VERSOS EN MEDIO DE UNA PANDEMIA: CARNICERO, PULIDO, COLLADO, KRARUP, LÓPEZ, Y ALENCART.

 

 

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar una serie de poemas inéditos escritos en medio del confinamiento necesario para combatir al coronavirus. Hay textos de España, Perú y Dinamarca.

 

(Foto de Jacqueline Alencar)

ANALGÉSICO AZUL

(Luis Carnicero – España)

 

 

                                                                             Para la doctora María Amor Turienzo

y cuantos hoy viven su profesión

sanitaria con el alma.

 

No veo la calle

pero siento el vacío

y la miseria arañando

la piedra y mi piel.

Y se entrega mi sangre

a un vuelo de manos

sobre los tejados a una

veladura Azul.

Y te convoco Luz

a limpiar lo oscuro.

Devuélveme la lágrima

del principio

para que arda en mí

lo creado

lo sagrado

y sea de todos

y me redima la entrega

                                         a pesar

de la cortedad de días

del mal

en la Verdad de ser una

única soledad

un solo Bien

                      una

sola Voz.

 

(Foto de José Amador Martín)

 

 

SONETO DEL MAÑANA

(José Pulido Navas- España)

 

 

Cuando amanezca el día de la vida.

Cuando vuelvan la risa y su costumbre.

Cuando pasemos de esta incertidumbre

al lado luminoso de su herida.

 

Cuando este mal regrese a su guarida

y los héroes se olviden en la cumbre

de su alto sacrificio,  cuando alumbre

el sol la libertad y su avenida

 

inunde el horizonte,  en el centro

de tu corazón, pura, arda la pena,

lo que este sufrimiento te ha enseñado:

 

Que el amor solo crece acompañado,

el egoísmo elige su condena

y quien contigo va, marcha a tu encuentro.

 

 

La vida en la mano de Emma Caro

 

PUREZA

(J. Pulido Navas)

 

 

Han saltado las alarmas y ahora

tenemos la implacable condición de la realidad,

hemos de exponernos a ella, mirarla de frente

cuando ha derribado todas nuestras certidumbres,

incierto el mundo que dimos por seguro.

No hay donde esconderse

y deberemos responder a su exigencia.

Encontraremos una afilada pureza

que no tiene compasión ante la prueba a la que te somete

ni necesita justificar sus sentencias.

Solo puede ser cumplida.

Una  dura pureza  que nada tiene que ver con el engaño

y nos dará un motivo para creer de nuevo,

cada uno rendirá cuentas ante ella de sí mismo

en la prueba de un dolor por todos compartido.

 

 

 

 

 

 

 (Foto de Jacqueline Alencar)

 

EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

(Julio Collado – España)

 

 

Ya falta menos

para abrazar y mirar de cerca

a los ojos que ahora están presos.

Ya falta menos

para rodear las cinturas y dar

la vuelta al mundo y perderse

en el misterio incierto de los ombligos.

Ya falta menos

para susurrar palabras que se perdieron

en el miedo que levantó anchos muros.

Ya falta menos

para dejar de ser chopos separados 

por el río de la desconfianza.

Ya falta menos

aunque es largo el tiempo de espera

cuando el susto es tan alto.

Ya falta menos

para bajar a las calles sin prisas

y hacer, sin pretextos, el viaje más largo.

Ya falta menos

para abrir la ventana, asomar el cuerpo

desnudo

y saludar al sol de la libertad.

 

Ya falta menos.

 

  El médico de la UCI, de Enmma Caro

 

CUANDO ESTE VIRUS ACABE

(Julio Collado – España)

 

 

Cuando la sombra del miedo

de este virus feroz termine

antes que dejen el baile los pájaros

en las flores del manzano;

cuando llegue a su culmen la luna llena

que ahora crece

al cuidado de las estrellas;

cuando se abran de par en par las escuelas

y los saberes escolares

cambien de dirección e intensidad;

cuando las empresas comiencen a fabricar

los bienes sencillos y necesarios

y abandonen tantos caprichosos

y mortales;

cuando la vida vuelva a las calles

y las plazas y los parques se adornen

de risas y de juegos;

cuando se abran los bares para echar

las partidas de siempre

y tengan un techo todas las gentes;

cuando los parados dejen de serlo

y las familias vuelvan a sonreír …

Entonces,

habrá tiempo de repensar quiénes somos

y cómo se ha de vivir con los otros

en esta bella Tierra

que nos acoge y alimenta.

Porque a la vista ha quedado

que nadie es indispensable

y todos somos necesarios.

También será el tiempo de examinar

a los gobernantes de ahora y de antes,

pues ya dice el refrán

de aquellos polvos, estos lodos”.  

 

 

 

 

 

 

DESCANSO EN TI

(Darío López – Perú)

 

Descanso en ti, Dios de la Vida.
No es tiempo de relajo, anomia, ni indiferencia.
Es un descanso que invita a confiar en ti
y a extender la mano solidaria al prójimo que no tiene pan.

Resistiré hasta que pase el vendaval
que paraliza las manos y seca los corazones.
Tú eres mi fuerza y mi alegría en esta hora en que la muerte
pretende apropiarse de los seres humanos y de todo lo humano.

¡Tú reinas siempre!
Las fuerzas del mal no vencerán a la vida.
La vida brotará para embellecer los rostros abatidos
y para levantar a todos los caídos.

Descanso en ti… resisto tercamente…
Dios de la Vida, sana nuestro corazón, sana nuestra tierra!

Villa María del Triunfo, 21 de marzo del 2020

 

 

 

 

 

 

 

SÍNTOMAS PAN/EPIDÉM/ICOS

(Helge Krarup – Dinamarca)

 

 

cur/circul/ación de

relev/disimul/ación de                                        

evidenci/rechaz/ar poder aca/epi/démico

(mal)interpretaciónes pa(ra)n(o)icas

dud/desesper/ar

aconsej/abandon/ar

 

 identifica/realiza/ción con/de

ensueños defensivos

 

activi/pasivi/dad

intro/extro/vertida

vi/bru/talidad

inmensur/inimagin/able

 

 

(Escrito en danés y traducido por el propio poeta, marzo de 2020)

 

 

 

 

 

 En la habitación 107, de Emma Caro

 

 

 

HÉROES ANÓNIMOS, ESCUDO

Y LUZ DE LA HUMANIDAD

(Sol de Diego – España)

 

                                «La bondad es el único signo de superioridad

                                que reconozco en el ser humano»  

                                                                                Beethoven          

                               

Esta enfermedad, silenciosa y cruel

que paraliza nuestras vidas.

Esta amenaza invisible y terrible

que acecha en cada esquina.

Escondida en las bocas y en las manos,

también va oculta en las miradas,                  

como esos vampiros dispuestos

a saltar sobre inocentes víctimas.

 

Su corona es la Reina de la Muerte.

Pero la Humanidad ya no está sola,           

porque valientes damas

y heroicos caballeros

se enfrentan contra ella

arriesgando sus vidas

con esas escasas armas que tienen. 

 

Su escudo es su valor,

y su lanza es su alma.

 

Ellos están en primera línea.

En los lugares de mayor peligro,

en nuestros hospitales,

residencias de ancianos,

aislados de esos seres queridos              

sintiendo que la soledad   

y las tristeza los matan de pena,

cruzando desolados,

sin poder despedirse el horizonte.

 

Ellos conocen que la heroicidad

no está ahora en las trincheras

sino en tocar la mano del que muere,

en colocar el tubo necesario

para que llegue el aire

al que el virus maligno se lo impide.

 

Ellos son por derecho propio

los ángeles que vuelan sobre el mundo.

Y no nos piden nada, ni tan solo un abrazo.

Solo permanecer en nuestras casas

mientras ellos afrontan su tarea.

 

Solos ante la muerte están ahí.

Por amor, por trabajo,

porque son los guardianes

de la salud de todos, de la vida.

 

 

 

 (Foto de Jacqueline Alencar)

 

 

TODO ESTO PASARÁ

(A. P. Alencart – Perú-España)

 

 

Entre una calamidad y otra,

cuando la oscuridad

parezca no tener fin, recuerda

la Promesa ancestral

que te mantendrá a flote.

 

Entonces, practica el perdón

con los indiferentes

o de ideas temerarias, llenos

del miedo que les calza

la duda.

 

No es poco tener esperanza

cuando la aflicción

se activa, y la vida cede su

acontecer a flagelos

que sortean selladas fronteras.

 

Todo esto pasará,

pero ruega que aquellos

que otrora mostraban frialdad,

sepan enmendar su soberbia

y no vuelvan a ponerse el antifaz.

 

“Frágil atavío mientras tanto,

solo se fleta el cuerpo

para esta travesía”,  parece

recitar el Amado que tus labios

siempre nombrarán.

 

Así, en cuerpo y en espíritu,

tus córneas dejarán pasar

la Luz necesaria

y verás rutilar el amanecer

de otros días nuevos.

 

Foto de José Amador Martín)

 

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