SOL DE DIEGO Y SU UNIVERSO DE EMOCIONES. COMENTARIO DE PEDRO GARCÍA CUETO

 

 

1 La poeta salmantina Sol de Diego

La poeta salmantina Sol de Diego

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar este comentario sobre el último libro de la poeta salmantina Sol de Diego, quien vive desde hace años en Madrid. Tiene publicado cuatro libros de poemas: Abismos del corazón (2005), Corazón viajero (2007), Pasajeros del olvido (2015) y Templo de emociones (2017). Los primeros editados por Huerga & Fierro, y los dos últimos por Grupo Sial-Pigmalión. También ha sido incluida en las antologías Erato bajo la Piel del Deseo (Sial, 2010), Los Mejores Poemas de Amor (Pigmalión, 2013) y Decíamos Ayer (Homenaje a Fray Luis de León. XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos). Ha publicado en distintas revistas literarias, entre ellas la de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, a la que pertenece. Además de su actividad literaria ha cursado estudios de Arte Dramático y de Música, así como de Doblaje. Ha trabajado como actriz y modelo en distintas obras de cine y teatro, series de televisión y spots de publicidad. Obtuvo el l Premio Internacional de Literatura Gustavo Adolfo Bécquer (2017).

 

 

2

 

 

SOL DE DIEGO Y SU UNIVERSO DE EMOCIONES

Sol de Diego. Templo de emociones.

Grupo Editorial Sial Pigmalión, Madrid, 2017

 

En Sol de Diego vive un universo de emociones, porque desde sus primeros libros de poemas la poeta salmantina va dejando esa luz cenital que alumbran sus versos. Abismos del amor y Corazón viajero, publicados por Huerga y Fierro, reflejan la expectante mirada del amor que va dejando sus reflejos hondos en la estancia, somos seres en la derrota constante, que buscamos el beso o la caricia para sentirnos vivos, en estos libros surge la mirada clara, en un espacio donde las palabras son traducciones de un interior donde vive el deseo de amar.

 

En Pasajeros del olvido, editado en Sial, en 2015, la mujer que va componiendo como una sonata el lenguaje busca la armonía para dejar ese eco de la literatura que también es música. Pero ahora llega Templo de emociones, un libro de homenajes, donde son muchas las voces que hablan, como si la Antigüedad griega y romana surgiera de nuevo, como si cada historia de amor o desamor se clavase dentro de nosotros al leer los poemas, hay en Sol una sensualidad permanente, la de la mujer que busca un universo de caricias entre la frialdad latente del mundo real.

 

Son muchos los poemas que me han gustado, he seleccionado algunos, como “Tacto de luz interminable”, dedicado al poeta, al estudioso del lenguaje y académico valenciano Jaime Siles, cito unos versos del mismo: “Nunca la realidad te ha sido ajena / porque tu realidad es el lenguaje, / Alegoría, Música del agua, / plenitud que nos lleva a la memoria / y nos convierte en seres luminosos / construyendo la conciencia del sueño, / melodías de eternidad con tus poemas”.

 

Sol le llama en el poema “exquisito poeta y profesor” y late en los versos esa admiración que es homenaje, porque, como bien dice Sol, en Siles el lenguaje es alumbramiento, traducción de un mundo siempre en perenne descomposición, es el lenguaje un cristal, un paso en la nieve, como llevó un famoso libro del poeta valenciano, una página en blanco en la memoria.

 

3 Octavio Uña, Jaime Siles, Sol de Diego y B. Cañada, en la presentación del libro. Foto de Adriana Zapisek

Octavio Uña, Jaime Siles, Sol de Diego y B. Cañada, en la presentación del libro. Foto de Adriana Zapisek

 

Los homenajes se suceden en el libro, son muchos, a Losada, Ilia Galán, Encarnación Huerta, Luis Alberto de Cuenca, Catulo, Cernuda, Aleixandre y tantos otros, Sol es una lectora que ama lo que lee y deja en el libro ese poso de admiración que ha ido quedando en cada página leída.

 

En el poema “Diotima alecciona a Sócrates sobre el amor”, podemos sentir esa mirada sensual de Sol que sabe que el cuerpo bello es un universo a descifrar, donde el sabio completa su existencia, es en lo bello donde vive el mundo, donde el deseo se cumple y el alma goza: “Sé el amante de todo lo sublime. / Acaricia desnudo cualquier cuerpo. /  Y haz que, tras ello, el alma /se introduzca también en la mente”. Dirá también: “Descubre la sabiduría / que hay detrás del placer”. Muy cierto, en el placer vemos ese afán de conocer, de transcribir el mundo, de hacerlo tangible, el tocar es también una forma de conocimiento.

 

Con las magníficas ilustraciones que adornan el libro, donde cuerpos bellos de la Antigüedad acompañan a los poemas, Sol de Diego va trenzando, como Penélope, un telar de emociones, esperando ser amada a través de los versos que son espejos ya de sus deseos. Pero también el placer deja un vacío, un lugar oscuro donde queda el dolor después de haber amado, lo expresa muy bien el poema “Placer ausente”, dedicado a Lucrecio: “Consumido por el placer ausente, / caminaba Lucrecio / después de haber gozado, / acariciando el vacío / de su cuerpo en la cama, / llevaba la pena en su castigo / y ardiente la conciencia”.

 

El mito de Apolo y Dafne está presente en otro poema, porque Sol se nutre de todo lo que es mitología para combinarlo con la vida y hacer de esta una sinfonía de besos y de olvidos. Hay un poema dedicado a la estatua de Quevedo, donde Sol de Diego revive al ser que ya existe pero que pervive en los libros, siendo ya inmortal, ¿podemos acaso resucitar al que ya ha muerto, hacer de lo inerte carne viva? El poema es así de hermoso: “Sol en tus auroras / luna llena en tus noches, dama blanca / que sostiene en tus alas su escultura, / el mundo de las musas que te inspiran, / mantienen tu memoria entre las nubes / enamorando el aire… / ¡Mi corazón, besando tu figura!”.

 

4

 

 

Y podemos ver esos seres que reviven, porque al concitarlos los hacemos de carne y hueso de nuevo, al amarlos, volvemos a sentirlos como nuestros, podemos acariciarlos así en la imaginación, que siempre crea y tiene el poder de devolver a la vida lo ya inerte.

 

Libro que se supera porque es pura emoción, vibración en cada página, un poemario lleno de luz que brilla al leerlo, son tantos los que vuelven a nosotros en los versos de Sol que podemos acariciarlos de nuevo, un libro que es un universo, donde respira el tiempo como si nunca muriese.

 

 

5 Pedro García Cueto

Pedro García Cueto

 

Aún no hay ningún comentario.

Deja un comentario