GASTÓN BAQUERO AL CATALÁN. TRES POEMAS TRADUCIDOS POR CARLES DUARTE I MONTSERRAT. PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS

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Crear en Salamanca publica, por vez primera los tres poemas que Carles Duarte i Montserrat (Barcelona, 1959), acaba de traducir del cubano Gastón Baquero (Banes, Cuba, 1914 – Madrid, 1997). Es, pues, el primer fruto del XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos que acaba de celebrarse en Salamanca, organizado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes. Baquero, con obra vertida a varios idiomas (Italiano, alemán, griego, Portugués o inglés), no había sido traducido nunca al catalán.

 

1 Gastón Baquero por Miguel ElíasGastón Baquero por Miguel Elías

Carles Duarte es poeta, lingüista, narrador y traductor, actualmente es presidente del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes. También dirige la Fundación Carulla. Su obra poética comprende 21 títulos: Vida endins (1984), Paisatges efímers (1989), La pluja del temps (1990), La pell del somni (1991), Llavis de terra (1993), Terra (1994), Triptic hebreu (1996-1997), D’una terra blava (1997), Khepri (1998), Ha-Cohen(1999), El somni (2000), El silenci (2001), La llum (2001), Primavera d’hivern (2002), El centre del temps (2003) Els immortals (2006), Miratges (2006), Marintim (2008), El dolor de la tarda (2009), Arvad (2009), Vesteix la mirada (2009). Todos ellos se han reunido en S’acosta el mar (Poesia 1984-2009), publicado el año 2010. Posteriormente ha publicado A quatre mans (2011), Alba del venpre (2013) y La mà del temps (2013). Su obra poética, reconocida con varios premios, ha sido incluida en antologías nacionales e internacionales, además de haber sido traducida al francés, hebreo, italiano, castellano e islandés.

 

 

2

EL POEMA

Homenatge a Eugenio Florit

“Vull, diu la nena
irrompent en el silenci del poeta,
que m’escriguis un poema”
“Qui pot fer avui un poema? Jo no”, hi respon el sorprès.
“Ja estan escrits tots els poemes”.
Entotsolat estava,
davant d’un paper blanc, blanc i buit hora rere hora.
Un paper ple d’un badall inacabable del no-res.
“Vull, vull un poema”, insisteix
la inesperada nena. “M’agraden els poemes”.
“Mira, àngel estrany, avui no és un bon dia: la inspiració
ha fugit. No puc donar-te un poema,
ni somniar a fer-lo en tot el dia. Però agafa,
agafa aquesta rosa, endú-te-la a aquell got que és al fons,
posa-la-hi curosament, perquè demà
continuï essent teva tot el dia. I llavors, pots anar-te’n,
però en silenci: a la musa li fa por el soroll, i si s’allunya,
triga molt a tornar: deixa’m sol”.

La nena va agafar la rosa delicadament,
i com en un vol va travessar l’habitació.
Va posar la rosa
en el seu dret sepulcre de vidre, i sense fer soroll se’n va anar;
amb prou feines si es va sentir la porta, que, en tancar-se,
enclaustrava de nou, en la seva espera estèril, en el seu buit,
el poeta. Tot va tornar a ser pau.
El no-res ressorgia
com una terra amiga davant de l’entotsolat inútil.
I en girar els ulls de nou cap al paper blanc,
va veure que hi era:
com una merla enmig de la neu,
com un estel sol al centre del cel,
allà hi era, sobre el paper immens, el Poema.

 

3 José Hierro, Baquero y Alfonso Ortega Carmona, en el Palacio Real de Madrid (1993, foto de A. P. Alencart) José Hierro, Baquero y Alfonso Ortega Carmona, en el Palacio Real de Madrid (1993, foto de A. P. Alencart)

EL POEMA
Homenaje a Eugenio Florit

 

 

«Quiero, dice la niña
irrumpiendo en el silencio del poeta,
que me escribas un poema».
«¿Quién puede hacer un poema? Yo no», responde el sorprendido.
«Ya están escritos todos los poemas».
Ensimismado estaba,
ante un blanco papel, blanco y vacío hora tras hora.
Un papel lleno del bostezo interminable de la nada.
«Quiero, quiero un poema», insiste
la inesperada niña. «Me gustan los poemas».
«Mira, ángel extraño, no es buen día el de hoy: la inspiración
ha huido. No puedo darte un poema,
ni soñar en hacerlo en todo el día. Pero toma,
toma esta rosa, llévala a aquel vaso que está en el fondo,
colócala allá cuidadosamente, para que mañana
siga siendo tuya todo el día. Y luego, puedes irte,
pero en silencio: la musa teme al ruido, y si se aleja,
tarda mucho en volver: déjame solo».

La niña tomó la rosa delicadamente,
y como en un vuelo cruzó la habitación.
Puso la rosa
en su erguido sepulcro de cristal, y sin ruido partió;
apenas pudo oírse la puerta, la que al cerrarse
enclaustraba de nuevo en su estéril espera, en su vacío,
al poeta. Todo fue paz de nuevo.
La nada resurgía
como una tierra amiga ante el ensimismado inútil.
Y al volver los ojos otra vez hacia el blanco papel,
vio que allí estaba:
como un mirlo en medio de la nieve,
como una estrella sola en el centro del cielo,
allí estaba, sobre el papel inmenso, el Poema.

 

 

4 Gastón Baquero en el Aula Francisco de Vitoria de la Universidad de Salamanca (1992, foto de A. P. Alencart) Gastón Baquero en el Aula Francisco de Vitoria de la Universidad de Salamanca (1992, foto de A. P. Alencart)

 

SENTINT EL MEU FANTASMA VENIDOR

Sentint el meu fantasma venidor
dins la disfressa corpòria on resideixo
sense encertar a saber si viu o mort
si cos he estat o en una ombra existeixo.

Camino la ciutat, reconstruint-la
dia rere dia contemplant en va;
ara la torno a perdre, adés fugint-ne
protegint el meu somieig amb la mà.

I ensopegant amb mi, em reconec
ple de mort, en ombra construït;
i sé que ja no sóc, pregunto, i no conec

cap més saber que el no-saber sentit
pel mort futur que condueixo
dins la disfressa corpòria on resideixo.

 

Gastón Baquero en el Aula Francisco de Vitoria de la Universidad de Salamanca (1992, foto de A. P. Alencart)

 

5

 

SINTIENDO MI FANTASMA VENIDERO

Sintiendo mi fantasma venidero
bajo el disfraz corpóreo en que resido,
nunca acierto a saber si vivo o muero
y si sombra soy o cuerpo he sido.

Camino la ciudad, la reconstruyo
día tras día contemplando en vano;
luego vuelvo a perderla, luego huyo
protegiendo mi ensueño con la mano.

Y me tropiezo a mí, me reconozco
lleno de muerte, en sombra construido;
y sé que no soy más, pregunto, y no conozco

otro saber que el no saber sentido
por el muerto futuro que conduzco
bajo el disfraz corpóreo en que resido.

6 Manuel Ulacia, Isabel Castellano, Gastón Baquero y Nidia Fajardo (foto de A. P. Alencart, 1993) Manuel Ulacia, Isabel Castellano, Gastón Baquero y Nidia Fajardo (foto de A. P. Alencart, 1993)

 

FÀBULA

El meu nom és Filèmon, el meu cognom, Ustariz.
Tinc una vaca, un gos, un fusell i un barret;
rodamóns, errants, sense més terra que el cel,
vivim aixoplugats sota el sostre més alt;
ni pluges ni tempestes, ni rius ni oceans,
no eviten que vaguem de prat en prat.
Filèmon, el meu nom; Ustariz, el cognom.
No dormim pas dos cops sota el mateix estel;
cada dia un paisatge; cada nit una altra llum,
un viatger avui ens troba a prop de l’Amazonas,
i demà és possible que a prop del riu Groc
apareguem tot just en enlairar-se el sol.
Som com els núvols, però reals, concrets:
un home, un gos, una vaca, un barret,
fem pudor, estimem, odiem i ens odien,
rodamóns, errants, sense més terra que el cel
-Filèmon, el meu nom; Ustariz el cognom-;
els meus m’acompanyen, lluminosos o ombrius,
però amb noms propis, amb ombres ben corpòries,
éssers corrents, somnis, efluvis d’una màgia
que fa de l’increïble l’únic que creiem.
Filèmon, el meu nom; Ustariz, el cognom;
som de matèria certa, de xifres, de fumera,
enduts pel vent, famolencs d’infinit,
un gos, una vaca, un palpable barret;
simples, sense misteri continuarem el viatge:
per això jo declaro en emprendre el camí,
que el meu nom és Filèmon i Ustariz el cognom,
que aquesta vaca es diu Rosamunda d’Hongria,
i que al gos vaig posar-li el nom d’una estrella:
en dic Aldebaran, i salta, i riu, i canta,
com un tenor que vol esgargamellar-se.

 

 

FÁBULA

Mi nombre es Filemón, mi apellido es Ustariz.
Tengo una vaca, un perro, un fusil y un sombrero;
vagabundos, errantes, sin más tierra que el cielo,
vivimos cobijados por el techo más alto;
ni lluvias ni tormentas, ni océanos ni ríos,
impiden que vaguemos de pradera en pradera.
Filemón es mi nombre, Ustariz mi apellido.
No dormimos dos veces bajo la misma estrella;
cada día un paisaje, cada noche otra luz,
un viajero hoy nos halla junto al río Amazonas,
y mañana es posible que en el río Amarillo
aparezcamos justo al irrumpir el sol.
Somos como las nubes, pero reales, concretos:
un hombre, un perro, una vaca, un sombrero,
apestamos, queremos, odiamos y nos odian,
vagabundos, errantes, sin más tierra que el cielo
-Filemón es mi nombre, Ustariz mi apellido-;
los míos me acompañan, lucientes o sombríos,
pero con nombres propios, con sombras bien corpóreas,
seres corrientes, sueños, efluvios de una magia
que hace de lo increíble lo solo que creemos.
Filemón es mi nombre, Ustariz mi apellido;
somos materia cierta, cifras, humareda,
llevados por el viento, hambrientos de infinito,
un perro, una vaca, un palpable sombrero;
simples y sin misterio seguiremos el viaje:
por eso yo declaro al tomar el camino,
que es Filemón mi nombre y Ustariz mi apellido,
que la vaca se llama Rosamunda de Hungría,
y que al perro le puse el nombre de una estrella:
le digo Aldebarán, y brinca, y ríe, y canta,
como un tenor que quiere romperse la garganta.

 

8 Carles Duarte en Salamanca (2014, foto de Pablo Rodríguez)Carles Duarte en Salamanca (2014, foto de Pablo Rodríguez)

 

 

 

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