ESTADO DE NECESIDAD. PRESENTACIÓN EN VALPARAÍSO DEL POEMARIO ‘TOMA DE RAZÓN’, DE VÍCTOR ILICH Y ROBERTO CONTRERAS

 

 

1 Un momento de la presentación del poemario

  Un momento de la presentación del poemario

Crear en Salamanca publica el texto del poeta y magistrado Víctor Ilich, leído durante la presentación del poemario ‘Toma de Razón’, prologado por A. P. Alencart. Aquí la nota enviada desde la organización del acto: “En Valparaíso, ciudad patrimonio de la Humanidad, el jueves 24 de mayo del presente año, en el Centro de Extensión del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, se presentó ante un auditorio repleto el libro Toma de razón, poemario escrito en coautoría por Roberto Contreras Olivares, ministro de la Corte de Apelaciones de San Miguel, y Víctor Ilich, juez de garantía de la Región de O´Higgins. Un texto que busca visualizar las necesidades del pueblo rapanui y honrar su cultura. Resulta relevante destacar la reiteración del mensaje que procuraron los autores, ya que este libro ha sido presentado además en Hanga Roa, Isla de Pascua, y en la ciudad de Santiago, específicamente, en la Corte de San Miguel. El acto contó con la presencia de jueces, miembros de la comunidad jurídica, invitados especiales de la zona, familiares y amigos. Estuvo a cargo de la presentación el destacado poeta porteño Juan Cameron, quien destacó la obra y la relación del derecho con la poesía, mencionando como expositores de aquel vínculo, entre otros, al poeta y docente de la Universidad de Salamanca Alfredo Pérez Alencart, quien además prologó el libro que se presenta. Por su parte, el ministro Contreras señaló, en parte de su exposición que: “Tal vez en estos versos hay mucho más de lo que pretendimos originariamente, o menos, quizás. Poco a poco lo hemos ido entendiendo […] Por eso estamos aquí en Valparaíso. Una ciudad igualmente maltratada y mágica, con tradiciones, cultura propia e identidad. Una identidad que cuesta encontrar en otras ciudades de este país, y mucho más fuera de él”.

 

2 Portada del poemario prologado por Alencart

Portada del poemario prologado por Alencart

 

ESTADO DE NECESIDAD

(Texto de Víctor Ilich)

 

 

 

Estoy convencido de que un poco de levadura leuda toda la masa. Bastan un par de palabras para iniciar un incendio o aplacar la ira y terminar una batalla. Las palabras son poderosas. ¿Cuántas veces lo hemos comprobado? Entonces, no es un despropósito escribir poesía y menos hacerlo cuando la urgencia la alimenta.

 

Hace un par de meses me preguntaba una amiga si alguna vez me cuestionaba a mí mismo si tenía sentido lo que hacía. Se refería a escribir y publicar poesía. Un género tan mal remunerado y precariamente comercial.

 

Luego de reflexionar otro par de meses en dicha pregunta, hoy tengo mi respuesta: no todo es por dinero y lo mejor de todo es reconocer que estoy en un estado de permanente necesidad, avala mi respuesta. Soy literalmente un pobre de espíritu. Un mendigo en busca de pan, un miserable buscando con qué cubrir su desnudez.

 

Somos un estado de necesidad. Necesitamos alimentarnos, comer, unos más que otros, unos mejor que otros; algunos buscan un McDonald’s, otros una Coca-Cola, están los que creen que la imagen es todo, y en medio de tanta sed, necesitamos vestirnos, abrigarnos, algunos mejor que otros, otros necesitan imitar modas, estereotipos, aparentar, camuflar sus estados de ánimo, demostrarlos, exagerarlos, provocar.

 

3 Los poetas Juan Cameron, Víctor Ilich y Roberto Contreras

Los poetas Juan Cameron, Víctor Ilich y Roberto Contreras

 

Necesitamos tantas cosas. Incluso algunas que ni siquiera hemos descubierto.

 

No es exagerado, entonces, decir que un libro puede y debe cubrir un estado de necesidad.

 

Por eso puede haber tantos libros como personas existan. No importa cuánto se publique, nunca será suficiente. Y se seguirá escribiendo hasta el final de los tiempos, mis tiempos. Cada uno tiene una cruz que cargar y no me refiero al concepto trágico de lo que se ha entendido por cruz: alguna enfermedad, alguna pérdida, alguna desgracia. No. Me refiero a la simple circunstancia incluso de luchar contra aquello que nos gusta tanto: la comodidad. Esa enemiga silenciosa, sigilosa, desapercibida y subestimada.

 

Ella es una verdadera Dalila que nos quita la fuerza, que nos roba la vida y que por nuestras malas decisiones, terminamos ciegos, de esos ciegos que mirando no ven.

 

La poesía es para mí parte de ese engranaje que llaman literatura y que yo llamo estado de necesidad.

 

Así como tiene sentido escribir sabiendo que la intención es satisfacer nuestra propia necesidad y la ajena, en el mejor de los casos, también tiene sentido compartir de nuestro pan. En este sentido no es desde el egoísmo que pienso en mi necesidad, pienso en ella como una realidad inevitable, otros dirían en un lenguaje más empalagoso para sorprender u ostentar, una realidad indefectible. En lo concreto, si escribir puede cubrir una necesidad, busco entonces a los necesitados, necesitados como yo, necesitados como tú.

 

4

 

 

Sentirse satisfecho no es tarea fácil, tiene más de renuncia y sacrificio que de conquista y empoderamiento. Tiene más de servicio y menos de ser servidos. Y, por cierto, nada de servilismos.

 

Basta pensar en un típico almuerzo, cuántas veces te has sentido satisfecho, realmente, en paz, sin ansiedad. Sin pensar en comer algo mejor o algo más. ¿He comido lo necesario? Ni más ni menos. La palabra suficiente es una palabra que para algunos empobrece, pero según lo que he experimentado, enriquece.

 

Tiene sentido, Juan, tu sacrificio, escribir tiene su precio o costo como dirían los profetas de la economía y no hacerlo también y por tu nombre debes de ser heredero de alguna que otra revelación. Tiene sentido tocar el borde de otra alma. Tiene sentido mirarnos al espejo en el reflejo del brillo de nuestras miradas.

 

A quien he debido honrar, honro, a quien he debido tributos, pago, a quien debo respeto, lo respeto. Y hoy tiene sentido ocupar como excusa un texto escrito para convocar a la acción. No hay acciones pequeñas, si son nuestro máximo esfuerzo. Acciones a favor de otros necesitados como tú y como yo.

 

Este es nuestro esfuerzo junto con Roberto, un pequeño libro. Nada de romanticismo, si cada día somos muy concretos dictando sentencias, no somos juglares ni discípulos de Aristófanes que vagan en las nubes. No se equivoquen al juzgarnos. Creemos en una justicia terapéutica. Una justicia que sana, que repara, que edifica, que nace desde las entrañas. Lo he dicho otras veces, la canción suena fácil, pero no es fácil de interpretar.

 

Hoy no soy el mismo que presentó el libro en Hanga Roa, ni en la Corte de San Miguel.

 

Hoy tengo más necesidades que ayer, lo sé.

 

Hace unos días, jugando con uno de mis hijos a completar los colores del cubo de Rubik, ambos advertimos que para llenar cada lado era necesario seguir las instrucciones paso a paso, había cierto margen de innovación, pero en términos generales, el camino era uno. Cualquier error en los movimientos implicaba comenzar de nuevo.

 

He comenzado de nuevo muchas veces y hay áreas de mi vida que están más avanzadas que otras, como los colores de ese cubo, pero reconozco ante ustedes que estoy más cerca que ayer de resolver necesidades extraordinarias, no porque la solución esté en mí, sino porque me convenzo de que debo seguir las instrucciones, paso a paso, cuando ando ciego, me dejo guiar y la poesía ha sido un faro para la necesidad.

 

Confío en que se levanten otros con una luz más potente, sin miedo, abandonando la comodidad, sabiendo que un poco de levadura basta, y de seguro juntos seremos y haremos más. Ese es mi veredicto.

 

Muchas gracias.

 

 

 

5 Firma de libros

Firma de libros

 

Aún no hay ningún comentario.

Deja un comentario