POEMAS DEL MEXICANO DANIEL SOLIS, FINALISTA DEL PREMIO PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR 2018

 

 

El poeta Daniel Solís

 

Crear en Salamanca se complace en publicar estos poemas de Daniel Solís (Zacatecas, México, 1979), doctor en comunicación de la ciencia y poeta en una vida paralela. Obtuvo en el 2004 el primer lugar en el Concurso Estatal de Poesía “Roberto Cabral del Hoyo” (México), el segundo lugar en el I Concurso Internacional de Poesía “La Mordida” en el 2005 (Argentina / España) y mención honorífica en el IV Concurso Nacional de Poesía “El Laberinto” en el 2007 (México). Su poesía se encuentra en diversas revistas y antologías de México, Argentina y España.

 

Estatua de Fray Luis de León (Foto de José Amador Martín)

 

 

Solís quedó entre los finalistas de la V edición del prestigioso Premio Internacional de Literatura ‘Pilar Fernández Labrador’ (2018), concedido en Salamanca.

 

 

De “FUNESTA”

(Libro inédito)

 

 

 Foto de José Amador Martín

 

 

S/T

Luna florece

en arrugas de sueño

Noche sin ti

 

 

 

MÁRTIRES Y VOLCANES

 

Abre el cuadro de mar

Deja que la vida penetre

y oxide la premonición

 

Quédate

vestida de novia en lo alto del monte

mientras surjo de la tierra húmeda

   tan solo

para marcharme

 

(aunque para hacerlo

exija un reloj)

 

Nace de la boca de su padre

La angustia musaraña

respira por la piel

 

El sueño desconoce que los días se alargan con cada segundo

y la lluvia espera encerrada en lodo

previendo la terrible desdicha del tiempo adherido

a tus silencios

   a mí

pasado

 

Te amo incestuosamente

oculto

en el solsticio de los nuevos litorales

 

Debajo de la luz

en la única esquina del cuarto

te recuerdo

como podríamos haber sido

 

Si los sueños dan mensajes de dios

¿quién sueña sólo para despertar

nuevamente recluido al mundo?

 

En el pistilo de la mente

se entierra

la semilla oculta del cadáver

 

Los sueños nos inmolan

de a poquito

a la muerte

 

 Foto de José Amador Martín

 

EXTREMAUNCIÓN

 

 

¿Cómo distinguir un gusano

de la mariposa sin alas?

 

Humo

No dilates el mito

  te volverías génesis

  te volverás vientre

  te volverías algo

Sentirás el hambre

  te comerías a ti mismo

  te reconstruirás

Creerías en la muerte

pero ya no podrás elevarte

Humus

 

Cuando el alma se desnude

y acepte que la vida baja del cuerpo

gotearán llagas de los nimbos

y las cavernas resonarán el hipo coagulado

que habita en tu voz

La silueta palpable

hará esbozo de huellas faltantes al agua

y las olas retumbarán   inconformes

en la rabia etérea de la luna

en las manos condensadas del oído

El soplo derrumbará la ceniza

y su presencia desnuda

       cordón oscilante

       bautismo lamoso

Cuando el alma se reconozca

como ser de las profundidades

se romperá la hora

y la esclavitud ignorará el reflejo

 

La anarquía de los latidos

pausados    pero turbulentos

traerán cuásares rotos

   infimitos

por sentir la realidad indestructible

 

Si el tiempo rasga el pilar que protege tus pensamientos

y la sonrisa nacerá del luto

¿qué función cumplen tus labios?

 

Orugas abiertas de luz en luz

engullen el bosque para mostrar el camino

Eres como la flor que libera sus semillas

ante el dolor de un incendio

 

Inmólate

ante la diosa que habita la gruta de pecados

Intuye el cieno desde la isla coralina

Deja que el eterno hollín

ablande las cadenas  que formaron tu esqueleto

 

Recuerda que en la penumbra

todos son piedras de río

y pregunta al pan que dejaste a los muertos

 

¿Cómo distinguir el sudor

de las lágrimas que llora la piel?

 

Foto de José Amador Martín

 

 

OCASO DEL POLVO

 

 

Qué miasma peregrinación de vigilias

aquella que se apuró a entrar bajo tu falda

a prender el incienso que abortó la pubertad

para llenarte de suertes leídas en un café

   en un cigarro

      en las arrugas que te dejó el futuro

         en el sonido de los grillos ahogándose

 

¡Luna! luna

 

Voy a buscar de prisa los ojos de las plantas

que fingen ser perennes cuando anochece

 

Nunca más trasudaré paisajes que sirvan de trinchera

ni acentos equivocados

ni toros aulladores al sol menguante

 

¿Qué será de la aurora cuando nazca

    Renazca

y no haya nadie para tenerla

Retenerla

en un mar formol?

 

No le cantaré a tu sosias que no duerme

y mata el tiempo con navajas

Me quedaré en la aureola de volcanes

de uñas arrancadas y caminos mutilados

Desde ahí

observaré tu catedral

¡Calla!

los gatos amorfos mudaron las raíces

y han formado un collar

con muchedumbres solitarias

 

La ciudad está dormida y no escucha los quejidos

de niños que tiran piedras de algodón

ni el placer de las calles descalabradas

Porque la ciudad no es otra que el reciclar de la nieve

Porque tus latidos acuchillan la luz de los abisales

mientras su llanto venera afonías acuáticas

 

La ciudad está dormida porque tú lo estás

y ella vive en ti

en las fronteras que desechó tu oído

   el que aún se resiste   como la Sombra

a tu lengua de molusco

 

 

Foto de José Amador Martín

 

TABES DORSAL

 

 

(Mi lengua sea luciérnaga)

 

Las palabras se alimentan de simulacros

y tus rasguños sangran una virgen sin estrellas

 

El eco encarna para ser exorcizado

de azares y neurosis y latidos y rabias

La palabra se destroza en el eco

para renacer en la veta

y perpetuarse en el silencio

como el fósil que dejó tu espíritu

   reemplazado por la forma

          (de labios)

crecientes en relación dorada

 

Escucha el grito falso que se entierra

en la costra de algas

La pus germina

en el seno enclaustrado del animal

            y el hueco se retira invertebrado

                 (en silencio)

el lenguaje leproso del sauce

guarda telarañas y se burla

del aire del fin   creando desiertos

de salados ríos   reflejando la luna

 

Las tinieblas son cadáveres aurora

perdidas en el desierto

     la médula de los vapores que sueltan las plegarias

               (sin esperanza)

imita el sonido verdadero

el que no se mueve ni escucha

y era inmortal antes de conocer tu cuerpo

 

(Mi lengua sea polilla)

 

 

De “INSOMNIO PARADÓJICO”

(Micropoemario publicado)

 

 

Foto de José Amador Martín

 

IMPRECISA

 

 

Para sentir asqueles

      caimanes sin pestaña

      raíces con placenta

¡dame tu vacío!

      el círculo falso

      en tu lengua de nadir

dame tu conciencia

  mientras duermes

 

Por más que muera tu cisne

la forma del sonido será el destierro

y el pozo formará un hogar

donde juncos negarán sus bocas

  llenas de niebla y sal           

 

No simules tu efigie

  la hierba disecada

  la delta en los relojes

Ya no recorras muertos

olvidados en la arena

Por más ayeres que des a luz

ya no podrás quedarte   sola

como un espejo

 

Foto de José Amador Martín

 

DETRITUS

 

 

Debajo de la oscuridad pacen los muertos

Arriba de las letras y del polvo

queda la huella de una coma                       y un espacio

 

El relámpago se detiene

como un colibrí (recién nacido)

y espera que la ninfa

recoja por fin las estrellas

que flotan aún de madrugada

 

Pie sangrante anochece

en mi jardín collado

Duerme

virgen   sin epitafio

 

La urna vomita temblores y luz

  mientras aguarda

en el facsímil oculto

el volver de los senderos

 

Foto de José Amador Martín

 

ALGUIEN

 

 

Alguien segó el néctar albino

de los aullidos en tu espalda

   y se oculta   como un viento

triste   helado

que talla las sombras heridas

del último Venus

 

El aire rehúsa golondrinas

alimentándose en tus pechos

tulipanes en las piedras

 

Epitafios labran el agua

con su reflejo

   su espíritu

y el árbol singular quema los clavos

del aire

              del sueño

                               de ti

 

Alguien cegó tu sangre

 

 

Foto de José Amador Martín

 

 

 

ANAEROBIA

 

 

I

 

Hay miradas durmiendo en el agua delirio

y ondulan   tras el aura

como flores de equinoccio

Hay palabras que nacieron después del eco

y esperan ansiosas

la voz cautiva de tu esencia

 

II

 

Exploté mis sentidos

para concebir tu oscuridad

en espaldas de la arena

Mas sólo vi tu perfume como plaga

ignorar el reflejo de mi sangre

 

Taciturno   de colores falsos

te grité a lo lejos

más allá de las líneas de mi pie

 

Me he perdido

entre parteras vírgenes y lamentos

  en el croar de los recién nacidos

Cierro grietas con duendes

y no permiten   que regrese mi cuerpo

 

He torcido la hipodermis

multiplicado fotos

descubierto espejos

No puedo extrañarte

ni resonar tu piel de sépalo

La materia es la misma

el pasado no existe

 

Sólo la lluvia sabe que giro

en el laberinto de tu nombre

 

III

 

Duerme

tempestad lunar

con ojos abiertos

Despierta

tus miradas de pez sinverso

 

Haz mi entierro en la costa

del náufrago adormecido

que el silencio de las puertas

huya con el huracán

 

Permanece   como el quetzal 

borrando nubes a la forma

    La razón preñada sólo enturbia

    el sueño peregrino del autista

 

Permíteme labrar tus labios boreales

  tu mariposa que no migra

  mi aullido de larva ausente

Disuelve la sombra que aún me altera

como una hiedra de tallos marchitos

 

  Espera

 

Dibuja con niebla tus pasos

  y flota

como abismo disuelto

arrancando estrellas

Oye crepitar los ecos

pero no contestes

deja que el mar sea reemplazado

por la caracola del sendero

 

Sigue caminando

sin nombre

    deja que tus huellas lo escriban

 

 

Foto de José Amador Martín

 

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