LA CIUDAD SE HACE TEMPLO-LA CITTÀ DIVENTA UN TEMPIO. POEMA DE JOSÉ AMADOR MARTÍN. TRADUCCIÓN AL ITALIANO Y NOTAS CRÍTICAS DE STEFANÍA DI LEO

En «Crear en Salamanca», hoy un poema de José Amador Martín, traducido al Italiano por Stefanía Di Leo, Poeta, Traductora y Crítica, colaboradora de nuestra revista, quien también hace un comentario crítico al poema .

 

Jesús Despojado. José Amador Martín

 

 

Este poema fue escrito a Jesús Despojado de sus vestiduras, obra que procesiona con la Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo en la tarde del Domingo de Ramos en Salamanca.

La obra escultórica es de Francisco Romero Zafra. (La Victoria, Córdoba, 25 de marzo de 1956), escultor e imaginero religioso.

El texto está acompañado de pinturas de Andrés Alén y fotografías de José Amador Martín

 

 

 

 

LA CIUDAD SE HACE TEMPLO

La luz es más luz en tu mirar

de estrella,

en ese rumor de velas

amarillas

que acompañan el dolor

abierto en tu paisaje.

La ciudad se hace templo y el

templo se hace tarde

 al iniciar la Pasión tu cuerpo

despojado,

esa imagen que ansío llena de

rosas

para cubrir tu dolor con su

consuelo.

Pisar leve en esa muerte de

Luz, Sentir…

trasfigurado en un lecho d

e sedas transparentes,

¿Qué dolor será el tuyo, que te

sabes de muerte,

caminando sin descanso

hasta llegar al Padre?

Mar en calma de tu mirar

cautivo,

Remanso de la tarde quietud

hecha de amor

Consuelo y sufrimiento

hecho de gloria.

Es tu torso de sed , ciprés de

claridad,

árbol desnudo de soledad y

 pena.

Y es la luz más bella en tu

cuerpo, como un mar de palomas

desbocado

Cristo, almendro de cristal en

primavera,

cordero del abismo, pan

despedazado

pastor y redentor de vara

verde.

Tu Camino hacia la Cruz,

memoria de soledad

en el crisol de la tarde, es

senda infinita,

Gólgota y Calvario en los

paisajes del alma.

En los que el silencio calla y el

dolor se hace herida.

Despojado es el hombre de

túnica que no de Luz,

vestido de Amor, por el amor

inmenso que hay en tu mirar, dulce

mirar de estrellas.

Mirar de Eternidad y de

Perdón, mirar apasionado,

entre miradas de asombro,

mientras caminas

entre turbas de espanto

que te condenan y olvidan,

que estás así para salvarnos,

Dulce Jesús

de mirada hermosa

y de hermoso corazón

que en la tarde haces de la ciudad un templo

para quedarte en nuestro

corazón, enamorado.

Detalle de Jesús Depojado. por Andrés Alén

 

 

LA CITTÀ DIVENTA UN TEMPIO

 

La luce è più luce nel tuo sguardo

di stelle,

in quella voce di candele

gialle

che accompagnano il dolore

aperto nel tuo paesaggio.

La città diventa un tempio e il

il tempio s’ attarda

quando inizai la Passione il tuo corpo

spogliato,

quell’immagine di cui bramo molto piena di

rose

per coprire il tuo dolore con la sua

consolazione.

Fai luce su quella morte di

Luce. Sentire…

trasfigurato in un letto di

sete trasparenti,

Quale dolore sarà tuo?

Che sai della morte,

del suo camminare incessante

fino a quando non raggiungi il Padre?

Mare calmo del tuo sguardo

prigioniero,

Calma della quiete del meriggio

fatto d’amore

Consolazione e sofferenza

fatto di gloria.

È il tuo torso assetato di cipresso

chiarezza,

nudo albero della solitudine e

pena.

Ed è la luce più bella in te

corpo, come un mare di colombe

fuggiasco

Cristo, cristallo di mandorle dentro

primavera,

abisso agnello, pane

strappato a pezzi

bastone pastore e redentore

verde.

La tua via verso la Croce,

ricordo della solitudine

nel meriggio crogiolo, è

percorso infinito,

Golgota e Calvario nel

paesaggi dell’anima.

In cui il silenzio tace e

il dolore diventa ferita.

Spoglio è l’uomo di

vestaglia non di luce,

Abito d’amore, per amore

immenso c’è nel tuo aspetto, un dolce

sguardo delle stelle.

Sguardo di Eternità e di

Perdono, sguardo appassionato,

tra sguardi di stupore,

mentre cammini

tra turbe e spaventi

che ti condannano e ti dimenticano,

che sei così per salvarci,

Dolce Gesù

con un bell’aspetto

e con un bel cuore

che nel meriggio trasformi la città in un tempio

per rimanere nel nostro

cuore, innamorato.

 

Salamanca, por José Amador Martín

 

 La vista es quizá, el sentido utilizado por el hombre y el que más información nos proporciona. La luz divina es el tema principal de ese poema de José Amador Martin Sánchez, cuya poética de la luz abarca toda su obra, que es a menudo conjunto poético y fotográfico. Estamos delante de un poema descriptivo cuyo matiz religioso alcanza unas cumbres sin pares.  

           La vista se encuentra unida siempre a la existencia de la Luz, si carecemos de luz no es imposible ver, ignoramos hasta la luz divina. Sin poder ver o al menos percibir entre sombras, la Luz divina, es una luz de amor que emana del Señor. Tal como en Dante, en la poesía de José Amador Martin Sánchez, la luz se convierte en metáfora de iluminación de sabiduría, no es posible avanzar en el conocimiento de Dios, en los goces de su amor, sin la luz del entendimiento.

 

       Especialmente  en estos días tan doloridos, en los que estamos afectados por el Coronavirus, nos damos cuenta que hemos sido creados con un cuerpo material perecedero que sirve de soporte, hasta que termine derrumbándose, a un alma espiritual y eterna, que estará en esta vida terrena, durante el tiempo que su cuerpo material la pueda sostener .El poeta habla sobre todo en estos versos de un divino Amor, Cristo despojado es puro manantial de consuelo.

Rostro de la Imagen de Jesús Despojado, por Andrés Alén

 

 

            Nosotros somos peces que gozosamente hemos de aprender a nadar y sumergirnos en el amor, porque nuestro Creador es un inmenso, un ilimitado océano de amor y como el amor por su naturaleza exige siempre reciprocidad. Dios nuestro creador, nos ama tremendamente, como obra creada por Él.

En el poema, cuya tensión emotiva es una ascensión hacia lo divino, tiene un poema dentro del mismo poema, casi fuera un acróstico ( cada comienzo de verso alternado, leído por separado es otro poema bellísimo).

Los sustantivos utilizados por el poeta se refieren todos a la esfera celeste. Así como nuestro cuerpo tiene ojos con los que capta todo lo que ilumina la luz material, sea esta la luz del sol o sea la artificial por nosotros creada, nuestra alma también tiene sus ojos que ven la luz divina, la luz de amor de Dios.

 

El poeta escribiendo un homenaje a Cristo, introduce el concepto literario de la luz y de la oscuridad para incrementar el concepto de la salvación frente a la condenación ( San Juan de la Cruz). El Amor en relación a la Eternidad; el cielo en comparación al perdón; el pecado frente a la santidad; las tinieblas frente al paraíso. En este poema genialmente el juego de la luz y de la oscuridad resaltan los problemas morales y espirituales que estamos viviendo en estos días.

 

José Amador poeta culto, tiene sus antecedentes literarios también  en Tirso de Molina, autor que abarca también el recurso de la luz y de la oscuridad, se apodera de un mito y símbolo universal visto desde la antigüedad en las doctrinas paganas y cristianas. En cuanto a la teología cristiana, la oscuridad es la máxima representación de la falta de razón, la falta de entendimiento y una representación del mal. Simbólicamente la luz es evidencia, entendimiento, razón, vida, salvación y bien: Otra antecedente de gran referencia para el poeta es sin duda San Pablo,” Fija los ojos en lo invisible, no en lo que podamos ver. Lo así visible dura un momento, pero lo invisible es eterno”. (3Cor 4,18). Nosotros adquirimos la fe y la fortalecemos cada vez más, cuando comprendemos y vemos con los ojos de nuestra alma, que Dios existe, para nuestro corazón enamorado; y nuestros ojos espirituales son  iluminados por la luz de amor, que el Señor nos entrega como don de su amor al que le busca. Para poder ver a Dios, y su Luz hay que creer en un Dulce Jesús /de mirada hermosa/ y de hermoso corazón.

 

Jesús Despojado. Foto José Amador Martín

 

 

 

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