POEMAS DE MAHMUD HADAYAT. TRADUCCIÓN DE ABDUL HADI SADUN.

 

 

Mahmud Hedayat

 

Antología de la Mano

 

Traducción: Abdul Hadi Sadoun

Escritor iraquí e investigador en el campo de la estética y la filosofía. Ha escrito crítica literaria y cinematográfica, así como comentarios filosóficos. Su escritura se caracteriza por el experimentalismo y una preocupación constante por fundamentar la ruptura intelectual como condición esencial para el ejercicio de la escritura. Ha publicado varias obras, entre ellas: El evangelio de Lumière – Textos sobre el pensamiento cinematográfico, Contra el teatro – Rituales dionisíacos, Antología de la mano, y Gog – Conversaciones con Khudair Miri. Aborda la escritura y el arte como una necesidad existencial.

En «Antología de la mano», Mahmud Hedayat no presenta un libro en el sentido convencional de la palabra, sino que se abre hacia una escritura que se asemeja a un rito, una manifestación, un susurro inmerso en las capas del lenguaje y la existencia. La obra enfrenta al lector con un texto no familiar, que no obedece a un género literario definido ni ofrece una tesis clara con introducción y conclusión. Propone la mano como una metáfora existencial absoluta, convocada no como parte del cuerpo, sino como una entidad destinada a crear y ser amputada, a testimoniar y desaparecer, a portar la huella y quedar inscrita en ella. El libro se ocupa de la presencia de la mano en el momento de la ausencia, de lo que escribe cuando se desvanece, de lo que deja en el aire y no en el papel. La escritura aquí no surge del cuerpo, sino que lo antecede, lo supera, y se cruza con el acto de desaparecer más que con el de registrar. El texto está impregnado de referencias a la muerte, el olvido, la negación, pero sin encerrarse en una melancolía explícita. Hay una pasión oculta por el lenguaje, y un esfuerzo intenso por descubrir sentido donde parece que nada sucede. El autor trata las palabras como un cirujano su bisturí: abre heridas para revelar el interior del significado, no para sanarlo, sino para dejarlo sangrar con un silencio elevado. El lenguaje en «Antología de la mano» es prosa poética en estado puro, mezclada con una abstracción intelectual que no complace al lector ni le ofrece facilidades. Le exige lentitud, atención, y ser también un cuerpo vulnerable a la conmoción y la incertidumbre. Jacques Derrida aparece como una referencia intelectual dominante, aunque no siempre nombrado, pues toda la obra gira en torno al rastro de la ausencia y a la “escritura” como un acto diferido, amenazado, siempre al borde de la pérdida. Lo que hace que esta obra sea única es que no pretende decir algo, sino hacer sentir que no hay nada que pueda decirse tal cual es. La «mano» escribe, pero también se silencia, se pierde, se exilia, se envuelve más en el silencio que en la declaración. Por eso esta antología no es una historia de la mano, sino un testimonio de su desvanecimiento, de su temblor, de su estremecimiento cuando toca el sentido o huye de él. Es raro encontrar un texto árabe que trate la filosofía y el lenguaje con esta densidad, sinceridad y osadía frente a lo desconocido. «Antología de la mano» no es un libro fácil ni siquiera un texto explicable, sino una experiencia extrema de escritura sobre la escritura, sobre lo que existe antes y después de que haya una mano que escriba. Un texto que se lee lentamente, que se revisita muchas veces, no para comprenderlo, sino para vivirlo, y para que poco a poco se infiltre en lo más profundo del sentimiento.

 

El poeta con la cubierta del libro

 

Antología de la mano
Fragmentos

 

«La mano que fue tallada en arena, transforma todo lo que trae el río y lo funde en escritura»   René Char

 

Aire que nada en el puño, degradando el color de su vacío desde una raíz que anhela el misterio de su vida en una masticación arenosa, cuyos vacíos se consolidan con la muerte de la mano mientras abre su camino en un aliento que avanza en el cuerpo, olvidando la primera palabra. ¿Acaso hablaba su mano y él no la oía? ¿Se alimentaba de su forma extendida de un rostro a otro y no alcanzaba a percibir su voz? La mano no habita en el cuerpo; es aire que deambula sobre la lámina de la muerte, convocando el sentido desde su ausencia etérea. ¡Qué éxtasis el del loco mientras esparce su mano por la extensión líquida de su muerte, desde sus dedos de aire, aire de muerte, de una gota de sangre menstrual en la pared del pensamiento! Es su infancia la que lo atravesó de su muerte hacia su muerte.

¿Cómo ve el loco su mano mientras escribe lo que solo puede verse con ella? Mientras dibuja su dispersión espejada en el espacio de su blancura, pregunta a todo lo que toca: ¿Cómo ve el loco su mano mientras escribe lo que solo puede verse con ella? ¿Es una mano como la que nosotros vemos? ¿Cuál es la diferencia entre la mano del “yo” y la del “nosotros”? ¿Y cuál de ellas se adhiere al vacío del cuerpo que es el loco?

*

Esta mano piensa completarse,
pero no quiere completarse
porque piensa
en completarse.
Pero no quiere completarse
porque piensa completarse.
Esta mano
no se completa
porque quiere completarse.

*

Un ave intenta alcanzar su ala, caída por descuido en un vuelo virgiliano. ¿O será un ojo buscando a su gemelo en el derrumbe del imperio del color en los universos de Borges y su imaginación encarnada en el resurgir de la mano de Lorenzo Quinn desde el vientre del mar? ¿Es esta una escena de los sueños de los dioses?

*

A la mano del loco no le ocupa sino devorar el aire con el sentido mientras persigue su vacío en las cosas, cimentando su relación con el universo sensorial más que con el humano. “Nada ocurre, nadie viene”, dice la mano con Beckett mientras se extiende en sus huecos hacia el otro, o hacia la cosa que borra el rastro del otro en la prolongación del olvido de su historia, que al final es una representación de un desconocido casi vencido por sus mundos listos para ver a Godot, representado en el alcance de la mano a la profundidad de su pregunta sobre su forma mientras corta el aire con un movimiento que el cuerpo percibe como la apertura de una ventana hacia el vacío, conformando así un pájaro de fuego.

*

¿Cómo apareció la mano de la muerte? pregunta el cuerpo a su rostro, envejecido por la ausencia de huella, cuidándose de caer en la trampa del doble personal del sol derrumbado en la amplitud de su pendiente pétrea, incapaz de pronunciar una palabra que teme caer de la boca al fondo del valle lleno de hierbas venenosas. Porque cree que el verdor de los valles es señal de que el lugar de la mano en el cuerpo del loco es una ventana inspiradora hacia el resplandor, mientras que, para nosotros, los que presumimos de cuerdos, es la puerta de un refrigerador averiado. Qué distancia entre una ventana y una puerta: la última es para usarse, la primera para amar, como señaló el poeta Mehdi Akhrif en uno de sus textos.

*

¿Qué tocó Gilles Deleuze con su mano justo antes de suicidarse? ¿En qué movimiento siguió su mano el impulso de lanzarse contra los bordes de la ventana aquella tarde en la que se concentró el vacío en un salto de amor portador de la blancura del tiempo? Sin saber lo último que su mano tocó —miembros, objetos—, es difícil comprender la razón de su fascinación por el sol, que lo llevó al suicidio. ¿Veía acaso en el sol una mano invisible que le saludaba desde lo alto de la idea? ¿Existe diferencia entre la mano del poeta y la del filósofo? ¿Dónde duerme cada una cuando Dios se retira hacia su propia inexistencia? La poesía es el sexo de lo invisible, pues necesita una mano bendita que, con un gesto edípico, devore la palabra borrando los límites entre el órgano y el sentido.

*

¿Cómo se mata una mano? es una pregunta que el loco no deja de hacerse, mientras observa el ojo de los muertos emerger del archipiélago de su mano como una nueva traición a una mirada que Godot sigue persiguiendo en los muertos, a quienes ve como bancos de espera donde se sienta Dios todo el tiempo, esperando que llegue su nombre número cien. Es una escena similar a la de las hormigas saliendo de sus manuscritos arenosos. En un tiempo interrumpido que corre entre la herida del sentido y las cosas, la mano se sumerge en ellas buscando su enemistad, alabando su violencia sensorial contra lo que solo se ve en movimiento. Pero después de devorar el espacio de la mirada vacía con un puño de gozo terroso, su movimiento se pregunta: ¿cuál se asemeja más, como forma, a la mano del loco: la del onanista o la del muerto?

*

¿Dónde se escondió la mano de Dios después de insuflar el alma en Adán?
¿Dónde durmió la mano de Caín después de mutilar el cadáver?
¿A dónde fue la mano del poeta cuando terminó de escribir su poema?
¿Cuál era el color de la mano de Kafka antes de transformarse en cucaracha?
¿Tenía Edipo una mano, o alguien le ayudó a arrancarse los ojos?
¿Y cuál fue el último movimiento de su mano en el cuerpo de Yocasta?
¿Cómo pudo Bergman jugar ajedrez con la Muerte?
¿Y cuál fue la reacción de su mano entonces?
¿Cuál fue la broma que Duchamp compartió con su mano cuando trajo el urinario?
¿Qué le dijo Heiner Müller a su mano cuando escribió Hamlet máquina?
¿Escribir sobre la mano con la mano?
Se dice que Hamlet robó la mano de Shakespeare al morir,
bajo la excusa de necesitarla siempre para consultarla.
Después de leer Esperando a Godot,
¿alguien se preguntó: dónde vive ahora la mano de Samuel Beckett?
¿Cómo se mueve ahora la mano de Samuel Beckett?
¿Qué sostiene la mano de Samuel Beckett ahora?
¿Sigue esperando a Godot
en el bolsillo de Moisés?
¿Cómo se entendió su mano con él cuando supo que Godot no vendría?
¿Qué conversación había entre el bastón de Rimbaud y su mano?
¿Viajó su mano con él a Abisinia?
¿Qué pensaba ella
cuando dejó la poesía?
¿Qué semejanza hay entre la calva de Michel Foucault y su mano?
¿Qué movimiento hizo la mano de Van Gogh en el aire?
¿Con qué dedo rió más al arrancarse la oreja?
¿Fue esa
la antesala de la guerra de los sentidos?
¿Y qué decir de la mano de Deleuze?
¿Qué come ahora?
¿Cómo recibió la noticia de su suicidio?
¿Cuál es su relación con la mano de Sadeq Hedayat?
¿Escribió La lechuza ciega con una mano unida o separada de su cuerpo?
¿Cuál es la forma de la mano de Derrida?
¿Cuál fue su contribución a la teoría de la deconstrucción?
¿Pasa la mano, en la escritura, a la cabeza?
¿O baja la cabeza para consultar con la mano?
¿En qué museo
descansa la mano de Dios
después de completar la creación del universo?

 

 

 

 

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