro poeta. Ahora bien, en mi defensa diré que las otras traducciones observadas son bastante semejantes, aunque varíen ciertas palabras, y además el día 20 de octubre en las redes publicaron su poema Mi bohemia (Fantasía) sólo en italiano y lo reconocí. Por ende, el señor Carlos Barbáchano (ensayista y filólogo) no está desencaminado. Él mismo en un ensayo preliminar del libro, aborda las diferentes posturas en torno a la posibilidad de traducir al poeta francés.
También hay posibilidad de contraste, en torno a las traducciones, con el documental de Richard Dindo al que me refiero ipso facto.
Concluyendo, cito dos aportaciones sobre Rimbaud a la pantalla. La cara, Rimbaud, una biografía (1991) de Richard Dindo, un excelente sincretismo de testimonios recreados y lectura de sus poemas que fácilmente se encuentra en youtube.
La cruz, Splendid hotel: Rimbaud en África (2023) película o documental, tal vez recreación sobre Rimbaud durante su etapa de traficante de armas en la actual Etiopía. Abracé como un buen augurio su comienzo con un fragmento epistolar a Paul Demeny. Craso error, seis minutos bastan para desencantarse, o tal vez se debe al influjo positivo del trabajo de Dindo. Independientemente del motivo, la realización de Splendid hotel me resulta discordante con la dignidad, o más bien entidad, que debería revestir una biografía sobre Rimbaud.
Desde un prisma más general, esta falta de solemnidad en biografías visuales se está normalizando, y pudiera ser medianamente tolerable en Napoleón (2023) de Ridley Scott (en alguna escena me parece ver gestos del Joker, heredera de Taxi driver, 1976) que enmascara las carencias de sus últimas cintas con un buen reparto y logrados efectos. Es un gran director, pero para mi gusto, últimamente no está muy acertado. Merece la pena esta fugaz reflexión sobre la tendencia actual del Cine, más concretamente en la última década. Géneros como el de terror se están adulterando con el humor, intuyo que para ampliar el espectro de edad para su visualización (esta finalidad puede aplicarse a otros géneros), mas considero que, este proceder entraña un problema mayor y es la falta de originalidad latente. He citado el género de terror porque sus exponentes clásicos están siendo arrastrados por la lona por las producciones: o remakes o la enésima entrega de sagas que parecieran emular a las entregas inmortales (porque nunca se acaban) de Stallone.
Pensaría que el motivo de Ridley Scott u otros es perpetuarse en el “candelero” fallo que, en cualquier disciplina, puede conducir al empañamiento del legado. Se hable de Cine o de Poesía, el talento puede ser dosificado, ya que producir a escala industrial no es necesario, máxime cuando se trata de Arte.

José Alfredo Pérez Alencar (foto de Amador)
José Alfredo Pérez Alencar (Salamanca, 1994). Poeta, egresado en Derecho por la Universidad de Salamanca y crítico de cine. En poesía ha publicado ‘Distinto y junto’ (Universidad Nacional de Honduras, 2023) y ‘Tambores en el Abismo / Tambores no Abismo’ (Labirinto, Fafe, Portugal, 2022, en edición bilingüe y traducción de Leocádia Regalo). Cuando niño la imprenta Kadmos le publicó una carpeta de poemas titulada ‘El barco de las ilusiones’ (2002, con 17 acuarelas del pintor Miguel Elías). Posteriormente publicó el cuaderno ‘Madre’ (Trilce, Salamanca, 2021. Dos poemas traducidos a 12 idiomas). Poemas suyos han aparecido en diversas antologías y revistas de España e Iberoamérica. También ha publicado los libros ‘Pasiones cinéfilas’ (Trilce, Salamanca, 2020) y Iuris Tantum (Betania, Madrid, 2020). Sus críticas de cine se publican en las revistas literarias Crear en Salamanca y Tiberíades, mientras que sus artículos de contenido jurídico y social se dan a conocer el su blog Iuris tantum, que mantiene en el periódico digital Salamanca al Día. Su poesía se ha publicado en diversas antologías de España e Iberoamérica


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