POEMAS DE CARLES DUARTE. XVII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS. PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS

Nos congratulamos, desde Crear en Salamanca, por poder publicar los excelentes versos de Carles Duarte i Montserrat (Barcelona, 1959). Poeta, lingüista, narrador y traductor, actualmente es presidente del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes. También dirige la Fundación Carulla. Su obra poética comprende 21 títulos: Vida endins (1984), Paisatges efímers (1989), La pluja del temps (1990), La pell del somni (1991), Llavis de terra (1993), Terra (1994), Triptic hebreu (1996-1997), D’una terra blava (1997), Khepri (1998), Ha-Cohen(1999), El somni (2000), El silenci (2001), La llum (2001), Primavera d’hivern (2002), El centre del temps (2003) Els immortals (2006), Miratges (2006), Marintim (2008), El dolor de la tarda (2009), Arvad (2009), Vesteix la mirada (2009). Todos ellos se han reunido en S’acosta el mar (Poesia 1984-2009), publicado el año 2010. Posteriormente ha publicado A quatre mans (2011), Alba del venpre (2013) y La mà del temps (2013). Su obra poética, reconocida con varios premios, ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales, además de haber sido traducida al francés, hebreo, italiano, castellano e islandés.

Estos poemas forman parte de la antología “Palabras del Inocente”, coordinada por Alfredo Pérez Alencart para Editorial Edifsa y la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes.

 

1 Carles Duarte por Miguel Elías

Carles Duarte por Miguel Elías

 

EL DIOS DE LA TERNURA

 
No comienza el mundo:
existe y nos engendra.

No tiene origen el tiempo,
tan sólo nos destruye.

Soy un sueño de Dios.

Me detengo a tocar los árboles,
abrazo el cielo,
camino entre la gente
con los labios abiertos,
dispuesta la piel a la caricia.

Busco el latido de los ojos,
el deseo, el miedo, el temor,
la luz que en los cuerpos se derrama,
las manos en su cuenco,
el tacto donde crece
el calor antiguo que nos dábamos.
Contemplo el fuego,
paladeo el alba y el poniente,
el sabor de la fruta.

Vuelo con los pájaros.
Buceo con el pez.
Recorro las montañas.

Me derramo en los cabellos del día.
Lo he amado todo.
Lo he perdido todo.

El mundo me posee
y yo poseo el mundo.

Beso la lluvia.

Venero en todas partes al Dios de la ternura.

(Traducción de Carlos Morales)
2

 

 

 

EL SILENCIO

 

 

XIII

Nosotros mismos somos parte del universo.
Plotino -Enéadas- II, 3, 7.

 

 

La noche me devuelve el mundo.

 

La luz pura del cielo
ya no me oculta los astros,
y esta inquietud de hacer
en la que me sumerjo
ha dejado de esconderme
mi gesto más auténtico.

Cierro los ojos,
me detengo entre una manos,
y en los labios donde me recojo:
el placer que anhelábamos.

El amor me desviste,
me entrega el don
de la fragilidad.

Abandono mi sueño.

(Traducción de Ángeles Cardona)

 

 3

 

 

De COHELET

 

Y proclamaré más dichosos a los muertos que a los vivos,
y más que a todos ellos a los que aún no han nacido
ECLESIASTÉS, 4.2

 

 

Aquel que no ha nacido aún
no ha vivido ni el dolor ni la palabra,
ni el crecimiento ni el cansancio de los días,
ni lo ha herido la avidez de los cuerpos
o el tacto de la luz sobre las manos,
y no conoce la agilidad del puma
ni el plumaje vistoso del guacamayo;
ni ha sufrido tampoco el frío inhóspito
ni la humedad agobiante
que detiene las horas;
no se ha probado el viejo vestido de la mar
ni ha tocado el árbol ni la roca
ni conoce el trayecto de la muerte.

Tal vez sea feliz
quien no ha nacido aún,
pero no lleva
ni en la piel ni en la memoria
el gusto de los años,
y la textura del viento
no habita su sangre,
ni ha dado fruto entre sus labios
el grito de la ternura.

Quizás sea feliz
sin el olor del té
y el sabor de la naranja.

Yo no podría serlo.

 

 
4

 

 

 

Al principio Dios creó el cielo y la Tierra
GÉNESIS 1.1

Antes de la palabra,
de disponer las estrellas sobre el éter opaco,
cuando el espacio era un punto
en el que convergía la materia.

Antes de que una mente
intentase comprender,
que de los cuerpos fluyeran
semillas de otros cuerpos;
antes del deseo y del ansia,
del árbol y el pez,
del frío y el primer día.

Era el principio,
el universo se ensanchaba:
dibujaste el cielo,
creaste la Tierra,
hiciste que la vida se engendrara
como la ola inagotable.

Era el principio,
empezaste a soñar.

(Traducciones de Carles Duarte)
5

 

 

ÉXODO

Quema el odio en las calles
y un séquito de rostros derrotados
sin batalla
llena el día de duelo.

Un sueño de paz desmantelado,
los crueles ejercicios de la muerte,
la incesante revancha
en la roja marea que destruye los días.

Han perdido todo cuánto fue.
Para vivir les queda
este frágil presente
ocultando el abandono que les rompe
y los llantos en un gesto desnudo de esperanzas.

Filas de pasos desolados para apagar el hambre,
caminos derruidos que se borran y alejan,
nostalgia de los ojos,
de las voces del paisaje
y un deseo ilimitado de retorno.

(Traducción de Carlos Morales)

 

 

6

 

 

BUENOS AIRES

A María Laura Pardo

Es cielo es una sábana extendida hacia el poniente,
el mineral que fulge bajo un sol agonizante,
el espejo azul que rozan los océanos,
un fresco pintado en el techo del aire.

El horizonte es el río.

Retorno al sueño,
al viejo bandoleón,
al gesto audaz del tango,
al deseo
que estos cuerpos esculpen y subliman
en la sala que aún recuerdan tantas pieles.

La tarde es un reloj
que se detiene.

(Traducción de Carlos Morales)

 
7

 

 

RUINAS

 

 

No hay sangre ya,
sólo existe un silencio desolado,
el olvido,
inmenso como el horizonte,
y el rastro que recuerda
la fiesta de los cuerpos,
el antiguo afán de descifrar el origen
y las crueles maneras de morir.

8

 

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