CUATRO POEMAS DE LOS CUBANOS LILLIAM MORO Y EMILIO DE ARMAS

 

 

1 Emilio de Armas y Lilliam Moro

Emilio de Armas y Lilliam Moro

 

 

Crear en Salamanca se congratula en difundir cuatro de los textos de Lilliam Moro y Emilio de Armas leyeron en Miami el pasado 22 de abril. El acto. organizado por la Fundación Cuatrogatos, se celebró en el Centro Cultural Español y contó con el apoyo de la Feria del Libro del Miami Dade College. Esta velada llevó por título: “ Noche de poesía con Lilliam Moro y Emilio de Armas”.

 

.

2

 

 

POEMAS DE LILLIAM MORO

 

Lilliam Moro, poeta y novelista, nació en La Habana, en 1946. Perteneció al grupo intelectual de Ediciones El Puente. Estudió en el Instituto Pedagógico Makarenko y en la Facultad de Letras de la Universidad de La Habana. En 1965 obtuvo el primer premio de poesía en el concurso celebrado entre las facultades de Letras de las tres universidades de la Isla. En 1970 se marchó a España, donde vivió 40 años dedicada a la edición y las artes gráficas. Actualmente reside en Miami. Ha publicado los poemarios La cara de la guerra (1972), Poemas del 42 (1989), Cuaderno de La Habana (2005), Obra poética casi completa (2013), Contracorriente (2017, Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador), El silencio y la furia (2017), Viaje hacia el horror (2018) y Tabla de salvación (2018). Es autora de la novela En la boca del lobo, ganadora del Premio Villanueva del Pardillo (Madrid, 2004), obra que fue tema de estudio durante dos cursos en la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla. Es autora de varias ediciones críticas de libros para niños y jóvenes clásicos de la literatura española, como El Quijote, y de artículos culturales y de crítica literaria. Su obra ha sido publicada también en numerosas antologías y revistas de varios países.

 

LA HABANA

 

Para Glendys Cambero

 

Como el amor

te adhieres en el alma con tu susurro melancólico.

Decir amor es recordarte

abrazada por álamos suntuosos,

con raíces que escarban tenazmente la tierra

buscando un asidero contra el feroz olvido.

Ciudad enardecida

entre densos vapores de sudor y lavanda,

te aquietas, sin embargo, aletargada, soñolienta,

con la apacible dejadez del verde humedecido

de tus jardines descuidados.

Te vuelves múltiple y diversa

en las piedras estoicas de las columnas y los muros,

los muros de las casas desvencijadas, carcomidas,

de puertas siempre abiertas,

con paredes rajadas por la desesperanza,

piedras que van cayendo con discreción solemne

al compás de la ruina,

como sordos latidos de un corazón exhausto.

Sembrada en adoquines o en asfalto,

impávida ante el tráfago de almas o gorriones,

transitada por miedos vestidos de paisano,

te alzas crepuscular, magnífica, maltrecha,

con tu belleza mórbida embadurnada de consignas.

No importan la erosión del polvo y el salitre,

la sordidez de las perennes cucarachas,

las aguas pestilentes,

los amorosos perros abandonados a su sarna,

los gatos del terrible festín de los hambrientos,

los cuerpos que se compran y venden por las sobras:

ciudad de socavones como desgarraduras

de un alma que no sana,

que no puede cerrar su herida, su desastre,

cada día aumentado como un remordimiento.

Oh ciudad dibujada con volutas de humo,

movida por el son que conjura la muerte,

nacida de la cópula del sueño de unos dioses:

ángel de la bahía,

alas empegotadas de melaza y penuria,

vulgaridad y alcohol,

permaneces, no obstante, con tus muertos ilustres,

con tus medias palabras contra toda retórica,

porque lo tuyo es resistir.

Quiero decir amor pero digo La Habana,

su metáfora.

 

3

 

 

FE DE ERRATAS

 

No sé cómo decir este dolor,

no sé cómo escribirlo, que suena tan común

que ya no se parece a lo que siento.

Quiero otra cosa, acaso

semántica detrás de la semántica,


más allá del bisílabo manido,

con la misma grafía, y que no obstante


suene a pasión descomunal,

a esta laceración hecha vocablo

en la fonética de siempre,

pero que aúlle el verbo,

que explosione la tinta, y que se raje


la página en que escribo,


mientras arden, exhaustos, los ojos del que lee.

Pero si no lo logro, estad atentos:


donde dice “dolor”, debe decir “dolor”.

 

 

 

4 Emilio de Armas y Lilliam Moro

Emilio de Armas y Lilliam Moro

 

POEMAS DE EMILIO DE ARMAS

 

Emilio de Armas, poeta, investigador literario, traductor y ensayista, nació en Camagüey, Cuba, en 1946. Licenciado en Lengua Española y Literaturas Hispánicas en la Universidad de La Habana, con un doctorado en Lengua Española por la Universidad Internacional de la Florida. Ha publicado La extraña fiesta (1979, Premio de Poesía de la Universidad de La Habana), Reclamos y presencias (1983), La frente bajo el sol (1988), Junto al álamo de los sinsontes (1988, Premio Casa de las Américas de Literatura Infantil y Juvenil), Blanco sobre blanco (1993), Sólo ardiendo (1995), Sobre la brevedad de la ceniza (2005, Premio de Poesía Eugenio Florit), Tiempo de silencio (2012), Con la fidelidad del peregrino (2014), De pie sobre la tierra (2017), Volvería a vivir (2018) y Una sola palabra (2018). Es autor también de la biografía Casal (1981) y del ensayo Un deslinde necesario: los Versos libres y Flores del destierro (1978).

 

 

SOBRE LA BLANCA LUZ DE UNA CUARTILLA

 

 

Amé a los animales y a los árboles,

y los hondos caminos de la tierra.

Estuve en amistad con el silencio

y conocí en la voz de la materia

el reclamo de Dios, y de la nada.

Cuando cerré los ojos de mis padres

sentí lo que sentía al enterrar,

para que dieran vida, unas semillas.

Los mejores amigos fueron míos,

y sé que una mujer va por el mundo

ya para siempre niña en mis palabras.

Me acompañó el amor en soledad

y regresé a mi hogar en la intemperie.

Un día me dijeron que jamás

podría decir esto, la sencilla

plenitud de vivir en la alegría.

Jamás, hasta esta noche en que lo escribo

como quien va a morir y permanece.

 

 

5

 

 

FRENTE AL CREPÚSCULO

 

…mis sueños y deseos

tendrán razón al fin, y habré vivido.

LUIS CERNUDA

 

Salva esa parte de tu vida

que sólo tú conoces,

y en la que solo habitas con tu amor.

 

Sálvala,

            porque al cabo

de tus largos afanes y tus días,

sólo esa parte de tu vida

—secreta, breve, tensa—

conservará el sabor

del vino que se bebe junto al mar,

frente al crepúsculo,

y habrás vivido.

 

6

 

 

Aún no hay ningún comentario.

Deja un comentario