MECÁNICA DE FLUIDOS. POEMAS DEL VALLISOLETANO SANTIAGO REDONDO VEGA

 

1 Santiago Redondo Vega leyendo en el Liceo de Salamanca

Santiago Redondo Vega leyendo en el Liceo de Salamanca

 

 

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar seis poemas de Santiago Redondo (Villalón de Campos, Valladolid, 1958). Poeta y narrador, Redondo Vega tiene publicados los poemarios “Naturaleza viva” (2009), “Laberinto de inercias” (2014) y “Mecánica de fluidos” (2018).  También, en ediciones conjuntas, “Vida y otras ausencias” (2009, edición del “XII Premio de Poesía Blas de Otero de S. Sebastián de los Reyes, Madrid) y “Amor es la palabra” (2008, Murcia). Ha sido incluido en varias antologías, entre ellas “Di tú que he sido”, antología del XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, en homenaje a Unamuno (Salamanca, 2012) o “Explicación de la derrota”, antología del XX Encuentro de Poetas Iberoamericanos, dedicado a Aníbal Núñez. Ha obtenido más de 30 premios y reconocimientos en certámenes de poesía y de cuento en España, como los de Medina del Campo, Alcorcón, San Sebastián de los Reyes, Palma de Mallorca, Valladolid, Murcia, Dueñas, El Burgo de Osma, La Fregeneda (Salamanca), Barbastro, Lasarte-Oria (Guipúzcoa) o el Accésit del XIX Premio Nacional de Poesía de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), entre otros. En 2014 fue finalista del XXVII Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe.

 

Los poemas seleccionados forman parte del libro“Mecánica de fluidos”, recientemente publicado por la editorial Vitrubio. Dicho libro fue finalista del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador, que se concede en Salamanca. Santiago Redondo Vega acaba de participar  en el XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, dedicado a celebrar lel VIII centenario de la Universidad de Salamanca.

 

FOTOS DE JACQUELINE ALENCAR

 

 

 

2 Portada de 'Mecánica de Fluidos'

Portada de ‘Mecánica de Fluidos’

 

 

VI

 

HE APRENDIDO A VESTIRME la piel que me delata,

a conversar a solas con mi propia verdad que se desnuda

los lunes, sin carmín y sin memoria,

ante el abismo impreso de los libros.

 

He aprendido a buscarme

en el alma enjaulada en la trastienda

de la razón más nimia,

en sus heridos párpados, celosos

de unos labios de absenta.

 

He aprendido a escuchar

del río sus remansos, como quien cuelga

sus palabras del eco que repite su nombre

y le incita a que vuelva a ser el niño

que ensartaba con lascas el agua entre dos mundos

de infancia y madurez irrenunciables.

 

 

 

3 Santiago Redondo Vega en el Instituto Fray Luis de León

Santiago Redondo Vega en el Instituto Fray Luis de León

 

 

X

 

 

GRAVITO EN EL DESEO que alimenta

las espigas morenas de los viernes,

o en el ocre del viento escarmentado

que hace heridas sin sangre en la corteza

de esta tierra congénita que habito.

 

Aquí la tarde es parda, horizontal, longeva,

el paisaje un quimérico trasluz cereal y visionario,

y el hombre es por su alquimia

nobleza de amapola y atavismo de espino en el carácter.

 

De todas esas magias se adoba la ecuación de mi existencia,

adscrita a la mitad del alma que me falta,

por eso aguardo en vilo -de noche- cada día

tu improbable respuesta

al burofax que te amo a beso revertido.

 

 

 

4 Con Boris Rozas, Juan Carlos Olivas, Ángela Gentile y Marcelo gatica, entre otros poetas latinoamericanos

Con Boris Rozas, Juan Carlos Olivas, Ángela Gentile y Marcelo gatica, entre otros poetas latinoamericanos

 

 

XII

 

 

NO ME EXILIO EN LA EXCUSA que hace nido en la noche

de un domingo cualquiera. Quizá

mi abstracción solo indague

del sueño la medida y sus horarios,

de la piedra el hastío, del reloj la impaciencia,

de tu piel…

de tu piel cada instante.

 

Mi identidad por hombre se alimenta

-Ícaro intruso-

de mi libérrima obsesión de pájaro,

y vuelo de cigüeña, de azor o de vencejo

por los cielos virtuales de la tinta.

 

Porque no he de negar nunca estas alas

ni el sueño que las nutre

me poso cada noche en la utopía

de las convictas ramas de los versos.

 

 

 

5 Santano, Redondo, Álvarez, Alvarado y Anchía, en la lectura celebrada en el Fray Luis de León

Santano, Redondo, Álvarez, Alvarado y Anchía, en la lectura celebrada en el Fray Luis de León

 

 

XVIII

 

HAS VENIDO A ENMENDAR la tarde con argucias

empeñada en plagiarla del limo de tu rostro,

como si el tiempo

destejiera en mi pecho un mar de arterias

ahogándome el recuerdo hasta morir

sobre tu voz pautada, y fueran

la soledad y el mundo esas dos islas

que anegaran de lastre mi cordura,

y tú mi balsa.

 

La soledad,

la soledad que muerde

–acre estela de bruma en la distancia-

nos escora a estribor de cualquier puerto

y nos cita, nos goza, y nos despecha

convertida en placebo de nuestro propio acíbar.

 

El mundo, sin embargo,

casi nunca navega a voluntad del hombre

ni tatúa relojes de esperanza

en el trasdós fugaz de su antebrazo.  

 

La existencia es así, opaca y lúcida

recostada en el hombro de quien quiere

negar la noche al sol

y rogarle a la luna que le ignore.

 

 

 

6 Boris Rozas y Santiago Redondo en el balcón del Ayuntamiento salmantino

Boris Rozas y Santiago Redondo en el balcón del Ayuntamiento salmantino

 

 

XXI

 

Supimos que el silencio era un paisaje

de niebla y decepciones

anclado a la obviedad premiosa de los ojos

al decirnos la piel adiós de golpe

y oxidarnos la rabia

de aquéllos mil atrases que en noches de solsticio

endulzaron de herrumbre mi boca y tu regazo.

 

Cadenas, libertad,

eslabones con lengua que se abrazan al cuello de los días

y alientan, desde el nunca y para siempre,

la mitad del dolor con que dolernos tanto.

 

Dos mitades de un sueño a contraluz

de naranjas y enebros,

engarzado en acero de palabras

que ahora engulle –sobre una playa extinta-

la irremediable química del óxido.

 

 

 

7 Con Cabarcas, Gatica, Gentile, Santiago, Salvado, Rozas, Belmonte, Pérez López y Alvarado

Con Cabarcas, Gatica, Gentile, Santiago, Salvado, Rozas, Belmonte, Pérez López y Alvarado

 

 

XXVI

 

La luz emerge y blande

los espacios en sombra

con su boca enlutada de resplandor consciente.

Certeramente luz, ingrávida techumbre

adherida al desmán de un cielo de palabras.

 

El tiempo es un gigante

que engulle cuanto ignora,

auspicia lo que odia, reclama lo infinito

y acaba por velarnos el sueño entre cipreses.

 

Así me alumbro en ti,

idílica cariátide,

mujer que con mirarme desnudas mis deseos,

ubicua y boreal como un destello súbito,

embebida en carmín, inabordable y tersa.

 

 

 

8 José Antonio Santano y Santiago Redondo Vega

José Antonio Santano y Santiago Redondo Vega

 

 

XLIII

 

LLEGÁBAMOS DE AYER,

de un conquistado ayer

con los ambages

que hacen fuego en la vida y la deslumbran

con sueños de ilusoria libertad;

promesa, labio, espora

de un impostado azul que con los días

se ha vuelto artero y gris, entre adjetivos

que barruntan fonemas de un negro insolidario.

 

Ahora,

la calle es un lugar de erguido témpano

donde hacen noche efímera los dioses,

las putas sin dosel, los desterrados

en camas de cartón,

los hijos mudos

del duelo y del desahucio.

 

Nos quedará la voz si la argüimos

como un postrero ardid,

como la fórmula

exacta y magistral que aliente un mundo

más racional y justo, más humano, 

aquel en que los hombres

maduren sus conciencias en razón,

y sinteticen, siquiera sinteticen,

el impulso animal que aun gravita en sus fluidos.

 

9 Claustro del Colegio Fonseca de la Usal

Claustro del Colegio Fonseca de la Usal

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