LA COLOMBIANA DUQUE Y LOS ESPAÑOLES ALCARAZ Y MARCO, PREMIO Y ACCÉSIT DEL ADONÁIS 2018. COMENTARIO DE MANUEL QUIROGA CLÉRIGO

 

 

 

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar estas reseñas escritas por nuestro colaborador habitual, el poeta y ensayista Manuel Quiroga Clérigo. La colombiana Marcela Duque con “Bello es el riesgo”, fue galardonada con el Premio Adonáis 2018. Los accésits, sin orden de prioridad, recayeron en “El mar en las cerezas”, del cartagenero José Alcaraz  y en “Otras luces”, del madrileño  Guillermo Marco Remón.

 

 

MARCELA DUQUE: “ES BELLO EL RIESGO

DE CREERNOS INMORTALES”

PREMIO ADONÁIS 2018 POR “BELLO ES EL RIESGO”.

Ediciones Rialp, Madrid, 2019.

 

 

Marcela Duque con el premio

 

 

Persigue el Premio Adonáis el descubrimiento de poetas, féminas y varones, que ofrezcan distintas versiones del quehacer poético de aquellos creadores que se expresan en español tanto en nuestro país como en las repúblicas americanas, del norte, el cengro y el sur. . En 2018 el jurado premió en la 72ª convocatoria a una Licenciada en Filosofía colombiana, Marcela Duque (Medellín 1990) por “Bello es el riesgo”, su primer libro, que parte de una idea del diálogo platónico Fedón, homenajeando a Sócrates, dignificando los valores filosóficos en el espacio de las emociones contemporáneas: “Quisiera describir la explosión/primaveral en el jardín de nuestra casa…”, lo que supone acercarse a una poesía joven, propia, renovadora, repleta de intensidad y de vocación lírica, donde a su vez el ser humano y sus sentimientos ocupa un lugar preeminente.

 

Dividido en 3 partes: “Tierra adentro” (“No recordaba ya cuanto te amaba”, “Aire adentro” (“Quería escribir un poema triunfante,/expresión de este gozo de la Pascua”),  “Mar adentro” (“…es bello el riesgo de creernos inmortales…”), el libro vive el espacio cotidiano pero con ciertos deseos de trascender, de hacer hermoso el canto del ave o el césped del campo, de alabar a quienes nos precedieron y el de saber unirnos, sin vanagloria, a los cercanos, de dar valor a lo divino sin olvidar la trascendencia de lo humano: el amor, los afectos, la poesía, lo cotidiano, la memoria de la infancia y la plenitud de la aurora. La autora que cursa su doctorado actualmente limita los sentimientos con su capacidad para hablar de sus semejantes y a través de los horizontes de la poesía crear unos espacios de concordia y de infinitos sueños. Seguramente Dios está en todas partes, pensará esta creadora, ahora bienvenida al universo de la poesía y de la que, lógicamente, esperamos nuevas inspiraciones y aleccionadoras vivencias de los mundos del sentimiento.

 

 

 

 

 

                      JOSÉ ALCARAZ: “SIENTES UN VACÍO/Y TIEMBLAS”.

ACCÉSIT ADONÁIS 2018 POR “EL MAR EN LAS CENIZAS”.

EDICIONES RIALP, 2019.

 

José Alcaraz (Cartagena 1983) es Profesor de Lengua Castellana y Literatura, dirige la editorial Balduque con Mª Pilar García e imparte el Taller de Escritura Libreta Mandarache. Tras interesantes publicaciones su libro “El mar en las cenizas” fue accésit del Premio Adonáis de Poesía 2018. En sus versos, ligeros, blancos, casi celestes, el mundo penetra en la memoria y, con ello, magnifica tanto las cercanías como la intimidad lírica del propio autor. ”Presiento las grietas que tendrá esta casa,/las noto en mi latiendo como heridas./La humedad de mis ojos hace que le duelas los huesos a la muerte”. Su poesía, espontánea y personal, se mueve en torno al universo de lo cotidiano, de lo sencillo, de lo vital. “¿Con qué palabras/se manda callar al silencio?”, se pregunta y él mismo responde al final de otro poema cuando habla de “Cantos que no canten/lo que es digno de no ser cantado”. Es que en este universo materialista y condenado al monólogo la poesía, afortunadamente, aún ocupa importantes lugares en la mente y en el quehacer de esas mujeres y hombres que, únicamente con sus versos, intentan alcanzar el fin del horizonte.

 

Pere Gimferrer ha escrito “Soñábamos que habíamos vivido”. Tal vez los sueños formen parte del entramado literario de los poetas, de esa  realidad que tal vez se encuentre lejos del común de los mortales, aunque exista en nuestra mente. “Despaciosos instantes.-escribe Alcaraz./Confundiéndolos con estatuas,/en ellos confían y se posan/mis pensamientos./¿Qué contengo parecido a la respiración?./Un paso más hacia la vida/y alzan el vuelo asustados”. Nada será posible sin la intervención de los poetas quienes, con esa profesión gratuita de soñadores, son capaces de inventar el presente y de vivir el futuro siempre a bordo del amor o los afectos.

 

Alcarez escribe sus pasados, dota de ternura a sus deseos, como al decir “Si venimos de la nada,/somos siempre el niño que corre/hacia los brazos de su madre”. Es el nacimiento, el tránsito por la oquedad y la muerte lo que más ampliamente ocupa sus versos, sus intuiciones sus, no tan aisladas, vinculaciones con es esa capacidad de mostrar el lado noble del lenguaje convirtiendo en verso su pensamiento excelso y ordenado.  Si Tomás Segovia decía, lamentándose, “Todo en la vida está ausente” Alcaraz parece dirigirse a la amante cuando escribe “Contemplo tu mudez,/tan bella y triste,/suma de todos/los minutos del silencio/guardados/por cada instante/que ya se fue”, dando pistas para comprender ese delicado oficio de inspiradas intenciones y de habitante de la ciudad de la belleza. Lo demás, seguramente, importa menos.

 

“Escribo como vivo,/¿o cómo muero?” nos confiesa ese autor innovador, amante inconfeso de la palabra. Bienvenido a la inmensa morada de los dioses pacíficos.

 

 

GUILLERMO MARCO REMÓN. “SOLO TENGO UN RELOJ

COMO FRAY LUIS UNA ELEGÍA”

“OTRAS NUBES”, ACCÉSIT ADONÁIS 2018.

Ediciones Rialp, Madrid, 2019.

 

Con “Otras nubes”, título tomado de Ramón Gómez de la Serna, Guillermo Marco Remón (Madrid 1997) ve publicado su primer libro,  accésit del Premio Adonáis de Poesía 2018 según el jurado “por su capacidad de introspección, la destreza para transmitir experiencias sensoriales y la riqueza y variedad de sus planteamientos poéticos”. Cursa último curso de Ingeniería de Computadores y estudia Lengua y Literatura Españolas. Disfrutó de una beca en el Departamento. de Inteligencia Artificial de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sistemas Informáticos para la investigación del procesamiento y generación del lenguaje natural con redes de neuronas artificiales y dice: “Escribiste cartas desde el exilio./Con la moral comparativa, metiste un país dentro de otro país,/como este poema cierra una correspondencia que no cabe en un sobre”.

 

Habla de lo circundante, de las miradas ajenas, los afectos familiares, el amor, la ciudad y sus gentes; indaga en torno a  horizontes cercanos y recuerdos. “Planificamos una salida al campo/para escribir un verso/como los de Machado: con olor a tierra húmeda,/con sentido a despacho vacío,/con ese tacto a flore secas/que huelen más cuando se ofrecen”. Investigar la génesis del lenguaje y su capacidad para observar lo cotidiano le señala como poeta reflexivo, creador que hace realidad lo imaginado y lo muestra de una manera convincente. (“Cuando ya no pueda leer,/cuando mis ojos pincelen las letras/como hormigas mal domadas,/quizá con la miopía momentánea de las lágrimas,/aceptaré más que nunca el tacto del papel,/el dócil sonido del papel que confirma un verso y una vida”. Bello poemario donde recrear el momento, acariciar la existencia, re-modelar el pasado e indagar en la intimidad de los seres humano son, también, pinceladas de su decisión lírica para convertir en algo vital la poesía, algo que consigue plenamente: “Dentro de ti-lo sabes-/hay un Museo del Prado”.

 

Y lo hace con versos cortos, musicales, libres como si la realidad fuera parte de la palabra escrita: “Solo tengo un reloj como fray Luis una elegía…”.

 

Manuel Quiroga Clérigo

 

 

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