POEMAS DEL ARGENTINO JOSÉ ANTONIO CEDRÓN. PINTURAS DEL PERUANO IVÁN FERNÁNDEZ DÁVILA

0 El escritor José Antonio Cedrón El escritor José Antonio Cedrón

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar cinco textos de José Antonio Cedrón (Buenos Aires, 1945). Poeta y escritor, vivió durante una década exiliado en diversos países de Latinoamérica. En Venezuela trabajó como profesor de educación básica y en la revista “Los Libros”. En México fue coordinador de Bibliotecas de Investigación en el Archivo Histórico de Puebla. Luego trabajó cinco años en la Universidad Autónoma de Puebla. En los años 90, en Ciudad de México, fue coordinador de Ediciones del diario “unomásuno” y se desempeñó como editor de la revista “Este País”. Publicó los poemarios La tierra sin segundos, De este lado y del otro, Actas y Vidario. Parte de su obra fue traducida al francés, inglés, portugués y catalán. Obtuvo el II Premio Concurso Cincuentenario del Periódico Alberdi, en Buenos Aires; la Primera Mención Honorífica Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, en Nicaragua; Mención Premio Carlos Pellicer para obra publicada en México, y el Premio Nacional de Poesía de México, Sinaloa.

 

1

 

*

De esas cosas me olvido, es tanto el trajinar,
las rutinas que vuelven del deseo
con palabras cruzadas por el hábito.
De esas cosas me olvido, de las cartas
que siguen llegando hasta el exilio,
de los que se quedaron con todo y las maletas.
De la mano subida hasta mis hombros
para volver del nunca más, me olvido.
De las fragmentaciones que borraron el eco,
de lo que fue mudado,
de los que me donaron su paisaje, sin dar nombres,
de las perras que tuve mirando al desempleado,
de la noche escuchando, en Puebla, a Brian Eno,
del sol que la plagiaba cuando ella estaba lejos,
de la hebilla plateada del cinturón que entonces
me alcanzaba debajo de la mesa.
De esas cosas me olvido, de los tantos poemas
inconclusos que hablaban de nosotros
y el misterio rumiaba sin poder descifrarlos,
de aquel aro de luz en los escombros,
de las huellas que pisan la búsqueda incesante
del sin mirar del sin saber de dónde.
A las piedras guardadas
para tocar el tiempo cuando estuve
les concedo el olvido.
De esas cosas no hablo, como los elefantes,
para que la memoria se burle del olvido.

 

2
*

Llueve sobre aquel pájaro en la rama del patio
sobre la mancha verde que no alcanza
la nitidez del ojo, sobre el vidrio astillado de sus alas
y hay ruido de cucharas, de mediodía puntual,
rumor eterno en la silla vacía de mi padre
con su mirada al fondo, aquella, siempre quieta,
y voces en el rostro de la pared que tuvo la obediencia.
Pasa un caballo mudo, anónimo, sin cascos
(¿heredado de quién?)
descascarándose al sol de la intemperie.
Tal vez jamás lo he visto. Es más, tal vez
no existió nunca, pero yo lo recuerdo, como ahora
cuando lo necesito. Y es como son tus manos
las de ayer, repitiendo la cita, o tal vez antes
sobre el cielo caliente de un mantel.
Traigo una vieja herida de aquella travesía,
que fue espera. No sé nada después,
es un decir, vuelve tu mano izquierda
y hace a un lado el vacío donde estamos ausentes.
Ay si te he recordado –como si hubieras sido posible–
en estos años. O por qué me pregunto por el tiempo
entre estas cosas simples,
la ignorancia es tan grande como el miedo
de los recién librados.
Hubo un largo reproche donde el día descansa
su ironía y tazas por lavar siempre esperando turno.
El pájaro inmortal sobre el que entonces
se posaba la lluvia, viene a sobrevivirnos.
El mismo de los siglos desde su aparición, atisba.
La supuesta utopía de libertad no es suya
sino nuestra.

 

 

3
*

Entre los jeroglíficos hallados en tu almohada
enfrentarás la mueca de los días.
La distancia idealiza.
El sueño solamente demora esa costumbre.
Las miradas de entonces
no quieren saber nada.
La mano que aún extrañas acostumbró su piel
al paso de tu ausencia.

 

4
*

Fue de noche, tan frío, entre columnas anchas
después de habernos dado en la boca
en los dientes
como un temblor nos vimos,
había tanto y poco como en este presente
pasado sin saber.
Recogimos vestido para el viaje,
resistente vitualla, zapatos que duraran
la pasión del camino, días y noches semejantes.
Nos llevamos las cartas, los planos, embarcamos
y nunca imaginamos que aquellas pertenencias
fundarían ciudades, darían hijos, vientos,
estaciones de lluvia.
Aquello que era apenas una ilusión formada
a orillas de tu cama –donde pasan los ríos de un país–
crearía un delirio jamás domesticado.
Nunca pensé que fueras un espesor de sombras
que turbara los ojos,
el matiz de una ausencia que no puede escribirse.
Pasamos turbulencias, el azar intrigaba
yo tenía gitanas en mis manos
cruzaban por sus líneas
y eran como el olvido
que venía a buscarnos
y nunca supo nada de nosotros.

 

5

 
*

Las parejas se separan por celos/ por infidelidad/
por estrategia/ porque piensan que se equivocaron
o porque están seguras de que se equivocaron.
Las parejas se separan por envidias/
falta de ingenio/ bienes inmuebles.
Porque quieren montar a su antojo
el caballo de su majestad.
Las parejas se separan porque sus padres
porque sus familiares/ porque sus amigos
porque sus terapeutas/ porque la distancia.
Las parejas se separan porque su trabajo
porque la educación de sus hijos
porque el adiestramiento de sus perros.
Las parejas se separan por ignorancias
por lo que dicen sus fantasmas/
las líneas de sus manos/ las cartas del tarot/
la borra del café/ su catequista.
Las parejas se separan por exceso de amor
o de mentiras/ por el amor insatisfecho/
por lo que cada cual cree del amor/ de la pareja.
Las parejas se separan porque nunca pudieron
trascender lo que infieren/ el azar/
las representaciones del crepúsculo/
lo que dicta el silencio.
6
Las parejas se separan porque la vida es dura/
dicen/ la realidad invencible.
Las parejas se separan porque idealizan
lo imposible, pero no lo saben.
Las parejas se separan porque están separadas
y necesitan confirmarlo.
Las parejas se separan porque la perfección
no existe/ porque la eternidad no existe.
Las parejas se separan por carta/ por teléfono/
por radio/ por tv/ por correo electrónico.
Las parejas se separan por falta de dinero/
de proyecto/ de mundo. O porque descubren
“incompatibilidad de caracteres”/de gestos/
de sueños/ de «usos y costumbres».
Las parejas se separan para no interrumpirse/
dicen/ para no encontrarse/ para no explicarse/
para no olerse más/ para que nadie atienda
su teléfono/ ni vea su correspondencia/
ni sepa lo que gana.
Las parejas se separan por cambio de ciudad/
de ideología/ de religión/ de sexo.
Y así poner a prueba la contención de sus íntimos.
Las parejas se separan para saber más tarde
que no lo fueron nunca/ y también se separan
para olvidarse de la separación y poder separarse.
Las parejas se separan porque no saben leer
arquitectura/ historia/ geometría
y al llegar el invierno no saben lo que hacer.
Las parejas se separan por experiencia/
para acabar con el eco de la educación
sentimental/ para ganar lo que perdieron
en el nombre del padre/ porque su cobardía
es más valiente.
Las parejas se separan porque se descobijan/
dicen/ porque ya todos saben.
Las parejas se separan por supersticiones/
por reducción de plantas industriales/
por excesos de alcohol/ y de pelos caídos
en la ducha.
Las parejas se separan porque se abruman
de ser dos/ para mirar tres días los ojos
de Chagall/ tatuarse el corazón/ pintarse el pelo.
Las parejas se separan porque se desalunan
con dolor, pero el síntoma es mudo/
porque nunca supieron/ porque nunca
aprendieron/ porque se lo merecen.
Las parejas se separan para no ser olvidadas/
para no compartir ningún espejo/
para desencarnarse del pasado que anuda/
para no envejecer.
Las parejas se separan porque tienen un solo
paraguas/ dicen/ la verdad de su lado/
el tiempo de su lado/ la virtud de su lado/
los sueños de su lado.
Las parejas se separan porque la piel es joven/
porque la madurez no basta.
Las parejas se separan porque los dos son buenos
pero la bondad no alcanza.
Las parejas se separan porque las derrotó
la dictadura.
Las parejas se separan porque las derrotó el exilio.
Las parejas se separan porque la patria es primero/
porque la poesía es primero/ porque la intimidad
es primero/porque la soledad es primero/
porque la libertad.

 

 

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3 comentarios
  • Horacio de Tomnso
    mayo 24, 2016

    QUÉ POETA !!! esto, solo, vuelve innecesaria cualquier calificación.
    El más grande de su generación. Horacio Tomaso (músico argentino)

  • Amanda Ada Festa
    marzo 16, 2017

    Comparto el comentario anterior. Pese a no ser una estudiosa, reconozco el valor de esta obra. Saludos, Amanda Ada Festa

  • Noberto Raúl Cordinez
    septiembre 3, 2017

    No hay duda, sobran las palabras cuando hay poeta.
    Norberto Cordinez – Buenos Aires

Responder a Amanda Ada Festa