NAJENSON: TRAS EL RITMO DE LAS PALABRAS CON REFERENTE. COMENTARIO DE JUAN MARES

 

 

1 José Luis Najenson, con el libro, en su casa en Ashdod (Foto de Daniel Najenson)

José Luis Najenson, con el libro, en su casa en Ashdod

(Foto de Daniel Najenson)

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar este comentario enviado especialmente por el poeta colombiano Juan Mares (Guatapé, Antioquia, 1951. Seudónimo de Juan Carmelo Martínez Restrepo). Licenciado en Español y Literatura por la Universidad de Antioquia. Desde 1968 vive en Apartadó, donde fue profesor y director de la Casa de la Cultura. Actualmente es profesor de cátedra en la Universidad de Antioquía (Sede Urabá). Entre sus libros publicados están: Poteas y pirantes (1987); Voy a ver pantalla chica (1989); El árbol de la centuria (la ed. 1996, 2a ed. 2004, 3a ed. 2011). Es coautor de Entre la savia y la sangre, recopilación poética de Apartadó (1996), Kalugrafías del instante (2009), Ritmos del equilibrista (2011); Hojas de caladio (2013) y Policromías literarias (2013). Ha participado en diversos encuentros literarios, como la Feria Internacional del Libro (Bogotá), el III Festival de Poesía Salvador Díaz Mirón (México, 2013) o el XVII y XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca, 2014 y 2016).

 

2 Puente romano y Salamanca, de Miguel Elías, portada del poemario

Puente romano y Salamanca, de Miguel Elías, portada del poemario

 

 

NAJENSON: TRAS EL RITMO DE LAS PALABRAS

CON REFERENTE.

José Luis  Najenson. Tétrada salmantina y otros poemas fantásticos.

Trilce Ediciones, Salamanca – España, 2017

 

Pasado un tiempo, luego de los afanes a uno le van llegando las noticias de otros textos allende los confines de los días y las geografías, y pude recordar a Najenson, con quien compartí espacio en un recital en Salamanca, sin el tiempo apenas suficiente para trabar palabras que nos acercaran a nuestros caletres culturales si tuve la oportunidad de escuchar su voz en el Aula Magna de la Facultad de Filología de la Universidad y disfrutar de un sonoro soneto dedicado a la eñe que me hicieron recordar las palabras ñango, bangaño y ñeque y también del miriñaque.

 

Así que me dedico a esta parte y desde esta parte a dar un parte de lectura:

 

El texto se compone de cinco partes; una dedicatoria; el pórtico como antesala, del presentador; y una nota aclaratoria como espejo de un develamiento de contrastes entre el día y la noche, aquello sustentable y arrancado de la historia y  mágico como un adocenamiento del misterio. Lo otro es el ritmo a corazón abierto.

 

Empecemos por reconocer  esa fuente  primaria del poema en Najenson: el amor. Así, sin eufemismos. La dedicatoria es la manifestación entrañable por la hija y el lenguaje en la lengua materna. Lo que comunica y a quien comunicar. Luego viene la dedicatoria a Nohemí, la compañera de sus días, en la primera parte. Estos detalles, a veces suelen pasar desapercibidos, pero tienen la fuerza de la central eléctrica como motor motivante. No especulemos más donde el amor es principio generatriz para la creación. Vargas Vila decía que “…crear es condensar el Misterio, en formas visibles a los ojos espirituales”. E aquí un cosmos de principios para justificar el poemario.

 

Existe un asunto de silencios evocativos que nos llevan a lo íntimo de los más remotos  recuerdos, ya de la familia, ya de los otros, ya de los días idos o bien de los libros leídos, o de sus herméticos o lenguaraces autores. La memoria  llena de experiencias refuerza la enciclopedia cultural de cada ser humano, que de otro modo, nos lo decía  Eco en otras palabras. Es otra manera de reconfigurar el presente con el otro según Borges. Y es lo otro.

La construcción del poema es una labor de ida y regreso, de motivación y persistencia. Es arquitectura y ambientación climática. Así tenemos que todo poema tiene su relieve de fachada y los misterios del dentro, de lo que habita como esencia, eso que no vemos desde afuera, y sin embargo ronda  desde los resquicios por donde se filtra la luz en sus destellos atómicos y para este caso: la poesía.

 

En Najenson el poema es un poco de historia y la poesía la esencia de eso mismo. Veamos:

 

“La Cueva de Salamanca

que Isabel mandó a tapiar

no era un antro de herejía

ni morada de Satán,

sino un encuentro de sabios

y cabalistas sin par …”

 

 

3 Noguerol, Guerra, Najenson, Santano, De San Martín, y Rodríguez Gaona (Aula Magna de Filología, 2016. Foto de Jacqueline Alencar)

Noguerol, Guerra, Najenson, Santano, De San Martín, y Rodríguez Gaona

(Aula Magna de Filología, 2016. Foto de Jacqueline Alencar)

 

En otro aparte complementa y es el historiador que increpa, el investigador que revisa y sienta su criterio no desde el prejuicio sino desde la evidencia histórica:

 

“Arriba, en los claustros de la Alma Mater, campeaba

el Trivium-Cuadrivium y la Teología Sacra;

aquí abajo, la Hermética, la Alquimia y la Cábala,”

 

No eran demonios, eran hombres develando los misterios de lo oculto para dar luz  a lo sumergido en los acantilados, para pescar la ostra de la sima y descubrir la perla. Este poema nos narra esa leyenda (El poema narra), donde se apunta a una historia: dicho de otro modo elucubrando ciencia, es mito y leyenda arrancada de la  historia. Retrata una época de deslumbramientos por los que se despiertan sus asombros. E allí el marco de sus poemas para ir al encuentro de la poesía:

 

“Y es siempre la poesía lo que acerca las almas

de los que están a uno u otro lado de la valla.”

 

Es el ayer y el hoy separados por el tiempo mismo; es el eterno juego del bien y el mal; es la ciencia y lo especulativo; es el poema para una pedagogía sobre los saberes a partir de las búsquedas y los hallazgos.  Habla de la escuela, allí donde se aprende. No es construir el poema por aventurarse en la banalidad de las palabras solo por el brillo de lo sonoro. Es cantar, valiéndose de estas y del ritmo, la épica de la ciencia en combate con lo desconocido. Lo misterioso develándose y se lo cuenta a la hija y se lo dedica a su compañera de trocha. Y se lo cuenta a todos quienes lean el texto.

 

La escuela y la cueva son los símbolos de una ciudad dedicada tras el tiempo a cultivar el conocimiento donde nos muestra un estudiante destacado que da cuenta de las virtudes y de los resultados nefastos que a veces se dan como consecuencia de abrir tanto los ojos frente a la luz del sol, en el Elogio del Licenciado:

 

Y es que esa clase de locos

goza de divina gracia,

son las columnas del mundo

que impiden que se deshaga,

como el Caballero Andante

que en otro limbo cabalga,

y Don Miguel de Cervantes

que a ambos locos apaña.

 

4 Monumento a Colón, en Salamanca (de Miguel Elías)

Monumento a Colón, en Salamanca (de Miguel Elías)

 

Como podemos ver, la poesía no es ponernos a buscar pispirispis donde no haya locos que los descubran. Es tejer memoria  enhebrando los sucesos que dan origen a los deslumbramientos, y Salamanca es un nido de ello con el embrión de las metáforas. Najenson lo entendió y lo canta con el pretexto de un legado para su hija y de soslayo para sus lectores.

 

“El Astronauta de Salamanca” es el mito donde se destaca otro atractivo misterioso como para recordar el amplio espacio del universo y su posibilidad  ilímite ante la finitud del ser humano como individuo y como especie.

 

Allí la piedra transfigurada en mensaje semiótico es el texto frente al tiempo de los posibles: ¿otra metáfora? O es plantear la pregunta de los tiempos tras la evidencia de una efigie. No es cualquier pregunta, es la misma plateada por Werner von Braun  e  Isaac  Asimov y otros tantos. Visos de la poesía gnómica y la didáctica, algo se va decantando en el asombro de sus inquietudes. Esto sin olvidar que el tramado está cosido de versos de métrica diversa y diversos ritmos como de un verso sinfónico.

 

El poema dedicado a Al Gafiqui es una maravilla histórica donde el lenguaje es la presencia de lo que se nombra sustantivado. Y sin embargo es tras la oleada de los catorce versos de un soneto por donde se desliza un ritmo que no su métrica exacta y donde lo que importa es el mensaje, lo que nos recuerda: lo que dice.

 

Luego sigue como ensayando arpegios para dar testimonios de la Mezquita de Córdoba, algo así como turismo cultural por medio del poema. Veamos:

 

Que no hay mezquita más bella,

ni bajo la Medialuna

ni en el Edén en la Tierra.

 

También es monumento en gracia del homenaje a:

 

Al Gafiqui, enamorado

de la Mezquita de Córdoba

quiso un día orar parado,

 

para ver esas columnas

que parecen alas de ángeles

elevándose en la altura.

 

Y es el mito narrado como artilugio de lo primero, es decir, el turismo poético al acantonar estos versos:

 

En la cúpula gloriosa

las columnas se cernían

como el ave fabulosa,

 

el viejo Roc, que alzó vuelo

llevándose a Al Gafiqui

al Cenit de los Misterios.

 

5 José Luis Najenson leyendo en el Teatro Liceo (José Amador Martín)

José Luis Najenson leyendo en el Teatro Liceo (José Amador Martín)

Igual que Najenson en sus versos repito su sentencia: “Toda belleza es sagrada.”  Y de aquí saltamos a la tétrada del Golem donde lo sagrado entra en el ámbito del homenaje, como en suma lo es el poemario: un ofertorio de momentos bellos que le han relampagueado la memoria de hombre intelectual lleno de espiritualidad para agradecer la vida y dar de sus recuerdos en cada letra, en cada sílaba, en cada sustantivo donde se mueva con el verbo y el verso como una oración cantada.

 

Luego nos brinda el  polo a tierra para hacernos saber la hazaña de Colón como una enseña de geografía e historia:

 

Un viejo mapa,

que Colón recibió

de los Templarios,

mostraba todo el Istmo

y las islas sin nombre.

 

Así nos entrega noticias del solar nativo y nos lleva a Buenos Aires, su argentina y a  Borges y a Gardel y las calles y lo que de este patio veía en otros sitios del mundo narrando lo vivido y lo vívido en su memoria. Y en ello encaja el cuento poema final. Pretextos para narrar sus tiempos de infancia para una coreografía de recuerdos.

 

Podemos ver que el poema es todo aquello que nos provee de motivos y entusiasmo para contar lo que nos permea de belleza o de horror, de dudas y de certezas y en cualquier caso de todo aquello que nos va sucediendo en la vida. Najenson nos versea una vida de asombros, a ello canta.

 

6 Poetas de Cuba, Argentina-Israel, Chile, Costa Rica, Puerto Rico, España y Colombia, entre ellos Najenson y Mares (Salamanca, 2016, Facultad de Filología de la Usal)

Poetas de Cuba, Argentina-Israel, Chile, Costa Rica, Puerto Rico, España y Colombia, entre ellos Najenson y Mares

(Salamanca, 2016, Facultad de Filología de la Usal)

 

José Luis Najenson, nacido en la argentina ciudad de Córdoba (1938) y residente en Israel desde 1983. Ha obtenido varios premios literarios y publicado libros de cuento, poesía y novela; entre ellos: Tiempo de arrojar piedras (cuentos, México,1981); Pardés-Sefarad (poesía, Premio Villa de Martorell, España,1995); Memorias de un erotómano (cuentos, Caracas, 1991); Diario de un Voyeur (novela, Vigo, 2002); Periplo Judeo-Andaluz, poemas; en El suspiro del moro (Zaragoza, España, 2003); Licantropía y otros cuentos sublunares (Buenos Aires, 2003, Primer Premio, Ed. Los Cuatro Vientos); El juego ha terminado (novela corta para jóvenes, Quito, 2007). E-Books: Cuentos con el Otro Borges y Otros Escritos (Buenos Aires, 2010); El Secreto del General (novela, Madrid, 2010) y Aquí hay gato encerrado (cuentos, Madeira, 2011). D. Phil. Univ. Cambridge, 1980. Ha sido Director Literario del Instituto Cultural Israel-Iberoamérica, de Jerusalén, y es Miembro Correspondiente en Israel de la ANLE (Academia Norteamericana de la Lengua, desde 2002).

 

7 Juan Mares en el Aula Magna de la Facultads de Filogía de la Universidad de Salamanca (fpooto de Jacqueline Alencar)

  Juan Mares en el Aula Magna de la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca

(foto de Jacqueline Alencar)

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