BORIS ROZAS (ESPAÑA-ARGENTINA). XXIII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

 

El poeta Boris Rozas

 

 

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar estos poemas de Boris Rozas (Buenos Aires ,Argentina, 1972). Es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valladolid, ciudad en la que ha transcurrido la mayor parte de su vida. Su faceta poética abarca hasta la fecha siete libros publicados: Bagajes del alma (2004), Lleno del mar (2005), Hemisferio Sur (2007), Huyendo de este jardín, me encontré con el viento (2009), Ragtime (2012), Invertebrados (2014) y La senda de las espigas (Antología poética del autor, 2016). Pese a su juventud, su obra aparece ya en numerosas antologías literarias. Entre los premios podemos destacar: Primer Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador (2013), Premio Sarmiento de Poesía 2007, Primer Premio del XXXIII Certamen de Poesía Manuel Garrido Chamorro (2012), Accésit del Premio de Poesía Ángel Miguel Pozanco (2007), dos veces finalista del Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma (2012 y 2015), Primer Premio de las XLII Justas Poéticas de Laguna de Duero (2013), Primer Premio de Poesía del XVI Certamen Poético “Villa de Ermua” (2010), Accésit del XXIII Premio Nacional de Poesía de Peñaranda de Bracamonte (2016), en dos ocasiones Accésit del Premio Nacional Hernán Esquío de Poesía (2011 y 2012), “Botijo de Plata” en las XLVI Justas Poéticas de Dueñas (2012), “Bautismo de Recuerdo” auspiciado por el Excmo. Ayuntamiento de Valladolid y la Casa de José Zorrilla, etc.

Mundo Aquí (Pintura de portada realizada por Miguel Elías)

 

 

 

Estos poemas forman parte del libro BREVE TRATADO PARA LAS CASAS CON PECES, con el que ganó (exaequo con Gloria Fernández Sánchez) el V Premio Internacional Francisco de Aldana, certamen poético convocado desde Nápoles (Italia) por el Circolo Letterario Napoletano. Los mismos serán leídos durante el XXIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, organizado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y que se celebrará en Salamanca del 14 al 20 de octubre de 2020, dedicado a José María Gabriel y Galán. Habrá actos presenciales y virtuales. La lectura del poeta hispano-argentino será en una sesión online y saldrán publicados en la segunda antología del encuentro, titulada “Mundo Aquí”, también coordinada por el poeta peruano-salmantino Alfredo Pérez Alencart, director de estos encuentros desde su primera edición.

 

 

 

 

 

WISLAWA EN PARÍS

 

A la cola de un buffet de asado

converso con Wislawa.

Mi esposa nos acecha

sin atreverse aún

a llamar a la puerta.

Conoce los salones de los poetas,

llenos de niños

que juegan con hojas en blanco

como pequeños jilgueros,

entre las balas

que aúllan

al rozar la carne.

 

 

 

 

ACLARACIÓN

 

 

Como Pacheco, escribo un día y otro

pero no todas las cosas que escribo

significan lo mismo,

hoy tocan el olvido o la muerte

mañana serán las olas

y sus instrumentos;

no amo nada que no venga

en un libro

nada que no se pueda resumir

en una página,

será por eso que los poetas

no duramos

como perdura el polvo

sobre nuestra ofrenda.

Escribo sobre el miedo

pero, como Pacheco, pretendo

decir otra cosa,

no querer transcurrir

como un río

por un bosque

de metáforas,

mi historia es su historia

contada desde

el desplome.

 

 

 

 

EL TIEMPO ES LIGERO COMO LA CHARCA

DE LOS NIÑOS

 

 

El tiempo es ligero como la charca

de los niños.

Sus uñas son largas como los filos de cuchillos

en el bosque, que cuentan sueños

que se han ido enterrando

en vastos cementerios de palabras.

Se sabe que no le basta

con meras abundancias.

Las cuerdas de esta guitarra

hecha de primaveras

suenan a la Babi-Yar de Yevtushenko,

casi como un pogromo de versos escritos

con sobras de hombres

y copos de nieve nueva.

El tiempo sigue siendo ligero

como la charca de los niños,

un clavo ardiendo

al que sujetarnos

camino de otra noche

para poetas mecánicos.

 

 

 

DIÁLOGOS DE LA LLUVIA

 

 

Este diálogo no es de palabras,

es un olvido tenaz que quema puentes

por los que navegan los otros.

He intuido a la madre

cuyo rostro fue el primero,

cuya lengua de tierra

penetrando nuevamente en el mar

es como la noche que surge

en esta colina

sin aparentes razones,

como la lluvia

que tal vez sean tus heridas

al cicatrizar con la sal

de la muerte.

 

 

 

VAYA POR AQUÉL QUE DEJA ENTRAR

AL POETA EN SU CASA

 

 

Oigo cómo otros construyen un hogar

en estos días extraños

mientras yo cuelgo cuadros imaginarios

boca abajo

o almaceno viejos recortes de prensa

a la manera de grandes tesoros,

bien trabajados en habitaciones

pequeñas.

Pienso en un yo que aprende a pararse

y deja entrar al poeta

en esta casa,

sin miedo a dejarse impresionar

junto a las paredes vacías

de una vieja cocina.

Se descompone mi refugio diario

fuera del alcance de los relojes digitales

de colores,

vuelvo a ser un número

de cinco cifras.

 

 

 

 

EL BOSQUE POR DONDE TRANSITAMOS

 

 

Raíces ni tengo ni he querido tener nunca,

sé que comienzo en algún muelle

erguido sobre las crestas

de otras marejadas.

 

No sé de perfecciones

más allá de unos segundos

fundidos al negro de los versos,

una vieja persiana que se golpea

contra todos los abrazos.

 

Cinco estaciones que suceden

como la matemática del olvido,

una llave maestra que rebasa

todo gozne de colmenas.

 

Este es el bosque por donde transitamos

en silencio eternos viajes,

cada monólogo de preguntas

un ramo de vidas maltrechas

vistas en miniatura.

 

Raíces no debo ni he creído deber nunca,

sé que comienzo en algún muelle

sobre caparazones de tortuga

huecos, fueran o no

para vosotras

estos incendios diarios.

 

Boris Rozas y Pilar Fernández Labrador

 

CANCIONES

 

 

Y entre tantas canciones

me quedo contigo,

he decidido que seas mi luz

cuando las hojas cuelguen

de las vitrinas.

Tu mano,

la simple ausencia de dolor.

 

 

 

 

EN LA MEMORIA HAY COMO UNA PUERTA ROTA

 

 

Dice mi paisano Boccanera

que en la memoria

hay como una puerta rota,

un fértil río

que llega al final

sabiéndose

bendecido por los peces.

Nada es lo que esperaste,

la ecuación

siempre se nos antojó

negativa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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