Poesía de Croacia, hoy. «Dulce Libertad». Antología. 5ª Entrega

 

 

 

POEMAS DE IRENA VRKLJAN

(De la antología Dulce Libertad,

traducidos por Zeljka Lovrencic)

 

Irena Vrkljan (Belgrado, 1930). Es poeta, narradora, ensayista, traductora y dramaturga. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb y en la Academia de Cine de Berlín. Ha publicado más de veinte libros de diferentes géneros literarios: poesía, novelas, prosa autobiográfica y ensayos. Escribe guiones para dramas de televisión y radio. Ha obtenido diferentes premios literarios y sus libros han sido traducidos a varios idiomas. Entre sus obras destacamos los libros de poesía Soba, taj strašni vrt (La pieza, ese terrible huerto, 1966) y U koži moje sestre (En la piel de mi hermana, 1982); novelas autobiográficas Svila, škare (La seda, las tijeras, 1984), Marina ili o biografiji (Marina o sobre la biografía, 1987), Berlinski rukopis (El manuscrito de Berlín, 1988) y Dora, ove jeseni (Dora, este otoño, 1991); libro de ensayos Naše ljubavi, naše bolesti (Nuestros amores, nuestras enfermedades, 2004) y novelas Posljednje putovanje u Beč (El último viaje a Viena, 2000) y Sestra, kao iza stakla (La hermana, como tras de vidrio, 2006). Su último libro es la colección de cuentos Žene i ovaj suludi svijet (Las mujeres y este mundo loco, 2010).

 

 

AUTORETRATO

(Autoportret)

 

Cabello despeinado,

corazón completamente pequeño, color de naranja vieja

y más arrugado

en el seco y frágil baúl del cuerpo,

la risa se trasladó a otra parte,

lágrimas en el papel de periódico barato en color,

los poetas se mueren rápido,

está mojada la mano en el guante,

la otra ya no la tengo,

siempre dos pasos ante la cara de la anciana,

un poco de muerte, un poco de crueldad,

un poco de amargura en los labios,

de nuevo han olvidado a alguien,

soy un ovillo de alambre,

una sombra de cuerpo en la calle

es suficiente para paralizarme.

 

Guardia en el pedestal de la esperanza

que una vez fue mi amiga,

cuando aún era posible un pino de vidrio

y el mundo como camino

de mí hacia ti.

¿Qué quedó?,

almíbar de una calle

en la cual yo ya no estoy,

pañuelo lejano

y una ventana baja.

Dicen

que para la poesía es un problema

la palabra napalm o sangre, palabras difíciles,

es largo el cortejo de los cuadros asesinos,

sin embargo, la tierra existe aunque el pan en el estaño

ya no tiene sabor a sol,

y el recuerdo puede desteñirse, dicen,

quizás, la poesía así yace en el tambor ruidoso,

como trébol que es el signo de la blancura en el detergente,

dicen

ya no hay nada, no hay nada más,

y el resto de miel en mi corazón de repente se evapora,

sin embargo, el amor es tierno y en acuerdo con la lluvia

que cae sin cesar

de una casa que conozco, que recuerdo,

cae al poema, a pesar de todo,

cae, vive y crece.       

 

 

 

NEVABA MIENTRAS ESCUCHÁBAMOS A MOZART

(Sniježilo je dok smo slušali Mozarta)

 

No veo tu vestido azul,

en la pared quedó el color de cielo

y yo ahora sólo escucho

el poema vidrioso del hielo,

diste la espalda,

la nieve cae constantemente,

el viento se llevó al amigo,

el viento se llevó el verano,

y las campanas, las campanas lo buscan.

 

En el rincón oscuro de nuestro cuarto

ahora viven tus recuerdos,

es frío este diciembre,

a ti quizás ya no te gusta el invierno,

¿dónde está ese niño

que existía antes de ti,

tiempo vacío y silencioso,

y aquella nieve extraña

que cae con temor 

en tu camino lejano?   

 

No estás en el viejo espejo,

es turbio mi día de invierno,

y yo no sé

¿si todavía escuchas

su loca, plateada voz

o estás sola

al lado de otras orillas,

otra gente,

y sólo yo estoy solo?

Aún existe mi recuerdo,

sonido que te lleva

a algunos juegos de antaño,

y el paisaje blanco de la flor

a través del que se deslizan

cuentos de hadas, la nieve y los trineos,

y nuestro triste amor,

esa estrella extraña y fría

que con ansiedad cae

en tu congelado camino. 

 

 

FUI  ÁRBOL

(Bila sam drvo)

 

Fui árbol y tuve ramas.

¿Dónde están amigos de la infancia?,

ahora cerrados en cuartos ajenos,

en lejanas torres de multicolores paisajes

a las que ustedes fueron uno por uno,

como larga y cansada procesión diaria, mientras

que el pegajoso sedimento del tiempo cayó entre nosotros

entre nuestros rechazados gorros, pelotas y libros.

Hubo años y hubo momentos

que con sus transparentes dedos

compusieron palabras, peatones, gente,

y levantaron una pared derecha en la que están ustedes,

en la que no están ustedes, amigos,

y yo estoy en su búsqueda,

con su imagen cambiante

en el fondo del vaso del que se derramó el agua,

miro su oscura huella ¿dónde desapareció?,

¿qué tierra absorbió sus cuerpos?,

y su súbita caída.

Fue una ciudad y en ella la casa conocida,

en los oscuros atrios tan conocidas escaleras,

pero ahora todo es diferente

y yo no tengo a nadie a quien visitar,

está cerrada la puerta tras de la que me espían,

no abren, y por mí se mueren   

desnuda y cruelmente como el hambre.

Amigos, surtidores de una corta alegría

que les alimentó y les alejó de mí

en un extraño e inevitable olvido

que y yo tengo que aprender,

vuelvan por las cosas que aún guardo,

porque hay que poner las cartas de nuevo en las cajas,

las fotografías en algún álbum viejo,

el amor de vuelta al corazón,

si esto fuera ahora todavía posible,

ahora, cuando la montaña crece entre mis deseos

de verlos, una alta y densa

cortina de horas vacías

que cae como cascajo por mi sendero desierto.

Fue la época cuando fuimos

sólo un intento de comprensión o de amistad

que ya no necesitamos, que ya no está

en el estrecho espacio del recuerdo que tengo de ustedes 

que quizás en realidad nunca existieron

salvo en mi alegría que detrás de su frente veo

la posibilidad de que fueran cercanos, y de alguna manera humanos.

Fui y hubo amigos,

no pude sólo imaginar todo eso,

un gran sol y una pequeña noche sin miedo,

forma de algún ojo, dolorosa superficie de la palabra,

ese frío paisaje en el que ya no florece

ni un árbol, ni una rama.

             

POEMAS DE DAVOR SALAT

(De la antología Dulce Libertad,

traducidos por Zeljka Lovrencic)

 

          

Davor Šalat (Dubrovnik, 1968). Estudió Literatura Comparada y Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb. Actualmente trabaja en la Radio Croata como periodista. Publicó las siguientes antologías poéticas: Unutarnji dodir (Roce interno, 1992), Sanjarije krhkoga sunca (Los sueños del frágil sol, 2002), Košulja tišine (La camisa del silencio, 2002), Uspavanka pod pepelom (Canción de cuna bajo la ceniza, 2006), Murmullo sobre el asfalto (con Lana Derkač, México, 2008), La explicación del invierno (Tumačenje zime, 2009). Entre sus libros de críticas literarias y ensayos, está Odgođena šutnja (El silencio postergado, 2007) y Posrtanje za alibijem (El tropezar por la coartada, 2011). Tradujo la poesía de Juan Ramón Jiménez bajo el título de Vječnosti (Eternidades, 1999). Es miembro de la Sociedad de Escritores Croatas, de la Sociedad de Periodistas y redactor en jefe de la revista The Bridge/Most (El Puente). Colabora en revistas literarias, obtenido diversos premios y participado en festivales poéticos. Textos suyos se han traducido al español, inglés y lituano.               

 

                                               

 

El testigo inseguro. Serpentea entre los árboles y no sabe describir esa delgada membrana que rodea todos los pensamientos. Sin embargo habla sobre el río que le petrifica la casa, pero él queda indiferente a sus ojos y su boca. A veces se le convulsionan las mejillas, indaga los profundos centros que las mueven. Generalmente, los rostros lo cubren con hierba, pero son inexplicables, evidente clave de los conflictos nocturnos. ¿Cómo desde esta oscuridad atestiguar de las almas ahitadas que gruñen en la noche? Como que al mismo tiempo ve menos y más agudamente que los demás, pero cuando se mira en el perezoso espejo del río, lo asalta una inseguridad más grande. El perfil de la imagen está hundido en el barro, el azul de los ojos que no saben nada de lo azulado.           

                         

***

 

No copiar ni una palabra del bosque acabado. ¡Oh, este florecimiento sin medida que emerge con raíces chupadas y frutos marchitos! Tu otra carne, esta tierra muere en las futuras semillas. Y para siempre apretar los ojos que sufren por las nubes brillantes. Ser avaro para que los hijos derrochen, sombrío para que al muerto sorprenda la luz. Aunque susurra, es grande esta voz que arde en las conchas.   

 

***

 

Baúl de filigrana, oro para toda la vida. Cortas son las horas junto a los ducados, los dedos se acarician con los emperadores dorados. Se hundió el río del que surgió el baúl, dieron vuelta los sabios que exploran el dorado horizonte. Eso es en verdad sólo recuerdo y la mano no toca el ducado verdadero. Cortémonos los dedos que no duelen, el Sol nos imita y con nosotros especula sobre el oro.   

 

***

 

Se aleja tu comando, tu mano está vagamente quebrada. Llorando erizas las praderas, esparces estrellas hacia los bordes del universo. Y la palabra que aprieta la garganta podría con un murmullo renovar la bóveda, y la bóveda sobre la bóveda. Pero, algún ala se cerró, alguna mujer dejó de parir el universo. Te bañas en la niebla de las estrellas que cayeron de las galaxias. Amarra tu bote, cada viaje es mortal.  

 

***

 

El camino resbaladizo se derrumba. La nieve cubre al hombre precipitado al abismo ladera abajo. Los ojos se defienden con la tierra de la borrasca. Llegó a su último paso, y todavía está  deseoso de huir. En él, esa oscuridad que es también blancura y muerte. Y todavía tan apretado en sí, incontrolado, ese hombre sobre la carretera y la borrasca.  

 

***

 

La roca se llama la mano,

la mano se hace roca

porque se nos quebró el laúd

y no hay quien le ofrezca 

un destino claro a los pájaros.

Y la noche tiene un escape:

en el terciopelo endurecido

soñamos con nosotros mismos.

El tiempo nos humilla,

pule las avaras preguntas.

 

***

 

La mano palpará el secreto del ombligo, callará la palabra que seduce el amor. Las hormigas despreocupadas correrán  hacia los dedos, y el tiempo se hará enano en el cuento de hadas. Serás una ciudad sin nombre con la más estrecha puerta del cuerpo. Aceptarás los besos que empañan todos los vidrios de tus ventanas. La transformación será completa, la máscara se fundirá con el rostro y el pasado ya no se mencionará. El cuerpo se condensará solo en sí y  labios ardientes tragarán la luz.

POEMAS DE ZVONIMIR BALOG

(De la antología Dulce Libertad,

traducidos por Zeljka Lovrencic)

 

 

Zvonimir Balog (Sveti Petar Čvrstec, Croacia, 1932). Poeta, narrador, pintor, escultor e ilustrador. Estudió en la Escuela de Bellas Artes y en la Academia Pedagógica de Zagreb. Fue camarero, decorador de interiores, administrador, maestro de escuela primaria y editor de varias revistas para la juventud y para la infancia. También trabajó en la televisión. Ha publicado más de 30 libros de poesía, cuentos y novelas para niños y adultos. Sus textos han sido traducidos a diecinueve idiomas. La traducción más significativa de su obra es la del libro Bonton al inglés, bajo el título Nice Manners of How I Can Avoid Growing Up to Be a Twit. Es ganador del premio internacional – IBBY Honour List  del año 1996. En 2002 fue nominado para el mayor premio de la literatura infantil, El Premio de Andersen, y en el 2003 para Astrid Lingren Memorial Award for Literature.

 

QUĖ DIVINO LUGAR

(Divnog li mjesta)

 

Qué divino lugar para ti y para mí

Lejos de las miradas de los curiosos

Bajo la copa del nogal

En la cima del abandonado cerro verde

Aquí nunca he estado

Qué lindo qué divino lugar

Para ti y para mí

Sólo la yerba sólo yerba

Y el sol muy alto en el cielo y los pájaros

Y nunca lo hice justo al mediodía

Bajo la copa del nogal

En el abandonado cerro verde

Divino lugar para ti y para mí

Bajo el nogal de hojas grandes y espesas

Bajo sus ramas hasta la tierra

Y ellas se besan con la yerba

En ésta pondrás tu vestido

En ésa yo mis cosas

¿Dónde estás?

¿Me oyes?

¿Por Dios, dónde estás?

 

 

 

AFICIONADO A RESPIRAR (1982)

(Sklon disanju, 1982)

 

¡Oh!, casa mía rescatada por el sueño

que con tus ventanas invocas al sol

y clamas por el bosque y la pradera

de ninguna manera puedo encontrar pájaros

que te despierten

ríos que te susurren

cielos sin nubes

todo el tiempo te vuelvo hacia sur

y de ninguna manera lo encuentro 

apenas sueño el proyecto

ya me roban el material

¡oh! casa mía sin chimenea

ni sé dónde encontrarte puerta

ni cómo conseguir las paredes

cómo construirlas y con qué

cómo terminar tu techo y por qué

¡oh! casa mía no construida

día y noche me tropiezo con

umbrales invisibles

no puedo encontrarte el suelo

de ninguna manera los techos

sólo un fogón apagadizo

llevo en las manos

y lo soplo a él cubierto de ceniza

de sueño a sueño arrastro el material

(el cemento cada vez se endurece más,

quién lo revuelve tanto)

e invento los obreros

y de ninguna manera puedo fraguarlos a todos

y de ninguna manera puedo encontrar lugar

donde ponerte

buscando pierdo las ventanas

y el sol

el sur se transforma cada vez más en norte

y cuando por fin lleguen las llaves

¿habrá alguien que abra la puerta?

y habiendo quedado ya todo tras nosotros

las pasadas imágenes me cubrieron hoy

ayer ayer ayer

por todos lados ayer

con la lengua afuera

con el garrote en las manos

me persiguen fantasmas sordomudos

huyo al mañana

también poco hospitalario

y ya hoy

para mí el mañana se volvió ayer

¿cómo, imprudentemente,

ya hoy he gastado el mañana

que hace alianza con el ayer?

¿y dónde está mi porción de hoy?

me pregunto alrededor de la mesa invisible

 

 

 

ESCALERAS ABAJO

(Niza stube)

 

Más fácilmente voy escaleras abajo

quizás yo soy un tipo para bajadas

me entrego como agua potable

 

cuando bajo mis pies son normales

al menos algo

pero conseguiré unos para ir cuesta arriba

para subir para llegar a las estrellas

los cuidaré muchísimo

les besaré las rodillas y lo demás

los arreglaré como el cisne sus alas de pluma

nunca estaré parado sobre ellos

todo relacionado con ellos tiene que estar

según lo prescrito

cuando empiece de nuevo

que Dios no permita

pase algo parecido 

 

POEMAS DEBORIS DOMAGOJ BILETIC

(De la antología Dulce Libertad,

traducidos por Zeljka Lovrencic)

Boris Domagoj Biletic (Pula, Croacia, 1957). Se graduó, hizo su máster y su doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb. Vive en Rovinj, donde trabaja como director de la Biblioteca Municipal Matija Vlačić Ilirik. Además de poesía, publica críticas, reseñas, estudios y traducciones del italiano y alemán. Su poesía se interpreta en el Tercer programa de la Radio Croata. Sus obras, varias de ellas premiadas, han sido publicadas en antologías croatas y extranjeras, mientras que sus poemas se han traducido a quince idiomas. Es fundador y redactor en jefe de la revista para la literatura, temas culturales y sociales de Pula Nueva Istria, además de vicepresidente de la Sociedad de Escritores Croatas. Participó en numerosos festivales de poesía y congresos literarios a nivel internacional.

 

 

 

 

 

LA CANELA

(Cimet)

 

El antiguo amante

un apasionado heleno

la lame

y huele en tu piel

la serpiente volante lo cuida

como veneno mítico

gobernadora salvaje

pone en esclavitud a todos los

que la prueban

 

Si no fuera así

los imperios no se hubiesen

derrumbado

y los esclavos todavía serían

esclavos

aún hoy

cuando sus hijos

no se arrancan la piel

sino sólo huelen

(a) canela

 

 

PÁJARO GRIS, LA MUERTE

(Siva ptica, smrt)

 

Levanta una ala

y nada pasa

como tras humilde plegaria 

al fantástico cuerpo de mujer

que vive bajo las flores

donde mis uñas ensangrentadas

cavan la tierra negra agonizante

 

Del ojo vacío luego

cae pura seda

en un pequeño túmulo de hundido cielo

 

Y la otra ala susurra

pero las frías nubes quedan detrás

de mis imaginadas sandalias

 

 

ASÍ HABLABA

(Tako je govorio)

 

Hija, es bueno que ya no estés

aquí, donde desde el principio mueren los muertos

Mis manos ahora están libres de ataduras

bajo nuestro sol bueno sólo para el sueño

inscrito en sangre

Entre las manos pusieron el cielo

y además, los peñascos y el agua

y en la fría palma llevan tu libro vacío,

instructivo y sagrado

Y qué sea así, hija,

dijo y ocupó una antigua y abandonada tumba

 

 

CANCIÓN CLARA

(Jasna pjesma)

 

Sólo a ti todavía quiero acercarme sin miedo,

con la antigua y cálida lengua,

porque el plateado arroyo del aburrido

cuento de hadas imita mal tu sonora voz.

Te levantaría en vez del entusiasmado padre

por la canción de mi tribu,

y en el festejo te llevaría en alto

bajo la conocida catarata lunar.

Por eso, mejor que seas pastor en la nube, niño

que profundamente respira la soledad

de su alrededor 

como un joven lagarto al sol.   

 

 

 

           

NOS DESVESTIMOS AL CREPÚSCULO

(U suton se svlačimo)

 

Al crepúsculo nos desvestimos

con el cielo

cuando el mar se retira

y los cangrejos se esconden

las manos nos revientan

como círculos de sol

nacidos de la arena

nuestros hijos dibujantes del

oloroso torrente sanguíneo

y la casa nuestra es  

hogar de todas las orillas

mientras tras ella van

las ciudades vacías

y los músicos negros se aman

en una playa dorada

 

 

LA PIEL

(Koža)

 

Y por una lanza

más profundamente cae la noche

a sus lugares comunes

por los bordes del aposento

y de su cuerpo

lentamente te quitas el cansancio

el aire se opone

al suave tacto de la mano

esbelta, creces en la sombra

como suave lama

y no tocas más la piel

porque ya la has quitado

con tus ansias de escribir

 

  

 

 

 


 

 

 

 

 

   

 

 

 


 

 

 

Un comentario
  • Juan Ángel
    abril 12, 2013

    No solo por esta novedosa antología croata, sino también por la suma de colaboraciones, incluidas las del Director de la revista, Crear en Salamanca resulta una lección para aprender a ver el instante de mayor luz en el mundo.

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